Ellos

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- ¡Si! Maldición, ¡Si! - Me levantó en brazos mientras daba vueltas, y ambos reíamos felices.

- Ya, Tranquilo, traigo falda... - Me sostenía la falda con las manos.

- Está bien, está bien, lo siento. - Me bajó con cuidado y me abrazó.

- ¿Te alegró?

- No sabes cuanto. - Me abrazó con más fuerza. - Es la mejor noticia que me han dado en la vida...

- Ryan... - Toqué su espalda. - No me dejas respirar. 

- Lo siento. - Rió y me soltó. - Entonces está decidido.

- ¿De qué hablan criaturas? - Llegó Tom.

- De nada que a ti te importe.

- ¿Hayden? - Levantó una ceja.

- Creo que debemos ir a hablar a otro lado. - Me tomó por mi mano y me jaló, caminamos hacia su habitación y cerró la puerta con seguro, Tom puso una cara de pocos amigos, creo que es demasiado duro saber que eres adoptado, y encima que tu hermano no te quiera.

- ¿Por qué lo trataste tan mal?

- No importa Hayden. - Buscó en sus cajones.

- Claro que importa, ponte en su lugar.

- Mira. - Sacó unos cuantos papeles. - Estuve averiguando.

- No me ignores Ryan. - Lo miré, bajando los volantes en sus manos.

- No te ignoro, es solo que... No creo que debas preocuparte por él.

- Y yo no creo que debas portarte tan mal con él, nada te ha hecho.

- Vino a arruinar las cosas en esta casa.

- Él no lo decidió.

- ¿Ahora es mi culpa? - Grité con frustración.

- Cuando seas la persona razonable de siempre, podremos hablar, ¿Está bien? Mientras tanto... - Me levanté de la cama y tomé mi mochila que descansaba en el suelo. - Me voy.

- Haz lo que quieras... - Respondió finalmente...

Lo miré, ¿Qué se supone que está pasando por su cabeza?

- ¿Qué? - Interrogó. - ¿Qué es lo que esperas de mi ahora?

- Absolutamente nada. - Negué con la cabeza.

Cerré la puerta con toda la fuerza que pude, incluso me arrepentí, la puerta no tenía la culpa, como tampoco la tenía el chico frente a mi.

- ¿Hablaste con él?

- No, es un arrogante cuando le da la gana...

- Así que no sabes que le pasa...

- ¿Realmente me importa?

- Básicamente lo vi crecer, yo llegué a esta casa cuando el apenas tenía un año... Pro, nuestros padres se dedicaron a mi...

- ¿Por... ? 

- Un bebé no tiene oficio ni beneficio, yo ya era consciente de mi mismo y aprendí varios instrumentos, él me odia por eso...

- Ya han pasado años.

- A pesar de que toda la atención es para mi, él es quien realmente tiene que asumir la responsabilidad de la empresa, y él... Piensa que él es como la última opción, pero deben usarla, porque así se dictan las reglas.

- Debe ser muy...

- Difícil. - Dijimos al unísono.

- Si yo no hubiera llegado tal vez el niño prodigio hubiera sido él.

Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora