Light my fire | The Vamps |

Capítulo 14: Interpretaciones

-Basta-digo con voz adormilada. Benny esta restregandose contra mi cara hace media hora-Ok-digo levantándome de a poco- quién diría que una cosa tan diminuta exigiría tanta responsabilidad-digo pensando en voz alta.

Pero antes de darle de comer al peludo, necesito asearme, refrescarme, y despertarme, de lo contrario voy a ser un zombi andante en lo que va del día.

Luego de salir con la energía renovada y vestida-una calza negra, un buzo rojo largo y las mismas zapatillas-del baño, me pregunto qué hora es, y me hago otra nota mental.

Comprar un reloj.

Pero es cuando recuerdo que en mi bolso tengo un iPod.

Oh...

Me da miedo cargarlo, prenderlo y recordar...

Es decir, hace unos días atrás, cuando todavía era un intento de persona fallido vagando por las calles no necesitaba la música pero ahora... Sí, sé que dije que iba a convertirme en una Yo 2.0, pero la música es algo con lo que no puedo vivir. Me da tranquilidad y muchas veces me cambia el humor. Es mi terapia personal, o algo así.

Decido conectar el aparato al cargador, y dejarlo reposar en la mesada de la cocina mientras Benny y yo desayunamos.

¡Ni siquiera sé si es hora de desayunar o de almorzar!

Necesito mi iPod.

El tiempo pasa y veo como la manzana característica se ilumina en la pantalla.

Me da la impresión de que mi ritmo cardiaco aumenta y no es por nada.

Pasan unos minutos y el aparato se prende completamente. Dejándome ver el fondo de la pantalla bloqueada.

Por un momento dejo de respirar.

La imagen duele.

El Innombrable abrazandome, en nuestro primer aniversario. Lo recuerdo muy bien, y duele.

Ni siquiera quiero pensar en su nombre porque sé que va a doler aún más. Sé que suena a Voldemort, de Harry Potter y es algo así, el sentimiento es parecido. No mato a mis padres exactamente pero... Duele recordar lo que hizo.

Sólo digamos que desgarró mi corazón y ¿qué persona puede vivir con el corazón desgarrado? Nadie.

Por eso estoy aquí, intentando ser una nueva yo, intentando dejar el pasado, pero es difícil, muy difícil.

Y lo más gracioso es que lo que siento por el, va más allá de lo que el hizo, porque yo de verdad lo amé.

Corrección, lo amo...

Pero agarro ese sentimiento, lo guardo bajo llave y lo escondo.

Sé que suena estúpido pero tardo un largo rato en armarme de valor y eliminar todas las fotos. O casi todas.

Igual que los mensajes, los whatssapp; elimino las aplicaciones de mis redes sociales.

Elimino todo lo que pertenezca a mi información personal de la que alguna vez fui.

Me obligo a pensar en otra cosa, ni siquiera puedo buscar qué es lo que comen los hurones porque no hay una red inalámbrica sin clave, está la de Connor, pero no puedo pedirle la contraseña porque no esta.

El timbre suena, y los pensamientos absurdos aparecen. Veo a través de la ventana con vidrios polarizados-cosa que agradezco-, y veo Bradley en frente de la reja.

Pienso en hacerle creer que no estoy, pero no puedo evitar que su sola presencia me haga actuar sin mi consentimiento.

De un momento a otro estoy abriendo la puerta, acto seguido, veo su brillante sonrisa dirigida hacia a mi, aún detrás de las rejas.