Después de que me correspondiera el abrazo frente la residencia, noté que algo dentro de mi cambió. No sabía que había sido, pero algo no se sentía igual que siempre. Un sentimiento extraño me recorrió el cuerpo, no siempre me había sentido así. Solo una vez con Iwa hacía ya muchos años. Se podía decir que me llegó a gustar, pero tampoco lo suficiente para empezar algo y allí había quedado la cosa. Ambos sabíamos como estaba la situación, pero era lo típico, ninguno quería estropear lo que había. Y así nos quedamos, oprimiendo y negando nuestros sentimientos esperando que así todo se solucionaría, pero no era así. Siempre había miradas, gestos tentadores. Aunque cada vez eran menos.
Y así me sentía yo, con ganas de correr hacia el moreno y no dejarlo ir. En estos meses, él había sido la única idea que tenía en la cabeza. Tenía que protegerlo de cualquier cosa. No tenía a nadie desde el principio y ahora tampoco. A pesar de Suwa y su grupo que eran sus amigos, sabía que no iban a estar por él en los peores momentos de verdad. En cambio yo iba a estar allí para siempre. No tenía claro de que forma eran mis intenciones porque mi cabeza empezaba a dudar.Me fui yendo para mi casa, di una vuelta más larga pasando cerca del Karasuno. Necesitaba despejar la mente antes de sentarme en mi casa a comer, quizá con mi madre, mi padre o solo. Como la mayoría de veces, mis padres viajaban o trabajaban hasta tarde y mi hermana hacía tiempo que se había ido de casa y vivía con su futuro marido.
Al pasar por el cruce de la calle del Karasuno y la que te llevaba hasta casa de Kageyama, me encontré con la suerte personificada. No podía creer que aquello me estuviera pasando a mi. Sin quererlo, después de ver eso, podría cuidarlo como nadie. Tobio había sido traicionado por su supuesto amor y eso le iba a romper el corazón y yo iba a estar allí para él. No había nada más que yo quisiera que ser el hombro donde llorar y quizás algo más que ser su hermano mayor en el Aoba. Cogí el móvil e hice una foto de esa escena. El cabeza zanahoria besando a la rubia que el colocador tanto odiaba. Me esperé allí, viendo como acaba la escena.
La chica le hablaba, pero Hinata estaba a quilómetros de ese sitio. No sabía que pasaba por la cabeza del menor, pero seguro que no era bueno. A lo mejor se arrepentía de haberla besado, yo lo haría. Al fin y al cabo había traicionado al amor de su vida? Para nada Shoyo iba a ser el amor de la vida de Kageyama y más si yo podia evitarlo. Hacía tiempo que me sentía celoso cada vez que Tobio comentaba algo sobre el atacante, parecía no haber pasado página. Cuando vi a la rubia alejarse, me acerqué poco a poco y le puse una mano encima del hombro. Apreté un poco y enseguida más fuerte. El pelirrojo se retorció de dolor debajo de mi mano y por un momento se sintió bien. Me posicioné delante de él y lo miré. Aquello acababa de hacer mi día porque sabía que, en cualquier momento, eso iba a destrozar a Kageyama y lo que tuviese con Hinata. Sentía que podía tocar mi felicidad ¿En qué momento estar con Tobio se había vuelto una necesidad y mi felicidad? No tenía una respuesta, pero solo sabía que formar parte de su vida era una prioridad.
— La has cagado, pero bien besando a esa chica.- Me miró, su cara fue cambiando a medida que se daba cuenta de quien tenía enfrente. Ni que yo fuera el demonio en persona.
— ¿Se lo piensas decir?- Pensaba que se iba a romper a llorar, pero no lo hizo. Su voz a penas tembló y me sorprendió. A lo mejor se estaba haciendo el fuerte, estaba creciendo.
— Voy a hacer lo que sea necesario para hacer feliz a Tobio y con suerte no le diré nada hoy.- La verdad es que decírselo hoy no cambiaba nada. Tendría que guardar el secreto hasta el momento indicado. En cuanto él tuviera que elegir entre el Aoba, entre mí o el Karasuno, el cabeza zanahoria. Ese día era el indicado para las fotos.
Me fijé en su mirada y allí estaba ese punto de tristeza y miedo que le llenó por dentro. La culpa y el miedo lo iba a ir comiendo poco a poco sin saber cuando podría atacar ante ello.
— No serías capaz de hacerlo.- Levanté una ceja. No pensaba que Hinata dudaría de mis ganas para conseguir aquello que quiero.- No serías capaz de hacérselo a Kageyama ¿Serías capaz de romperlo tanto?
— No sabes de lo que sería capaz de hacer.- Me tomé un tiempo para darle un toco dramático.- Para conseguir lo que quiero.- Y sonreí.
— Me estás diciendo que te gusta Kageyama.- Levantó una ceja y yo mantuve mi sonrisa, era algo que él no se esperaba. Aunque yo tampoco sabía que responder.- No me lo puedo creer. Yo pensaba que lo odiabas.
— Pues pensabas mal. No te voy a mentir, no sé si me gusta o no, pero sé que no me gusta ver como juegas con él.- Me crucé de brazos y él me miró con los ojos bien abiertos.
— ¿Que yo estoy jugando con él? Tú eres el que estás haciéndote su amigo cuando quieres algo más con él.- Me miró enfadado, había dejado de ser su enemigo solo dentro de la pista.
— Bonito, no me voy a lanzar a sus brazos sin ser antes su amigo. A parte, yo no soy quien se va besando con otros por... ¿por pena?- Sonreí todavía más.- Sabes, Kageyama odia a Yachi porque te ha alejado de él y ahora que tú la has besado por pena, todavía se va a sentir más ofendido. Porque si eres capaz de besar a la chiquilla por pena, ¿con él que serías capaz de hacer?
Sus ojos se abrieron de par en par.
— Yo no le tengo pena. Tengo claro lo que siento.- En ese momento fue cuando el miedo se veía reflejado en sus ojos, iba a llorar.- Él... él me gusta.- Dijo muy seguro.
— Perfecto que lo tengas seguro y lo hayas dicho en voz alta, ¿pero sabes qué va a pasar?- Negó con la cabeza.- Que en cuanto se entere, va a venir a mí llorando porque le habrás roto el corazón. Y por mucho que le digas que yo tomé las fotos, seguirán allí. Se va a quedar conmigo, no te escogería a ti nunca. Una vez has probado la gloria, el resto sabe amargo.- Sus ojos empezaron a humedecerse, era el momento de irme.- Nos vemos cabeza zanahoria.Le removí el pelo y me fui.
Cuando llegué a casa, solté el suspiro que tanto me estaba aguantando porque dentro de mi había un poco de miedo. En el fondo, esperaba que Tobio viniera a mí. Para eso tenía que ganarme su confianza aunque me costara mucho. Tendría que apoyarle en todas las decisiones que él tomara porque al fin y al cabo eso es lo que hacen los novios, ¿no? Se apoyan uno al otro. Sonreí de solo pensar en que podría salir con Kageyama. Podría cogerle la mano a todas partes aunque él no quisiera y yo sería el motivo de su sonrisa. La gran parte del tiempo yo sería el motivo de su sonrisa.Como fue mi cumpleaños el jueves, cuelgo dos hoy jejejeje
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And His Smile Is So Fucking Cute |Hinata y Kageyama|
FanfictionVoley, su pasión. Su pasión, su competitividad. Su competitividad, su unión. Su unión, su fuerza. Su fuerza, su triunfo.