22.

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-¿Qué te hace pensar que no me importas? -preguntó Shawn, obligando a que la chica lo mire a los ojos.

La chica suspiró.

-Son tantas cosas, Shawn. No te importó el hecho de que me haya deprimido desde ese día, por que sé que ni siquiera preguntabas por mí. -sollozó la chica.

El chico se rascó la nuca mientras negaba.

-Les preguntaba todos los días a Marielle y Sandra como estabas -Marielle y Sandra son sus mejores amigas, desde que llegó a USA como inmigrante.- Me culpaba una y otra vez por no ser lo suficientemente bueno para ti, por que, el hecho de que me hubieras engañado significaba que buscabas cariño en otros brazos. ¿Y aún así crees que no te importo?

La chica bajó la mirada. El chico se había demorado mucho en decirle eso, se había pasado esos años pensando que no le importaba.

Aún recordaba las noches que se pasó en desvelo, llorando por el chico, mientras era consolada por sus 2 mejores amigas, las cuales le fueron de muchísima ayuda en ese momento difícil para ella.

-Una llamada hubiera bastado. -dijo limpiándose una lágrima que caía por su mejilla y se revolvía el cabello.

El castaño suspiró, sabía que la chica tenía razón, sabía que él tenía el deber de si quiera verla una vez, pero no podía, no podía.

-Lo siento. -dijo el chico, mientras se tapaba los ojos, evitando que la chica lo vea así por que sus ojos estaban brillando debido a las lágrimas que quería soltar.

La chica tosió mientras sorbía por la nariz, observó al chico por unos minutos y, seguidamente lo abrazó. El chico se aferraba cada vez más a ella, a pesar de tener una temperatura muy alta.

-Sé que fui un idiota, un tonto, pero de verdad te quise y me importabas demasiado, aunque no lo creas, te quería demasiado. -dijo el chico, abrazando a la chica.

La chica se recostó en el hombro del chico, entre su cuello y su clavícula, mientras lloraba en silencio.

-¿Me perdonas? -dijo Shawn, separándose de la chica, mirándola a los ojos, mientras ella tosía otra vez.

-¿Cómo sé que no desaparecerás de nuevo? -preguntó la castaña temerosa.

El chico tomó su caliente y pálida mano.

-No lo haré, promesa. -dijo juntando su mano con la de ella.

Ambos se abrazaron, sellando dicha promesa. Ambos con sentimientos encontrados, ambos con dolor y felicidad al mismo tiempo.

-Sé que es un momento malo, pero hace mucho tiempo quería decirte algo, eh... no sé como te lo vayas a tomar. -dijo el chico nervioso, separándose una vez más de ella.

Camila se sentó derecha mientras miraba a su pijama.

-Yo también quiero decirte algo. -dijo nerviosa, tanto que ligeramente comenzó a rasguñarse.

-Damas primero. -dijo el chico, tanto o más nervioso que ella.

La chica miró al techo, sin saber encontrar las palabras correctas para explicarlo, luego jugó un rato con su pijama y luego se tranquilizó botando un poco de aire.

-Hace unas semanas me he comenzado sentir rara. -comenzó su relato.- Es algo que ya había sentido antes...

-¿Problemas de asma? -preguntó el chico preocupado. La chica negó.

-No, es algo más... íntimo, personal, ¿me entiendes? -dijo haciendo una mueca de confusión. El chico asintió mirándola fijamente.- Es algo raro pero a la vez tan hermoso... -siguió explicando mientras se sentía nerviosa a cada segundo.- Ugh. -bufó.- Me estoy sintiendo como una tonta.

Shawn peñiscó su cachete.

-Continúa.

Camila suspiró lentamente.

-Cada vez que te veo no puedo evitar sentirme rara. Como si hubiéramos vuelto 3 años atrás y fuera lo mismo... no sé. Estoy... sintiendo cosas por ti. -dijo la chica, sin rodeos, sintiendo como la sangre subía a sus mejillas y se volvía totalmente roja. Por el resfriado y por la vergüenza.

Shawn la miró asombrado mientras ella evitaba su mirada. El chico se rascó la nuca, mientras se sentía feliz por dentro pero nervioso por fuera.

Él iba a decir lo mismo.

-Es muy raro pero... iba a decir prácticamente lo mismo. -dijo el chico, tomando la mano ardiente de la chica. Ella subió la mirada, encontrándose con los hermosos ojos de Shawn.- Es un sentimiento más fuerte que el de antes.

-No sé que hacer, me siento extraña. -dijo la chica, mirando abajo.

-No tienes por qué sentirte así, princesa. -la chica subió su mirada al instante de escuchar dicho apodo.

Así le decía cuando eran pareja.

-¿Tú crees... crees que podamos intentarlo de nuevo? -preguntó el chico nervioso.- Para saber claramente nuestros sentimientos. -siguió.

-No me gusta la idea de que solo sea para aclarar algo. -dijo la chica sincera.-Debe ser por que ambos queremos estar juntos y darnos otra oportunidad. Debe ser algo tan fuerte como eso.

-Entonces que sea por eso, y te prometo que no lo arruinaré. -sonrió levemente el chico.

La chica estiró sus labios, formando una pequeña sonrisa en sus labios.

-¿Lo prometes? -preguntó la chica, poniendo su puño con el meñique estirado sobre sus labios, haciendo la típica promesa que suele hacer. El chico hizo lo mismo y juntos sellaron una promesa más en esa noche.

El chico la miró por unos minutos, en los que sus ojos cansados a causa de ls gripe lo miraban a él.

Y la besó.

(...)

Tres estornudos la hicieron levantarse, seguidamente de una tos incontrolable, la cual odiaba.

Se hizo una coleta sin dejar de toser, mientras se sentaba en su cama somnolienta.

-¿Cómo amaneciste, pequeña? -preguntó Shawn, entrando a la habitación con una bandeja de chocolate caliente y churros.

La chica golpeaba la cama, dándole un tono gracioso a su incontrolable tos, y poco a poco se fue tranquilizando.

-Perfecta. -dijo co su voz ronca, riendo. El chico rió y se sentó junto a ella en la cama.

-Deberías tomar tu otra pastilla. -dijo el chico, acercándole la tableta de pastillas. La chica lo miró cansada y negó.

-N..o quie.ro -dijo con su voz cortada por la gripe. Shawn sonrió con paciencia.

Y se pasaron toda una mañana, en la habitación de la chica, Shawn cuidándola y ella como una niña. Y eso no pasaba desde hace 3 años.

Just Leave [Shawmila]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora