Triple A

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— Capitanes, me gustaría que os quedarais un momento antes de acabar.- Daichi asintió y se fue a buscar a Suga al vestuario que aún seguía allí con Hinata. Ninguno no sabía de que se trataba, pero algo bueno no sería si solo eran ellos tres los citados.

El primero y el segundo capitán tardaron en volver, Suga acompañó a Hinata hasta la puerta y le sonrió hasta que vio que giraba por la esquina. Volvió y se reunió con ellos. El profesor les pidió que se sentaran porque podía ir para largo la charla, ya que no sabía hasta que punto estaban al tanto los capitanes del Karasuno. Obedecieron y se mantuvieron en silencio esperando a que el profesor hablara, aunque todos sabían por que estaban allí. No era la primera vez que hacían una reunión así para hablar de los dos menores del equipo. Entre todos habían decidido que era mejor separarlos para que fuera mejor el equipo, aunque por el resultado que habían obtenido ya no estaban tan seguros. Kageyama si que parecía entrenar mejor, pero más bien técnicamente, como si estuviera entrenando por su cuenta, pero no parecía que su relación hubiese mejorado, más bien parecía que se había creado una distancia entre ellos que les estaba afectando a los dos.

Empezó la reunión partiendo de la reacción de Hinata frente la situación de Kageyama, la cual les había sorprendido y no para bien. Suga era el que más preocupado parecía, no era la primera vez que Shoyo tenía un ataque de nervios por Tobio, ya porque él no le había contado que estaba enfermo o porque desaparecía para irse a Tokyo sin decirle nada. Llegó a la conclusión que tenía una pequeña obsesión por él por falta de confianza en si mismo. Todos estuvieron de acuerdo que el pelirrojo tenía ese tipo de problema y tenían que buscar una solución aunque no sabían cual, aún así el profesor recalcó que no era la más importante en ese momento.

— Ahora, lo que es importante es saber que pasa con Kageyama.- Se aclaró la garganta y empezó a narrar su historia que tenía intrigados a los tres jugadores y al entrenador que sabían que no iban a ser buenas noticias.- Hoy cuando ha venido a la sala de profesores era para entregar un permiso para irse a casa porque no se encontraba bien. El profesor que había allí lo ha cogido y lo ha guardado en la taquilla de su tutora. Me he levantado para ir a buscarlo y tal y como me esperaba, había algo raro en ello. Normalmente, como ya sabéis, cuando coges un permiso para irte a casa te lo hace la enfermera que lo firma y luego tiene que firmarlo tu tutor después de haber llamado a tus padres. A pesar de ello, el profesor se lo había cogido sin firmar ni nada, puesto que su tutora estaba dando clase y estaba claro que no le había dado tiempo de firmárselo. Al fijarme más, me di cuenta que la fecha era de cuando si que había estado enfermo, aunque no sé como él seguía con la autorización. La parte más fácil para aclararlo todo fue llamar a su madre, me cogió el teléfono y me preguntó que si era del instituto de su hijo. Tobio había hablado con ella y ya estaba informada que se iba para casa porque no se encontraba bien, después me comentó que por problemas familiares se tenían que ir a Tokyo un par de días y que Kageyama no vendría al colegio por lo que serían las dos próximas semanas. Cuando hubo cambió de clase, la tutora de Kageyama se me acercó y me comentó que los profesores de las asignaturas que él tenía suspendidas habían repasado los exámenes y al final si que salían aprobadas y por tanto podía ir al campeonato. Le pregunté como podía ser que hubiesen hecho esa revisión que nunca hacemos, y me contestó con un: <Los profesores han pensado que podía ser que hubiese algún error en la corrección y lo han revisado. Su media total ha quedado por encima del 6.> Por esa regla de tres, a Hinata también se le tendría que haber hecho.

>> Investigué un poco más porque todo me olía muy mal, Hinata no se le ha cedido esa oportunidad, solamente la ha tenido Kageyama de todos los alumnos del centro. Si que es cierto que su padre tiene una gran reputación en el mundo de la economía de este país y más todavía en esta ciudad. Y puede que haya ofrecido algo de dinero a cambio de esa revisión y se rumorea que puede que tenga acciones o que dé donaciones al instituto del Aoba Josai, el cual fueron él, su mujer y su hijo mayor Haru. Allí es donde más me sorprendió, Haru vino la semana pasada a hacer una charla a su anterior instituto y es raro que justo cuando llega a Tokyo, un par de días o menos, de ver a sus padres le surja un problema.

— Profesor...- Daichi empezó a hablar, esperaba que lo que estuviera insinuando no fuera cierto.- ¿A dónde quiere llegar? ¿Qué quiere decirnos con todo esto?- La voz de Daichi tembló un poco delante de esa posible realidad que se encontraban.

— Para entrar al Aoba Josai a mitad de curso, tienes que hacer una prueba de mínimo de una semana en el instituto y según tu rendimiento van a escoger si puedes entrar o no. Yo creo que es por eso que no nos invitaron al torneo porque si íbamos, nos podíamos enterar de la situación de Kageyama.

— A lo mejor es verdad y su hermano se ha puesto enfermo, démosle el beneficio de la duda. A lo mejor no es nada de lo que nosotros pensamos. A lo mejor yo soy muy bueno, pero no creo que él pudiera hacer eso algo así. Quizá al equipo sí, pero no a Hinata.

— Suga, deja de autor engañarte. Su sueño siempre ha sido el Aoba Josai y es su destino. Él tiene que estar en un equipo como ese, no en un equipo pequeño como el Karasuno.- Añadió Asahi quien había estado callado todo el rato hasta ahora. Daichi lo miró con cara de tristeza.

— Prefiero darle el beneficio de la duda, no quiero pensar en que podríamos perder miembros del equipo, pero lo que más me importa es que Hinata no se entere de todo esto.- Soltó un suspiro, todo esto le producía dolor de cabeza.

— Puede que ya lo sepa...- Suga estaba mirando al suelo hasta que levantó mirando la reacción de todos los que estaban allí. Su sonrisa era algo triste y añadió.- Puede que sea despistado, impulsivo, nervioso o mil cosas más, no es el más listo, pero tampoco el más tonto. Él fue quien se encontró la bolsa de plástico donde había una camiseta del Aoba Josai, la tenía guardada en la mochila porque se había olvidado de tirarla, es tan desastre.- Intentó reír, pero aún así sonó triste.- La talla coincide con la de Kageyama. Se la trajo Oikawa un día o a saber cuantas le ha dado. Kageyama es el último en irse. Un día hablando con el conserje me contó que del pabellón salían dos chicos y uno de ellos no iba a nuestro instituto... Quiero ofrecerle el beneficio de la duda como he dicho aaaantess.- Sus ojos empezaron a nublarse por las pequeñas gotas que empezaban a crearse. A Daichi se le rompió el corazón al ver a su compañero de esa forma, así que rápidamente fue a abrazarlo. Con su cabeza apoyada en el hombro de Daichi, Suga soltó una última frase antes de romper a llorar.- Que no se entere.

Todos estuvieron de acuerdo en no decirle nada a Hinata ni a ninguno de los otros jugadores, pero sobretodo tenían que tener cuidado con el primero. Saber que no contaba con él para decirle ciertas cosas ya le dolía, saber que a lo mejor se iba del equipo, lo iba a destrozar.

Pero como había dicho Koshi, Hinata no era tonto y sabía que estaban esperando a que se fuera para hablar sobre Kageyama. Después de irse para casa, había algo que le comía por dentro y era la curiosidad. Así pues, dio media vuelta y volvió hasta el instituto. Toda la parte donde hablaban sobre él no llegó a escucharla y eso le sirvió para ahorrarse otra pena. Escuchar que pudiera ser real que Tobio se fuera y los dejara, bueno, lo dejara por el Aoba Josai le dolía demasiado. Cerró los ojos, cogió la bicicleta y se fue hacia su casa mientras lloraba durante todo el trayecto. Cuando llegó, fue cerrando todas las puertas fuertemente y se tapó debajo las sábanas. No tenía hambre. Empezó a dar vueltas en la cama, no podía dormir. Cogió el móvil y empezó a mandar mensajes.

And His Smile Is So Fucking Cute |Hinata y Kageyama|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora