KAGEYAMA 5

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        Se va por la puerta, me aseguro de que no haya nadie y tiro una de las botellas contra el suelo. Ésta se retuerze sobre si misma, una diana menos.

-Oye, esa fuerza guárdatela para cuando entrenemos. Vaya charla la de tu entrenador, un poco tostón.

-Cállate y ayúdame, estás aquí para ayudarme. Para entrenar y ser mejor...

-Al menos no estarás con ese cabeza zanahoria.- No me hace ni caso, callo y entonces se da cuenta y para.- Entrenar y ser mejor, dices, eeh...- Y pone esa risa tan característica suya.

-Ser mejor que tú, mejor que tú, Tooru, Tooru Oikawa. Ser el nuevo Gran Rey.- Aprieto el puño.

-Pensaba que ya no querías ser un Rey.- Lo miro y sé que va a decir.- Ser un Rey está bien, el Gran Rey ni te cuento, pero tu apodo no te lo vas a sacar nunca. Cariño tú ya no tienes vuelta atrás. Siempre serás ese Rey solitario.

-Todo rey necesita de una reina y tú tienes a Iwazumi, solo tengo que buscar a mi pareja perfecta.- Lo miro.- No me mires así, ya has visto lo que dijo el entrenador: "una relación tóxica".- Marco con los dedos las comillas.- Además, nadie ha dicho que tenga que encontrarla en el Karasuno. Tengo tiempo hasta 3r curso.
-¿Què insinúas? ¿Cambiarte de equipo?- Me encojo de hombros.- Mientras seas el Rey nadie te querrá. No buscan a un tirano, ¿No te has dado cuenta del papel que hace un colocador? Tus compañeros tienen que confiar en ti y tú en ellos. Como hace el zanahoria, ahora ya ha aprendido, pero te recuerdo que atacaba con los ojos cerrados.

         Y lo recuerdo, recuerdo como atacó esa bola en el partido que nos metería en el equipo y se fue fuera si no recuerdo mal, y creo que perdimos. Entonces vino Daichi y nos dijo que entrábamos en el equipo sí o sí, por falta de gente. Desde ese día fue mejorando, abrió los ojos y aún así confió y sigue confiando en cada bola que le paso. Esa sensación que tengo cuando lo veo atacar un pase, uno de mis pases, como deja al público admirado y hasta a mí. Y esa sonrisa de felicidad...

-La tierra llamando a Tobio-chan.- Mira hacia arriba. Lo miro. Sus ojos van bajando lentamente y para cuando reacciono es demasiado tarde.- Cuidado con la bola.- Y me da en toda la cabeza.
-¿PERO QUÉ HACES? ¡HAS TENIDO TIEMPO SUFICIENTE PARA AVISARME! ¿ERES TONTO?
         Se encoge de hombros y me mira, abre la boca y dice una frase:
-No me extraña que no te aguante nadie. Hemos acabado por hoy.

        Y se va hacia el vestuario. Cojo las cosas y me quito la camiseta sudada y la substitullo por una que no está limpia, es la que llevaba todo el día para el colegio. Llevamos uniforme y...
-¿No te vas a poner eso, no?- Levanto la cabeza y me lo miro.
-¿Vas a entrar siempre en el vestuario mientras me cambio?
-Te recuerdo que estoy de incognito y...
-No hace falta que me acompañes hasta casa.- Tengo la camiseta por los brazos y con una mano me coge el izquierdo, el más cercano que tiene. Lo miro a través de mis brazos y el suyo.
-No te pongas eso que también está sudado. Hay que ver, si quieres fans...- Me lo miro, ambos sabemos dos cosas: 1. No llevo más ropa y 2. No me interesa tener fans o no. Y a cada uno de nosotros nos preocupa una cosa distinta.- Toma, te he traido esto.

Me lanza una camiseta de color blanca y los hombros de color azul muy claro, la despliego y me la miro. Luego a él y luego a la camiseta otra vez.
-¿Del Aoba Joshai? ¿De verdad? Una blanca básica no podía ser.
-Encima que te traigo ropa limpia. No podías decirme gracias al menos, supongo que te irá bien. La he encontrado en el almacén. Antes de que digas algo, no es de objetos perdidos, es nueva. El plástico está allí.- Me señala un plástico arrugado en el suelo. Que no se ha dignado a recoger, que luego ninguno de los dos hará.
-El próximo día te la traigo limpia.-Le digo. Me mira con cara pícara. Me temo lo que va a decir a continuación.
-Quédatela, te la pones después de nuestros entrenos, así sabrás lo que se siente al llevar una camiseta del Aoba Joshai, ya sabes...
-Va con segundas, pero no sé cual de las dos coger: a) me restriegas que no esté en el equipo, b) porque esperas a que vaya al equipo. Total en unos pocos meses no estarás y no tendrás a nadie que te haga sombra.- Ese último comentario le sentó como un jarro de agua fría.
-Di lo que quieras. Te sientan muy bien esos colores, resaltan tus ojos no como ese negro, naranja y blanco.- Pongo los ojos en blanco y me voy del supuesto vestuario y él me sigue detrás.

          Nos encontramos en el cruce de siempre y lo miro, espero a que diga algo.
-Tienes todo el fin de semana para pensar y reflexionar. Piensa que te quedan muy bien esos colores.- Me miro la camiseta que llevo puesta, oigo la risa de Oiwaka cada vez más lejos. Levanto la cabeza para verlo como vuelve tras sus pasos.
        Y sonrío, no sé por que. Iba a ser un fin de semana muy largo.

And His Smile Is So Fucking Cute |Hinata y Kageyama|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora