Casi dejo caer el celular al suelo, pero Andrew lo tomó antes de tiempo.
- ¿Qué sucede? - Miró el celular y cómo en él resplandecía el número de la última llamada. - ¿Era Adrianna?
- N-No lo sé, creo que si. - Tartamudeé, sacó su celular y comenzó a marcar el número, para luego llamarla.
Fue entonces cuando el timbre del teléfono de la casa sonó y me distrajo de mis pensamientos, fui a contestarlo, sosteniendo mi rostro con mis manos heladas.
- ¿Hola? - Mi voz tembló.
- Cariño, hola.
- Mamá, ¿Qué sucede?
- Nada, quiero decirte que hoy llegaré tarde. - Sonaba divertida.
- Oh bueno, te dejaré comida en el microon... - Me interrumpió.
- No comeré ni me pasaré por casa hasta mañana, Hayden. - Dijo, fría.
- Está bien. - Tampoco iba a insistir para que mi madre intentara brindarme algo de amor.
- Nada más cariño, eso es todo, nos vemos mañana.
Colgó. Dejé el teléfono en su lugar y volteé.
Andrew caminó hacia mi fastidiado. Mordí mi labio, tratando de que las lágrimas que contenían mis ojos no se derramaran.
- Ella no me contesta y... - Lo abracé y después de varios segundos reaccionó y, él también me abrazó.
- Mamá no vendrá hoy. - Sonreí a medias. - Al menos, significa que por hoy no habrá Dante.
Me abrazó aún más fuerte.
- Meteré los regalos que le traje y luego me iré, ¿Si? No la molestaré más.
- ¿Y si mejor se queda? - Pude ver sus ojos con más claridad, ya que mis lágrimas acababan de derramarse, dejando de hacer borrosa mi vista.
- ¿Quiere que me quede? Ya crucé muchos límites por el tan solo hecho de haber llegado hasta su puerta, traerle obsequios y entrar a su casa.
- No importa, me alegra que lo haya hecho. - Una sonrisa se formó en su rostro, y me miró, así como yo miro a Hamburguesa, con ternura, porque es alguien que quiero, al que debo cuidar y proteger.
Tomó mi mano y la colocó sobre su mejilla, depositando preciosos y tiernos besos sobre ella.
- Vamos, hay que meter las cosas.
Caminamos hacia afuera, en donde Hamburguesa corría como loco por el jardín, Andrew cargó en sus manos el chocolate y la canasta, sentí una mirada escalofriante, volteé al mismo tiempo que me agachaba para recoger a Hamburguesa del suelo, mi vecina me estaba espiando, y cuando se dio cuenta, cerró la persiana al instante.
Chismosa.
Cerré la puerta con seguro y dejé a Hamburguesa en el suelo.
- ¿Andrew? - Di unos pasos y vi sombras en la cocina, así que fui allí.
Andy se había quitado la corbata y había subido las mangas de su camisa hasta sus codos, sus tatuajes, hace tiempo que no los apreciaba, cada uno esparcido en un definido espacio de su brazo, debe haber un sin fin de historias en tan solo su antebrazo.
- ¿Hayden?
- ¿Si? - Sonrió.
- Pequeña observadora despistada. - Llevó su cabello hacia atrás. - ¿Quiere algo de comer?
- Nada en especial. - Caminé hasta llegar a su lado, pasó sus pulgares suavemente sobre mis mejillas, causando una sensación reconfortante. - Me conformo con que esté usted aquí.
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Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).
Fanfiction- Hunter... Hayden Hunter... - ¿Eh? ¿Si? - ¿Podría explicarme por qué se sonrojó cuando dije su nombre? - E-es es calor.. Si, eso es. - No lo creo. Señorita Hayden, ahora mismo estamos en Otoño, todos temblamos de frío. - Me maquillé de más. - Usted...