- ¿Ya eligió? - Me preguntó mirándome fijamente, intimidándome.
- Creo que, la Pizza artesanal estará bien. - Sonreí.
- Bien. - Se dirigió al hombre detrás de la caja, que por primera vez, reflejaba lo molesto y frustrado que estaba por tener un trabajo como ese. - Una pizza mediana artesanal para llevar por favor.
- La pizza mediana es de este tamaño. - Le mostró un molde circular. - Y se divide en nueve pedazos.
- ¿No es mucho?
Me sonrió, una sonrisa que no le había visto antes, una sonrisa encantadora, una sonrisa que escondía algo más.
- Ya verá que no, si por favor, está bien. - Después de unos minutos nos entregaron la caja de pizza, y nos marchamos en su auto, hacia el Hotel/Live, aquel lugar que no había visitado hace mucho tiempo.
- Hogar, dulce hogar. - Dijo al abrir la puerta.
- Es lindo volver.
- No tan lindo como una personita de ojos grandes que conozco. - Me miró.
- No empiece. - Rió.
- Por cierto. - Se acercó a mi y acarició mis mejillas dulcemente. - Hay que empacar muchas cosas.
- ¿Por qué? - Su trabajo, se irá, entonces sentí un decaimiento profundo en todo mi cuerpo.
- Pues porque... - Me miró, y sonrió como si estuviera sorprendiéndome haciendo algo excesivamente tierno. - Todo lo que hacíamos aquí, lo haremos en mi casa.
- Pero, ¿No que... ? - Colocó sus labios sobre los míos rápidamente, mordiendo y succionando mis labios.
- Ya no estoy asustado de nada, por mi encantado de que todo el mundo se entere de nosotros. - Susurró sobre mis labios, y sus manos fueron a mis caderas. - Es usted mi única y verdadera Ma Jolie.
- ¿Qué significa?
- Ya lo averiguaremos luego, el caso es que, ahora, ya no necesitaremos este lugar por el que pago innecesariamente, desde ahora iremos a mi casa, y mi casa será nuestro nuevo hogar.
- ¿Seguro? - Tomó mi mano y me guió por el pasillo a la habitación.
- Completamente. - Abrió la puerta.
- ¿Qué es todo esto? - Allí, sobre la cama, tendida perfectamente con sabanas de color carmesí, yacían como si hubieran llovido, pequeños retazos de papel, me acerqué y tomé uno.
"Te recuerdo como eras en el último otoño,
Eras la boina gris y el corazón en calma,
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo,
Y las hojas caían en el agua de tu alma..."- Es de Pablo Neruda. - Sonreí.
- Sabía que lo reconocería, a todos y cada uno de los papeles que hay sobre la cama.
- ¿Qué es todo esto?
- Pensé en su primera vez...
- Andrew...
- No debió pasar... - Miró a un lado de la habitación. - No debió pasar en el salón de una escuela. - Tomó mis manos. - Quiero hacerlo bien.
- ¿Hacerlo bien?
- Hacérselo bien. - Sonrió y lo miré, asustada.
- ¡¿Qué?!
- Hacérselo tan bien, que termine sudando y me pida más. - Me mordió el labio inferior y me levantó tomándome por mis caderas, enrollé mis piernas en su cintura, y comenzó a besarme, de manera desesperada, como si de un sediento caminante del desierto en busca de agua se tratara.
ESTÁS LEYENDO
Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).
Fiksi Penggemar- Hunter... Hayden Hunter... - ¿Eh? ¿Si? - ¿Podría explicarme por qué se sonrojó cuando dije su nombre? - E-es es calor.. Si, eso es. - No lo creo. Señorita Hayden, ahora mismo estamos en Otoño, todos temblamos de frío. - Me maquillé de más. - Usted...