Decisión

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- Deja de llorar... - Acarició mis mejillas una vez más.

- Es que no puedo, simplemente no puedo...

- Él no te merecía... Lo supe desde un principio...

- Esa no es la manera de apoyarme. - Me senté, acomodando mi cabello hacia atrás.

- Lo sé... - Me tomó por las mejillas y me miró a los ojos, entonces suspiró. - Iré a prepararte un té, de paso veré si Isa sigue dormida. - Su hija era preciosa, me encantaba verla y jugar con ella, a pesar de que... Hasta cierto punto, me recordaba a Anne...

- Está bien. - Limpié mis lágrimas una vez más y acomodé la manta que Robert me había dado sobre mi cabeza.

Tal vez no fui lo suficientemente buena para él... Después de todo, la línea entre profesor y alumna es muy grande y era algo que yo no podía superar, él merece a alguien de la élite, de su nivel, no una niñita llorona como yo...

- Hayden Hunter... Es un honor conocerla. - Había dicho él cuando apenas me conoció, cuando creí que se trataba de un compañero nuevo, cuando me defendió enfrente de todos.

- Me sorprende en serio... - Una lágrima rodó por mi mejilla. 

- ¿Por qué?

- Porque no hay personas como usted... - Desde el principio se hizo una idea equivocada de mi...

Yo no tengo nada de especial.

- No quiero que se sienta mal... Usted no está sola... - Otra lágrima que limpié con frustración.

- Cómo una cascada. - Había usado eso para referirse a mi cabello varias veces, y a penas me di cuenta.

Se preocupó por mi, me defendió, hizo cambios en mi, de los que ni siquiera me di cuenta en su momento, me hizo más segura, más decidida, más independiente...

Tal vez, si él no hubiera llegado a mi vida... Seguiría inmersa en un mundo solitario, y nada de lo que ha pasado hasta ahora, hubiera pasado jamás.

Su manera tan paternal de hacer las cosas, me encantaba verlo inmerso en los libros, cuando decía que me amaba me sentía en el cielo; Me gustaba verlo frustrado por no poder tocar el piano con la determinada perfección que deseaba, era lindo, a él no le gustaba fallar...

Se fue con él mi corazón, y algo muy importante en mi... Siempre creí que sería virgen hasta después de casarme, y dudaba si algún día me casaría, así que pensé que moriría así... Pero el llegó, y llegó para cambiarlo todo, incluyendo mi idiosincrasia.

- ¿Tengo algo?

- No es eso... Ese suéter negro le va bien, me gusta... - El primer cumplido que me había dado.

De pronto la manta sobre mi cabeza se vio retirada rapidamente, dejándome ver a un Robert preocupado.

- Por Dios, no puedes seguir así Hayden...

Toqué mi rostro y estaba empapado, era verdad, debía dejar de llorar, y ese no era el lugar donde debía estar en ese momento.

- Robert, lo siento. - Me levanté como pude de la cama, limpiando mis lágrimas. - Tengo que irme... 

(...)

- Tu nueva casa es linda papá. - Sonreí.

- Lo sé, es bastante espaciosa, y tiene un cuarto extra... - Me miró. - Es por si acaso algún día quisieras venir a quedarte conmigo.

- Siempre que se pueda lo haré papá. - Se sentó en el sofá.

- Ahora... ¿Me dirás por qué has estado llorando? - Lo miré.

Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora