And His Smile Is So Fucking Cute |Hinata y Kageyama|

HINATA 9

Me levanté por la mañana. Eran las 7. No me acordaba en que momento me dormí, no podía dejar de pensar en la conversación con él. Se me pusieron los pelos de punta al pensarlo. Había sido algo extraño, pero tenía ganas de verle. Tenía ganas de atacar un balón que él me colocara. Me miré la mano derecha, eso me trajo a un flashback a ayer por la noche, donde me había llegado a no gustar el volley por él. Apreté la mano, ahora no parecía ser así. Me sentía lleno de ganas, de energía y me gustaba esa sensación.

Cuando fui para el colegio analicé la conversación de Kageyama, era la primera vez que hablaba de su hermano y todavía más raro, de su padre. Sonreí al pensar que se había confesado conmigo. Cuando llegué al cruce donde nos separábamos después de entreno me esperé un poco para ver si venía o a lo mejor era muy raro que le esperara, como si fuera un acosador.
De fondo escuché una voz, me giré y era Yachi. Suspiré, en el caso hipotético de que Kageyama apareciera por su calle, al verme con Yachi se pensaría que había quedado con ella y por tanto... no sabría qué pensaría Tobio, era tan difícil de leer su mente, pero en el caso contrario... Pensé en como yo reaccionaría, verle con otra chica después de la conversación de ayer. Bueno, no solo la conversación de ayer, sino después de todo por lo que habíamos pasado... ¿Qué habíamos pasado juntos en realidad? Solo los entrenamientos y poca cosa más. Quizás podríamos añadir lo de las notas, querer ir a Tokyo al torneo...
Me acordé de sus ojos, quería saber qué escondían, quería que me explicara todo eso que escondía y que se reservaba solo para él. Suspiré.
¿Por que me estaba preocupando por él?

Alguien puso una mano encima, mi corazón se aceleró. Me lo imaginé allí, cogiéndome, pero por primera vez de buena forma, de una forma con la que sintiera cariño o respeto hacia mí a partir de un simple gesto como era cogerme. Me apretaría el hombro, me giraría para verlo y en sus ojos vería una sonrisa aunque él no estuviera sonriendo. Suspiré y me preparé para verle. Para mirarle a la cara. Por otro lado, no sabía como enfocar nuestra futura conversación teniendo en cuenta lo que había pasado ayer por la noche. Ayer... ¿podíamos haber cambiado?

Cerré los ojos y me acordé de haberlo visto a través del cristal. Yo estaba con el pijama y calentito a casa, pero él se estaba mojando y me miraba. Esos ojos a metros de distancia producían algo en mi que no podía descubrir. Me había costado tiempo aceptarlo, pero esa chispa que sentía al verle era continua desde hacía meses. No sabia que pensar de él. Respiré hondo y me preparé para ponerme de frente a él. Antes de girarme, la mano que tenía en el hombro y que me apretó otra vez, cada vez se hacía más pequeña hasta que deducí que esa no era la mano de Kageyama.
— ¡Hinata! Me sorprende verte tan temprano, siempre sueles llegar tarde.- Él solía llegar antes y quería hablar con él. Había dormido pocas horas y mal, los mensajes de Tobio me habían dejado descolocado, pero eso solo eran mis pensamientos. Kageyama no lo había hecho en ningún sentido raro. Él no había sentido esas palabras como yo lo había hecho.- ¿Vamos ya para clase?

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