HINATA 10

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Sabía que no me lo había imaginado, lo había visto salir corriendo dirección contraria a su clase y solo pude preguntarme hacia donde iba. Suspiré, nos habíamos quedado mirando solo por milésimas de segundo y vi algo reflejado en sus ojos que no supe leer del todo, pero yo juraría que era dolor, pero de aquel que va acompañado con culpa. Esperaba que no se sintiera culpable por haberme respondido de esa forma por SMS porque en el fondo no me importaba, sabía que detrás de aquellos mensajes había un secreto y una preocupación que le costaba reconocer. Estuve a nada de levantarme, pero Yachi me paró llamándome y haciendo olvidar por un momento a Tobio que cuando volví a mirar por la ventana ya no estaba. Después del entreno iba a hablar con él, aunque tampoco tenía mucho tiempo porque tenía que estudiar mucho, mañana era uno de los tres exámenes que tenía. Volví a mirar a Yachi y le sonreí, pero mi sonrisa era falsa. No sentía nada, mis preocupaciones se iban hacia Kageyama que parecía estar más lejos, que de costumbre, de la superficie terrestre. A veces me fascinaba como funcionaba su mente. Sonó el timbre y al cabo de poco entró el profesor.

Conseguí salir un poco antes de la clase de Yachi porque había estado estudiando mucho y ya me lo sabía todo. Me senté en la pista al lado de la puerta esperando a que entrara por la puerta. Entraron todos, pero ninguno fue Kageyama. A medida que iban entrando me di cuenta de que me miraban raro, como si no entendieran nada y yo todavía menos. Empezó el calentamiento y no había llegado. Todos me miraron como si yo fuera a saber por que no estaba. Al final Tanaka rompió el silencio diciendo que lo habían visto sudoroso y jadeando en el segundo piso yendo a la enfermería de la tercera planta. Después de este comentario se abrió un debate sobre por que tenía que haber ido hasta la tercera planta a la enfermería si en todas las plantas había, también les parecía raro que ninguno de ellos supiera nada y más después de que les hubiera dicho a Tanaka y a Yu que se iban a ver en entreno. Cuando llegó el entrenador, todo el mundo calló y se mantuvo el silencio hasta al final.

Mientras estirábamos, llegó el profesor. Se paró y respiró un poco antes de empezar a hablar, parecía que había venido corriendo. El entrenador lo miró con cara de circunstancias, no entendía esas prisas. Justo cuando el entrenador iba a decir algo, el profesor levantó la mano para hacerle callar y cuando acabó recobrando todo el aire, empezó su discurso.

— Hola, primero de todo siento que se vayan a ir más tarde a casa.- Las miradas corrieron entre nosotros.- Hay dos cosas importantes que os quiero decir, la primera es que hemos sido invitados a un torneo. Se ve que cada equipo puede traer un invitado y el entrenador del Nekoma se ha puesto en contacto conmigo.- Esperó a que asimiláramos toda esta información, para luego seguir.- El torneo es en el Aoba Josai, se ve que es un torneo a lo grande donde no solamente hay volleyball, sino que también se hacen sorteos, comida... Vienen equipos de muchos sitios de Japón, es por eso que hay dos pabellones, con 3 pistas cada uno y allí se van a jugar los partidos. A nosotros nos ha tocado el pabellón 2 que está a 10 minutos andando del albergue, pero a 1 hora en coche del otro pabellón. Así que si no llegamos a la final no vamos a ir al pabellón 1.
— Profesor.- Todo el mundo se giró para mirar a Daichi.- ¿Se sabe contra quien jugaremos?- El profesor asintió y nos entregó unos panfletos con toda la información. Cuando todos nos lanzamos a leer que ponía, nuestro capitán carraspeo para añadir un último apunte.- ¿Donde está?
Se hizo silencio en el pabellón. El profesor cambió su expresión facial por una más bien seria y preocupante, cosa que me puso alerta. Él suspiró y nos contó todo lo que sabía.
— Por problemas personales y familiares, no me preguntéis cuales porque no los sé... Kageyama va a estar dos semanas fuera de la ciudad en Tokyo, por tanto no va a asistir a clases tampoco.- Todos nos quedamos helados, nadie sabía que decir. Tenían que ser problemas muy graves para que se tuviera que ir a Tokyo, pero él no era de allí... el único que vivía allí era Haru, el hermano de Kageyama que había ido al Aoba Josai. Después de saber que Kageyama tenía un hermano estuve buscando por internet, hasta que lo encontré. A lo mejor le había pasado algo y por eso iba corriendo hoy. Pero... si mañana no venía, ni el otro ni el otro... los exámenes, él no iría a Tokyo. Miré a Daichi que no me miraba, busqué socorro en alguno de mis compañeros hasta que vi a Suga sonriéndome. Me relajé un poco más.- No os preocupéis por Kageyama, el tema de los exámenes está solucionado. Si regresa, podrá ir a Tokyo.
— ¿Cómo si regresa? Acaba de decir que serán 2 semanas. Me está... nos está ocultando algo. Hable.- Le acusé con el dedo, no me podía creer lo que acababa de escuchar, podía ser verdad que perdería a Kageyama para siempre. Suga me cogió y me apretó contra su pecho. Una lágrima cayó de mi ojo que él rápidamente limpió.- No puede hacernos eso, ¿donde estudiará? ¿En que equipo jugará? Él pertenece aquí, él pertenece al Karasuno, él... yo soy su señuelo.- Y mi voz cada vez fue aflojando hasta dejar de oirse, Suga me apretó más y me acompañó hasta el vestuario. No me querían allí, no de esa forma.

And His Smile Is So Fucking Cute |Hinata y Kageyama|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora