Iba tres veces a la semana a entrenar con el Karasuno y los otros dos con el Aoba Johsai porque empezaba la competición y al fin y al cabo iba a jugar en el Aoba. Yo ya no pertenecía al Karasuno.
Iba cansado durante toda la semana, tanto que ya no salía de fiesta. Seguía yendo con Suwa, pero no tanto. No tenía tiempo para estudiar con tanto entrenamiento así que mis tiempos libres me los pasaba estudiando en la biblioteca. Y parecía raro, pero Oikawa estaba allí para ayudarme. Me decía que era porque así le daban créditos para la universidad, pero sabía que había algo más, no tenía claro que era, pero no me iba a quejar. Era bueno enseñando y me era más que suficiente. Desde que estaba yendo a entrenar al Karasuno me protegía más y le estaba agradecido, me sentía menos solo. A pesar de estar rodeado de gente, siempre tenía ese punto de soledad que cuando aparecía Oikawa desde detrás de cualquier esquina o puerta se iba y me alegraba el momento.Como ese mismo viernes, que después de clase nos fuimos a su casa a estudiar. Era muy grande, muy al estilo de Toru. A pesar de ser grande, estaba casi vacía de muebles. Todos de color blanco, gris o madera. Tenía una gran escalera hacia el segundo piso que es donde se encontraba su cuarto. Abrió la gran puerta blanca y encendió las luces.
Allí estaba una gran cama con unas sabanas grises a la derecha de la entrada con dos mesillas de noche que eran dos troncos arreglados, lisos por fuera y pintados de blanco y por encima se veía la madera. Al fondo había un escritorio enorme con dos sillas. Encima de la mesa había muchos libros, un portátil y un ordenador que seguro que costaban más que todo lo que había en mi habitación. Al otro lado del cuarto, en frente de la cama había dos puertas. Una llevaba al baño y la otro a su pequeño vestuario, pero seguro que era grande. Tenía estanterías sueltas en las paredes con trofeos, fotos y diferentes gaddgets. Me pidió que le siguiera hasta el fondo de la habitación. Me iba mirando y sonriendo.
— ¿Que te pasa?- Lo miré. Me estaba sonriendo y por un momento me di cuenta que tenía una sonrisa muy bonita. Estaba algo nervioso porque nunca había tenido la sensación de haber pasado ese tipo de "tiempo a solas" con Oikawa. En la biblioteca siempre había gente, pero era un viernes en casa de Oikawa donde había mucho silencio. Pareció entenderme, me miró y encendió el ordenador.- Pongo un poco de música, ¿vale?- Asentí.- ¿Alguna cosa en particular?
— No, sorpréndeme.- Y le sonreí. No creo que le haya sonreído tanto en mi vida a alguien, incluso al cabeza zanahoria. Me fijé en él, estaba muy concentrado buscando en spotify la lista de reproducción específica, como si tuviera miedo a equivocarse. Escogiera lo que escogiera, me iba a gustar.
— Es Winter Flower de Younha con una colaboración de RM, pero es Namjoon el lider de BTS. Ha salido hoy y me encanta. Ya verás que voz tiene la chica y...- Me miró, le brillaban los ojos. Me gustaba verle feliz cuando hablaba de aquello que amaba.- ¿Me estoy pasando?
— No no, me gusta verte así. Bueno, cuando hablas de algo que te gusta...- Me ruboricé un poco.- te brillan los ojos cuando hablas de algo que te gusta o que llegas a amar y me pone contento verte así.
Me sonrió, le sonreí. Aguantamos la mirada un rato que pareció largo, me sentía a gusto. Abrió los cuadernos y libros que tenía encima. Era un silencio extraño que agradecí que lo rompiera.
— Vamos a estudiar que tenemos cosas que hacer. No quiero que suspendas que sino nos quedamos sin colocador.
— ¿Y tú?- Me lo miré extrañado.
— Yo me estoy haciendo mayor.- me puso una mano encima del hombro.- También estoy con lo de la universidad... ahora que te tengo... bueno que te tenemos pues estoy más tranquilo.- Sonrió otra vez.- Pero vamos con el tema de las células que se te da mal.Puse los ojos en blanco y abrí mis libros. Realmente saberme todo lo que formaba la célula era inútil. Aunque era mejor que hacer inglés o historia. Cuando hiciéramos esas clases me iba a morir. Pasó el tiempo y se me iban cerrando los ojos.
— Oye...- Le miré, me sonrió.- ¿Quieres algo de comer? Así descansamos un poco que te estás durmiendo.
Asentí. Tenía una sonrisa muy bonita, me gustaba estar al lado de Oikawa. Fuimos al primer piso y entramos en la cocina, todo era blanco y mármol negro. Era toda estilo película americana con todo super limpio y a lo grande. Al lado, la mía no era ni una cuarta parte, mi padre había preferido poner una piscina en casa en vez de una cocina con espacio, todo para que mi hermano acabara dejando la natación. De entre todos los cajones y armarios sacamos galletas y fruta.
— Tengo una sorpresa para ti.- Dijo cuando nos habíamos sentados alrededor de la isla. Se levantó y fue hacia la nevera.- Pedí que me lo compraran por si algún día venias.- Y de la nevera sacó un tetrabrick de leche que me lanzó al aire y lo cogí al vuelo. Noté que mis ojos se hicieron grandes y vi en su mirada un toque de felicidad que me puso contento. La tarde siguió igual. Estuvimos hablando y comiendo, nos olvidamos del verdadero motivo por el cual estábamos ahí y me pareció estupendo porque nunca hubiese pensado que estar a solas de ese modo con Oikawa podría ser así de divertido y reconfortante. Después de reírnos durante mucho tiempo, paró de reír y se puso serio.
— Oye, recoge tus cosas...- suspiró.- que tienes entreno con el Karasuno.
Levanté una ceja, no me lo podía creer. Eso había sonado triste.
— ¿Estás triste por que vaya entrenar con el Karasuno?- Se me quedó mirando fijamente y no contestó, pero eso fue más que suficiente.- Oye, no te preocupes de verdad.- Le puse una mano encima del hombro. Y por un momento, dejé de pensar, me levanté y crucé la cocina para ponerme a su lado. Le sonreí. Contra su pecho le dije.- No te preocupes, siempre escogería al Aoba. Siempre escogería a Toru Oikawa.
Me abrazó más fuerte y estuvimos así un rato, que pareció infinito. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba con la ropa de entreno y en el Karasuno. Me fui hacia el pabellón y él se quedó en la puerta del instituto.
— ¿De verdad te vas a esperar fuera?- Me miró extrañado.- Oye, no tengas vergüenza de acompañarme hasta dentro.- Le di un golpe en el hombro.- Nunca había pensado que Toru Oikawa tuviera vergüenza.
Sonrió, en su mirada había un toque de picardía. Me cogió la mano y salió corriendo arrastrándome hasta el gimnasio. Subimos hasta la puerta de entrada. Los dos estábamos jadeando, pero nuestros dedos seguían entrelazados, no sabía cuando había pasado, pero se sentía bien. Y la puerta se abrió de golpe. Miramos hacia dentro y todo el mundo nos miraba. Buscamos nuestra mirada y cuando se encontraron, nos reímos. Oikawa me removió el pelo y se fue.Entré, pero antes me giré para ver Oikawa y decirle adiós una vez más. Cuando me di la vuelta, crucé miradas con Hinata y algo se supo mal porque tenía la sensación que lo había traicionado ¿pero por que? Si no éramos nada, no le debía nada. Pensé en como me había sentido con Toru, con Shoyo nunca había algo así. Suspiré, me esperaba un entreno largo.
Cuando acabamos, cogí el móvil y tenía un mensaje de Suwa diciendo que estaban fuera del Karasuno y me duchara rapido. Me esperé a que todo el mundo se fuera para hacerlo e irme. Me puse el uniforme del Aoba que era lo único limpio que tenía, pero antes me di cuenta que Hinata no me había dicho nada en todo el entreno. Salí, todo el mundo estaba fuera delante de la puerta. Vi mis amigos hablando con los chicos del Karasuno y allí estaba él.
— ¡Hombre! Mira quien aparece.- Suwa chilló entre todos y se empezaron a oír silbidos y más gritos provenientes de los chicos del Aoba.- Míralo, con el uniforme ¿Has ido así a tu cita con Oikawa?
Me empecé a poner rojo porque claramente no había sido una cita con Oikawa. Estudiar no era para nada una cita.
— Si estudiar le llamas tener citas...- Sonreí, el antiguo Tobio Kageyama del Aoba había vuelto.- Con Torako he tenido más de 30.- Todos rieron y noté la mirada de Suga en mí, como si se sintiera decepcionado.- La he tratado bien todo este tiempo, no te preocupes. De hecho viene a verme al primer partido.Escuché chillidos que venían de parte de mis amigos y me puse algo rojo, pero poco a poco ese orgullo que había desaparecido volvió y me sentí más realizado aunque fuera todo mentira. Realmente estaba siendo una de las personas más falsas que conocía.
— Espabila Tobio, que la fiesta nos espera y todavía te tienes que cambiar. Lo tenemos todo ya.- Levantaron bolsas de plástico, una de ellas había uno de los conjuntos que solía ponerme: pantalones de cuero ajustados y una camiseta básica, todo negro. Y en el resto, resonó el sonido a cristal que se produce cuando unas botellas chocan entre ellas.- Vamos Kageyama, que te están esperando para que salgas e irse a su casa.
Me di cuenta que todavía estaba dentro del pabellón y todos mis excompañeros estaban mirando como me volvía a perder por el mundo de la noche. Asentí, me acerqué a ellos y les dije adiós con una mano al resto del equipo. Suwa me cogió por el hombro, me removió el pelo y me dijo que esa iba a ser una fiesta inolvidable. Y desde entonces, ya no me acuerdo de que pasó. Me puse los pantalones y la camiseta en la furgoneta de un universitario que nos estaba esperando fuera y lo siguiente está en blanco.
ESTÁS LEYENDO
And His Smile Is So Fucking Cute |Hinata y Kageyama|
FanfictionVoley, su pasión. Su pasión, su competitividad. Su competitividad, su unión. Su unión, su fuerza. Su fuerza, su triunfo.