Capítulo 52

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-No... no podemos irnos...-Alysse soltó el agarre de Z. Saco su arma de su cintura y corrió nuevamente al apartamento.
-¡Alysse no!, ven aquí.-Corrió tras ella.-No hagas una locura, joder.- No la alcanzó, Alysse entró al apartamento nuevamente. El chico se encontraba aún en el suelo del baño. Al verla volvió a temblar de miedo y levantó sus manos en señal de rendición.
-¿Quien es?- dijo apuntandolo con su arma- ¿Quien mierda es? ¿Como te contactas con ella?
-¡Por favor! ¡No me mates! ¡Te he dicho todo lo que sabía!- Alysse disparó al lavamanos, justo detrás de el chico, dejándole un gran hoyo. El chico comenzó a llorar. Alysse tenía la mirada oscura.- ¡Ella me llama! ¡Me deja el paquete con dinero en un contenedor de basura en el parque! Se llama Olivia- Alysse bajo su arma, sus brazos se le aflojaron, su cerebro se le fue en pensamientos. Z la tomo por atrás, le saco el arma.
-Vamos nena, vamos.-Alysse estaba estática- cariño camina por favor. Tiraba de ella. Al ver que no recibía una respuesta la tomo en brazos y salió del edificio. Alysse volvió en si, comenzó a llorar en el pecho de Z. La subió a su auto, mandaría a alguien por el de ella.
-No me lleves a casa, no ahora por favor.- lloro aún más fuerte. Z colocó la mano sobre su muslo para tranquilizarla.
La llevo al parque en donde se vieron una ves. Ahí Z solía pensar, iba para estar tranquilo.
Estaciono el auto y Alysse bajo. Se sentó en el pasto, mirando el lago. Su llanto había cesado. Z se sentó junto a ella en silencio.
Luego de unos minutos ella comenzó a hablar. Su mirada estaba fija en el lago.
-Olivia había muerto.- Z la miró confundido, ella siguió mirando el lago- ella era mi hermana. Tenía 14 años cuando desapareció, yo tenía 18 en ese momento, mis padres la buscaron por cielo y tierra pero nunca supieron más nada de ella. Luego de varios meses llegó la noticia de que había muerto.- se le cayeron algunas lágrimas- Nunca la viste porque mis padres la mantenían oculta de toda esta mierda. Desde que nació las amenazas aumentaron en su contra. Yo era más grande, aprendí muchas cosas, podía defenderme. Pero ella era más sensible, a ella no le gustaba entrenar. Nadie la conocía casi y por eso nos desconcerto su desaparición. Como familia habíamos fallado. Teníamos un círculo de amistades que trataba con ella, en sus cumpleaños y cosas importantes. Ellos nunca dijeron nada, la idea era cubrirla. Mi padre cuando se enteró de que había muerto mató a casi todos. En realidad los únicos que siguen vivos y saben de su existencia son Fran y Susy.- Z estaba sorprendido.- Se que estuvo mal ocultarla, pero no queríamos que nadie le haga daño. Ella tenía todas las comodidades en casa. A veces salía conmigo de compras. La presentaba como a una amiga. No quería que nadie la toque. Desde que sucedió eso, no quise ir más de compras, Lucy insiste pero es que no puedo.- limpio algunas lágrimas de su rostro- ella era la niñita de la casa, era delicada y dulce. Todo lo contrario a mi. No merecía que nadie le haga daño.- Z la abrazo.
-Tranquila cariño.- beso su cabello.
-No entiendo cómo es que está viva, y si lo está, ¿por que esas amenazas? Ella sabe bien que en nuestra casa tiene las puertas abiertas. Daría todo por volver a verla.- lloro nuevamente, Z apretó el abrazo.
-Investigaremos sobre eso. Yo te ayudaré nena.
-¿Me das un cigarrillo?- se separó de él para mirarlo. Pensó, no le había dado un sólo beso en todo el día.- espera- le dijo mientras el buscaba la cajetilla en uno de sus bolsillos.- antes, ¿me das un beso? - Z la miró, a los ojos. Aún tenia muchas dudas, quería saber quien era Max, quería que le explicase todo. Pero le quería y no podía permitirse no darle un beso. La tomo suavemente de la cara y le dio un beso profundo. Sus lenguas bailaban al compás que ellos dictaban. Se separaron. La miro con duda, no sabía si preguntarle.
-¿Que pasa?
-Solo, tengo una pregunta. Y no se si hacertela.
-Dimela. -Z suspiro.
-¿Quien es Max? Alysse si yo no soy suficiente, lo siento. Pero no puedo compartirte con nadie. Yo.. sólo dímelo y me iré de tu vida. -Alysse rió y lo miró tierno.
-No existe.- Z la miró confundido.- ¿escuchaste mi conversación con Lucy?-levantó un ceja.
-Algo. Pero no fue intencional, yo sólo iba a la cocina. Lo siento.
-Max es un invento. No quiero que se intrometan en nuestra relación. Nunca presente a ningún novio y tengo miedo de que nos hagan daño.- Z relajo sus músculos.
-Cariño- acarició su mejilla.- nadie nos hará daño, ni tu ni yo lo permitiremos. A tus amigos y familiares puedes decírselo. Aparte, levantaremos dudas cuando nos vayamos a Hawaii. Tú padre y el mío lo saben, pero igual. Si no quieres contarlo no hay problema.
-No había pensando en eso. Tienes razón. Luego le contaré a Lucy. - Z le besó la mejilla
-¿Hiciste tu maleta?
-Aún no, ¿tu?
-No, más tarde la haré. -los dos encendieron un cigarrillo. Alysse inspiró con placer.
-Hacia casi un mes que no fumaba uno de estos. Los extrañe.
-Eres una exagerada.
-Deja de fumar tu y vemos como te va.
-¿Hacemos una apuesta?
-No confió en ti, puedes fumar cuando yo no esté.
-Cariño, rompes mi corazón.
-Lástima.- los dos rieron.
Estuvieron en silencio, un silencio cómodo, durante un rato, terminaron los cigarrillos y aún seguían observando el lago.
Z hablo primero.
-¿También te llegaban amenazas?
-Si, ¿y a ti?
-Si, pensé que era un enfermo, de esos enemigos naturales que tengo en la mafia. Pero luego todo sé dio vuelta. Nunca pensé que podría ser.. bueno... ya sabes...-la miró.
-Yo jamás lo hubiese imaginado, un muerto no envía mensajes de texto.
-Tenemos que investigar quien está detrás de todo esto. Dejaremos gente a cargo, nuestros padres ya pusieron manos a la obra.
-¿Ellos también recibían amenazas?
-Sólo Charlie, el le pidió ayuda a mi padre. Se han vuelto muy amigos últimamente, creo que volvieron a recuperar su confianza.
-Eso espero, nosotros podremos estar tranquilos, sin problemas.
-Es verdad.
El celular de Z sonó. Éste atendió. Su mirada se torno oscura. Luego cortó de repente.
-Tenemos que irnos.
-¿Que ha pasado?
-He tenido unos problemas con la entrega de mercadería. Hay un chico que no quiere pagar.
-Vamos.
-Tu no vas, te dejo en tu casa.
-Vamos Z, no es la primera ves que veo a un montón de narcos enojados. De hecho, yo soy una de ellos, ¿recuerdas?- Z suspiro, tenía razón.
-Está bien, vamos. Pero no te metes.
-Tu mafia, tus reglas.- levantó las manos en señal de rendición.
Los dos caminaron al auto y se subieron, marcharon hacia donde estaba el problema.

Encuentro fatal. TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora