Capítulo 9

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*editado*

SEIS HORAS AQUÍ, Dios... ¡Alguien que me lleve a casa! Como quisiera una venda en mis ojos, pero no para que un chico me haga 50 sombras de Grey. Sino para no ver tal escena.

- Agh, juro que buscaría a un chico y le bailaría como esas zorras lo hacen con Alan.

- No lo harías. - Ríe Daniela

- ¿Apostamos?

- Si.

- Bien... Si yo bailo con un chico y consigo que Alan se enoje, tú... Dirás que estuviste enamorada de mi hermano desde que lo conociste... En frente de todo el colegio.

- Bien... Pero si ningún chico baila contigo... Tendrás que decirle a Alan lo que sientes por él.

Nos tomamos de la mano y empezó el juego. Claro que quería ganar, no quiero decirle a Alan mis sentimientos, seguro se me reiría. Aparte, no me gusta perder. Ja, ¿a quién le gusta perder? ¡A NADIE!

Comencé a buscar algún chico que estuviera bailando solo, pero me decepcioné al ver que ninguno bailaba solo, todos bailaban con alguien. Y esas... Tenían un cuerpo, que me sentí poca cosa.

Alguien soplo mi oreja de atrás y di un saltito. Era Alan, y estaba muy mal, por Dios. ¿Qué le paso en su hermoso labio?

Él cayó en mis brazos, ¿cómo podría sostenerlo? Él no sólo es más grande de edad, sino también de altura... ¿Dónde estaba mi mejor amiga? Su labio sangraba en mi vestido. Pero eso no era lo que me importaba.

Dios... ¿Qué haría con este chico? No puedo cargarlo... ¿Daniela... Dónde estás? Lo arrastraría hasta la entrada... Sabía que algo pasaría... Pero... Si no hubiera venido... ¿Qué hubiera hecho Alan?

A lo lejos vi venir a mi mejor amiga, me ayudó a levantarlo y llevarlo a su auto. Lo acostamos en el asiento trasero, y luego subimos en la parte de adelante. Daniela en el asiento del conductor y yo del copiloto.

- Bien... Sabes conducir, ¿verdad? -Dije asustada.

- No... -Entré en pánico.

- ¿Cómo que no? Daniela... Tu padre tiene 4 autos.

- Exacto... Mi padre, no yo.

- ¿Qué haremos?

- Voy a intentarlo.

- Dios... No morí por el olor a chivo... Voy a morir con mi mejor amiga, y el amor de mi vida.

- No exageres, no creo que sea tan difícil.

Daniela comenzó a manejar y... Se llevó un canasto de basura. Claro... Es fácil, ¿No Dani? Llegamos a mi casa, sanos y a salvo, a Daniela la vino a buscar su padre... Y Alan... Bueno... Está recostado en el sofá.

Fui a prepararle un café para Alan, esta muy mal, y quiero que se mejore, nada más. Al terminar su café, se lo fui a llevar, Alan estaba poniendo su mano en su frente.

- Alan... -Lo moví- Ven... Sientate... Tomalo, te sentirás mejor.

- Gracias Savannah...

Alan tomó unos cuantos sorbos, pero su borrachera aún no pasaba, y su labio con sangre se estaba secando.
Me quise levantar para buscar algo con que limpiarle su herida, pero Alan me detuvo.

- Espera... No te vayas... Por favor -Abrazó mi cintura.

- Alan... Voy a buscar algo para tu herida.

- No, no, por favor... No te vayas.

Alan me envolvió en sus brazos y yo no podía estar más emocionada y cómoda.
Pero sé que cuando ya no este tan tomado no recordará nada.

- Quedate aquí... Por favor... Te necesito -Apoyo su nariz en mi cuello y podía sentir su respiración.

- Esta bien... Me quedo.

- Savannah... Por favor... Nunca te vayas de mi lado.

- ¿Alan que estas dici... -Me miro y me interrumpió.

- Prometelo, por favor... -Hizo puchero.

- Te lo prometo.

Él se acercó a mí, me tomo de la cintura y me abrazó... Yo lo abracé mucho más fuerte... Alan se fue separando de mí para luego tomarme de la nunca y romper este espacio con un beso... Dios... ¡QUE SUAVES SON... TAL Y COMO ME LO IMAGINÉ!

Y si. Había perdido mi apuesta. Tenía que decirle a Alan sobre mis sentimientos. Pronto... Pero se lo diré.

Tú Mi DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora