KAGEYAMA 17

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Me levanté desorientado. Abrí los ojos y todo estaba a oscuras, forcé la vista y empecé a ver todo aquello que me rodeaba. Era una habitación mucho más grande que la mía, todo blanco y con un olor muy familiar. Ese olor que me hacía sentir seguro. Me moví y todavía salía más olor, así que acerqué la nariz a las sabanas para impregnarme más.

La luz se encendió y me di cuenta donde estaba. Estaba oliendo las sabanas de Oikawa y él estaba justo en el marco de la puerta observándome.

— ¿Se puede saber que haces?- No quise mirarle a causa de la vergüenza. Empecé a ponerme rojo. Pocas veces me cogían con la guardia baja.- Anda, mírame. No se lo diré a nadie. A parte, te traigo agua y una pastilla para el dolor de cabeza.

Se sentó al lado contrario de la cama y me tendió el vaso con la pastilla. Lo cogí pero me puse de espaldas, seguía con los colores subidos. Cuando me lo tomé, me acordé que no le había dicho nada a mi madre. Busqué el móvil con la vista y no vi nada. Me toqué los bolsillos, pero no llevaba mi ropa. Vestía con una equipación vieja del Kitagawa Daiichi Junior High. Me giré para mirar a Toru, ahora si que estaba desubicado.

— Ayer vomitaste, no iba a dejar que te acercaras a mi cama con esa ropa.- Me volví a poner rojo.- Oye, a todos les ha pasado a alguna vez, a mi no pero...- Solté un ruido, allí estaba Oikawa.- la cuestión es que ahora estás mejor, tu ropa está en la lavadora, tu móvil cargando y ya le he dicho a tu madre que estás conmigo.

Y sonrió y yo no entendía por que hacia todo eso, pero se lo agradecía. Me gustaba haber conocido ese lado de Oikawa, aquel que me cuidaba y me quería como nadie lo había hecho. Era diferente al amor que me daba mi familia o el que me daba Suwa y sus amigos. Con Toru al lado me sentía incluido en cualquier parte y me alegraba porque no me sentía solo. Una vez has conocido la soledad, tienes miedo a volver a entrar en ella. No quería volver a sentirme como en el Karasuno, sin que nadie me entendiera. Prefería el Aoba sin él, que estar en el Karasuno con él, que solo me hacía daño y al revés. Y entonces fue cuando me acordé que había hablado con él, pero no estaba seguro de que ni cuanto. Tenía recuerdos borrosos de aquella conversación que no parecía real y esperaba que lo fuera porque era bastante patética. Lo miré a la cara, sin decir nada me sonrió.
— Luego te lamentas del papel que hiciste anoche.- Me tendió una mano.- Vamos a desayunar y no te avergüences por todo lo que dijiste. No te lo voy a tener en cuenta.- Y me guiñó un ojo mientras apretaba mi mano. No recordaba cuando se la había cogido, pero se sentía bien. Tiró de mi y nos fuimos a la cocina. Todo estaba como la tarde anterior, muy limpia y llena de comida. Abrió la nevera y me tendió el tetrabrick de leche.- Mientras preparo algo, tómate esto ¿Fruta o galletas?- Y así fueron todas las preguntas hasta que tuve un desayuno equilibrado con todo lo necesario. Lácteos, proteínas, frutas... todo perfecto por un chico de mi edad y con resaca según Oikawa. Estaba comiendo concentrado en los magníficos platos que tenía delante y que sabían tan rico. Después de mucho rato me di cuenta que estaba siendo observado.

— ¿Que?- dije con la boca llena.- ¿Estoy comiendo muy rápido?- Negó con la cabeza.- ¿Entonces?
Levantó los hombros.
— Solo te observo, quiero decir...- se tomó su tiempo para responder.- Me da pena saber que tengo los días contados para verte.- Y se ruborizó.
— ¿De qué estás hablando?- Me reí y al ver que no respondía, no se reía conmigo me asusté.- Me estás asustando.
— ¿Estás a gusto en el Karasuno?- Asentí. Suspiró. Me tocó las mejillas, me acarició- Entonces te he perdido.- Se levantó del tamburete.- Pero está bien, se aceptar derrotas ¿vamos a estudiar?

Y le seguí escaleras arriba. Estábamos sentados y esta vez él también tenía un libro abierto y supuse que se lo leía para alguna clase, me sorprendería que fuera por placer.

— ¿Oikawa?- soltó un ruido como respuesta.- ¿Dónde está mi móvil?- Con la cabeza señaló un rincón de la habitación.- Voy a cogerlo.- Soltó un "ajá" y volvió a concentrarse en el libro.
Desbloquee mi móvil y vi como había ganado más de 100 seguidores, pero no me importaba. Entré en los mensajes y fui directo a la conversación con Hinata. El último mensaje era de Oikawa diciéndole a Shoyo que estaba con él. Leí lo que había escrito.

— ¿Estas avergonzado de lo que le dijiste ayer?- Claro que lo estaba, pero no quería decirlo en voz alta.- No te preocupes, te quiere. Da igual lo que digas. Está seguro que vas a volver con él y yo también.
Lo miré, no podía entender lo poco que confiaba en mi. Realmente quería que supiera que ante cualquier cosa me iba a quedar en el Aoba. Aunque había otra cosa que me llamaba la atención.

— ¿Y tú?
— Ya te lo he dicho, yo creo que te vas a quedar en el Karasuno.- Me levanté y me fui hacia él porque claramente yo no quería esa respuesta. No era ni incluso la pregunta que quería hacerle.
— No, no me refería a eso.- Por fin se giro a mirarme.- Quiero saber si tu... has dicho que él me quiere.- Soltó un "ajá" y su cara era un gran interrogante.- Yo me preguntaba si tú también me quieres.
Se tomó un tiempo antes de decir nada, y de hecho no dijo nada. Se levantó y nos encontramos a medio camino.
— Kageyama...- Iba a decir que no, porque nadie querría alguien como yo. Me acarició la mejilla, me esta preparando para el rechazo. Pero entonces hizo algo que no esperaba, nunca lo hubiese pensado. Sus labios eran suaves al tacto y parecía que encajaban a la perfección con los míos. Se separó para coger aire.- Claro que te quiero. Más que a nadie.

Estaba allí, seguía sintiendo sus besos. Y me lancé y estaba vez fui yo quien lo besó. Era algo más intenso y con algo más que experiencia, se alejó de mi y me acarició la mejilla. Me besó la frente.
— Anda, vamos a estudiar renacuajo.- Asentí y me senté a su lado. Él se volvió a concentrar en el libro y yo me lo quedé mirando, seguía notando sus labios en los míos. Nunca había sentido nada así.- ¿Quieres más?- Volví a la realidad, ahora él era quien me miraba. Se acercó, me dio un beso rápido y se volvió a concentrar en el libro.- El resto te lo tienes que ganar estudiando.

Sonreí. Era feliz.

Hola,
Jejejeje vengo a decir que no se si acabar ya la historia. Me quedan 4 capítulos más por colgar y a lo mejor ya buscaría un final (el cual no os va a gustar), pero tengo la sensación que siempre acaba siendo lo mismo y os aburre. Dejadme vuestra opinión porfi, aunque veo que le dais mucho amor y os quiero por eso.

Muchos besos y espero que estéis todos bien,
Guio

#quédateencasa

And His Smile Is So Fucking Cute |Hinata y Kageyama|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora