HINATA 15

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— ¿De verdad que no lo sabes?- Negué con la cabeza. Se apartó rápido de mí y cogió una botella que tenía pinta de ser muy cara. Bebió de ella y supe que el Tobio que yo conocía había desaparecido. Kageyama se había ido el día que le dije que se podía quedar en el Aoba Johsai, lo que no sabía él es que mi vida también había cambiado desde que él no estaba, había perdido sentido. Yo había intentado permanecer lo más sereno posible, pero por dentro me moría. Se volvió a acercar rápidamente y se paró aún más cercas. Su aliento olía a alcohol, a vino caro. Inconscientemente y sin que se diera cuenta me acerqué aún más a él. Miré sus labios, estaba tan tentado... pero se movieron antes de que pudiera hacer algo.- Tú.

Y se fue chillando por la puerta y yo me quedé allí sentado en el suelo. Noté que me levantaban y me sentaban en una silla. Yo seguía en estado de shock porque él había dicho que yo era su sueño, pero eso podía significar muchas cosas. Como por ejemplo que su sueño era yo fuera de su vida, a lo mejor como no estaba en sus plenas facultades había dejado la conversación a medias. No sabía que hacer. Reaccioné cuando vi a Daichi salir del restaurante detrás de Kageyama. Intenté levantarme, pero noté unas manos encima de mis hombros obligándome a permanecer allí. Suga se acercó, me removió el pelo y me dijo que mejor me quedara allí, Daichi se iba a encargar de todo. <<Tú, tú, tú, tú>>. Yo, yo era su sueño y debía luchar por ello porque desde mi punto de vista, ahora que lo pensaba. Él era mi... ¿sueño? Volví a hacer fuerza para levantarme, pero Tanaka me tenía bien cogido. No sabía como salir de allí. Le pedí a Nishinoya si me podía dar un vaso de agua. Lo acercó al lado de Tanaka y le pedí si me podía levantar a buscarlo. Al final cedió y aproveché para salir corriendo. Una de las cosas buenas que tenía era ser ágil y rápido y los dejé atrás.
Salí del restaurante corriendo. Aparté la puerta de golpe y moví la cabeza rápido en busca de alguna señal que me indicara por donde se había ido, por que dirección Kageyama había salido huyendo de él mismo. Suspiré y me quedé en silencio pensando que iba a decirle si me lo encontraba. Entonces escuché unas voces que venían de un callejón a la derecha. Me acerqué y reconocí ambas voces.
— ¿A que estás jugando Kageyama?- Escuché a Daichi decir, hubo un silencio largo sin ninguna respuesta de Tobio.- Yo creo que estás un poco perdido o tienes miedo.
— ¿Sabes qué es encajar? Nadie sabe quien es el Rey. Tengo amigos.- Soltó un gran y largo suspiro, para luego escucharse un sollozo.- Allí... la gente... me quiereee...
— Kageyama, pero a que precio. Estás encajando porque bebes alcohol cada semana y fumas. Ese no eres tú, el Kageyama que nosotros...
— Daichi, no tenéis ni idea de como es el Tobio Kageyama de verdad porque nunca le habéis dado una oportunidad. El único que parecía habérmela dado...- Dejó un gran silencio ¿Era yo ese que le había dado la oportunidad?- Me dio la espalda. Estoy solo.
— Kageyama, nunca te dio la espalda. Tendrías que haberlo visto.- Daichi se rió y se escuchó una pequeña risa de Kageyama. Una sonrisa se puso en mi cara, como un tonto.- Estaba hablando todo el día de ti. Las dos semanas que estuviste en Tokio, bueno... digamos que en Tokio- Daichi soltó un suspiro.- Estaba super nervioso para que lo respondieras. Casi se mordía hasta las uñas. Cuando te fuiste de verdad, pensaba cada día en mandarte un mensaje o esperar uno tuyo, pero como nunca le respondiste ninguno, se rindió.
— ¿Que mensajes? No usaba casi el móvil porque me veía con mis amigos entre clase y clase. Y nunca me llegó ningún mensaje suyo.- Me empecé a encender. No entendía por que estaba mintiendo de tal forma.- No recibí ningún mensaje, pero al menos puedo respirar tranquilo. Me gustaría leerlos, pero ya no podré, pero existieron y es más que suficiente.
Se me calló el alma al suelo, ¿de verdad que tenía suficiente con los mensajes? ¿Aunque no los había leído estaba feliz? Necesitaba hablar con él.
— Suga me pasó las capturas de pantalla que Hinata le mandaba sobre sus mensajes.- Ambos rieron, pero yo me enfadé. Yo confiaba en Suga.- Así que las tengo aquí, por si quieres verlas.
— No hace falta Daichi, solo quiero saber una cosa.- Hubo un silencio.- ¿Como le dijiste a Suga que te gustaba? ¿Cómo le dijiste a Suga que lo querías?

Se hizo un silencio extraño, no era incómodo, pero si que había dejado a todo el mundo descolocado, incluso a mí.
— ¿Cómo sabes que... yo.. eso?
— Daichi, no seré el más listo de clase, pero no soy imbécil.- Me lo imaginé sonriendo. Y se me hizo un nudo en el estómago.- Se ve de lejos, no se si estáis juntos o no, pero os queréis. No se de que forma, pero lo hacéis.- Otra vez silencio, necesitaba saber como se estaban comportando, sobretodo Kageyama.
— Fue cuando te fuiste, Suga estaba preocupado por Hinata.- Kageyama hizo una risa ahogada que apenas se pudo escuchar.- y yo por el equipo en general y por ti sobretodo. No soy mucho más mayor que tú, pero creo que necesitas a alguien que te cuide. Suga lloró ese día y entonces le dije que no iba a pasar nada si estábamos juntos en esto, los dos. Y de alguna forma u otra lo entendió. Me acarició la mejilla y me dijo que juntos iba a ir todo bien...- Silencio, Daichi debía estar pensando la respuesta porque ésta podría marcar un antes y un después.- Y le besé.
Me salió un grito que ahogué con mis manos, Daichi estaba saliendo con Suga o al menos se habían besado una vez. Me los imaginé por un momento y mi cabeza se desvió a otras dos personas. De repente Suga se volvía más bajito y con el pelo pelirrojo y Daichi crecía, su pelo era negro azabache y de tez pálida. Unas mariposas dieron vueltas por mi estómago. Quité esos pensamientos de mi mente para concentrarme en la conversación.

— ¿Tú se lo has dicho? A Hinata, ¿se lo has dicho?- Silencio, supongo que Tobio estaba pensando que responder y yo estaba interesado en esa respuesta porque quería saber si era correspondido o no.- ¿Y por que no?
— Bueno... yo... Yo se lo dije, se lo dije de forma indirecta y el muy tonto no lo pilló.- Se rio, pero sonó triste. Una mala sensación se me puso en mi cuerpo, sabía hacia donde iba a ir esa conversación y no quería escucharlo llorar. A lo mejor él no lloraba, pero yo cada vez que lo recordaba lloraba mucho.- El día del torneo, le besé. Le besé en la frente y le dije que si me pedía que me quedara, yo lo hacía y me volvía al Karasuno. Incluso ahora, le he dicho que él era...
— Kageyama, no todos pensamos como tú, de hecho, nadie piensa como tú. Solamente Tobio Kageyama se entiende al 100%, igual que Hinata. Nunca habéis hablado sinceramente entre vosotros. Al final, él lo hizo porque pensaba que era lo que te iba a hacer feliz, aunque él no lo quiere así. Él te quiere a su lado, eso te lo aseguro por lo que más quieras.

Empecé a ponerme rojo de la vergüenza, no pensaba que pudiera llegar a ser tan obvio. Daichi tenía razón, yo lo quería a mi lado. No tenía claro de que forma, pero lo quería. Un hormigueo extremadamente grande empezó a dar vueltas por todo mi ser ¿Qué era eso?

— Puede que sea así. Y así lo deseo, pero no puedo pedirle que se quede a mi lado.- Silencio.- Siento que si se queda le voy a hacer más daño aún.

— ¿¡Pero tú quien te crees para decidir sobre lo que me duele o no!?- Allí me encontraba, frente al capitán del Karasuno y el... ex colocador del mismo.- No eres nadie para escoger sobre mi vida porque yo no quiero que no estés. Me duele más verte lejos que tenerte cerca.
— Hinata ¿Cuánto hace que estás aquí?- Me quedé mudo. Se levantó.- Escuchar conversaciones ajenas es de mala educación.- Me dio un golpe en el hombro y se fue.- Vámonos Suwa.

Sus amigos habían aparecido hacía poco y se fueron dirección contraria a nosotros. Me giré y vi su silueta borrosa. Apreté fuerte mis ojos y unas lágrimas cayeron. Vi como cogía un casco negro mate que le dio la chica con la que había entrado hacía un rato al restaurante. Se lo puso y en ese momento pensé, mucho a mi pesar, que estaba extremadamente guapo en ese conjunto negro. Se sentó en la moto y rodeó la cintura de la chica con mucha delicadeza y pensé que sería ser abrazado de esa forma. Se giró un momento para mirarme. La moto se encendió y se preparó para irse.
Cerré los ojos, lo había perdido otra vez. Llevaba tantas veces que pensaba que nunca sería posible recuperarlo. Una figura alta se colocó delante mío. Vi el casco enorme delante. Tobio se levantó la visera, me miraba con esos ojos grandes de color azabache que hacía poco tiempo me había dado cuenta que me gustaban demasiado. Suspiré.
— No sé cuanto has escuchado, pero sea lo que sea.- Solo podía ver sus ojos y estaban totalmente vacíos de cualquier sentimiento. Vi un destello de felicidad.- Es verdad.- Sus ojos volvieron a perder color y añadió una última frase.- Pero no estoy listo para aceptar lo que siento.

Cerró la visera y esta vez si que se fue. Lloré, pero era una mezcla de muchas cosas, entre felicidad y tristeza. Abrí la boca y en un susurro dije: pero yo si lo estoy. Yo si estoy preparado para intentarlo.

And His Smile Is So Fucking Cute |Hinata y Kageyama|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora