Cuentas

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Me encontraba tocando la puerta de Cassie desde hace varios minutos, mientras que Hamburguesa daba vueltas persiguiendo su cola, y entonces llegó su mamá.

- Cariño pierdes el tiempo... - Dejó las bolsas de supermercado en el suelo y sacó las llaves de su bolsillo. - ¿Hayden verdad? - Hamburguesa le ladró, como saludando y ella sonrió.

- Si, señora.

- No te molestes, ella no quiere ver a nadie... Sólo se ha pasado lloriqueando por Kyle y por Amber... - La madre de Cassie saludó, agitando su mano, a Hamburguesa.

¿A Amber?

- No quiere ver a nadie... Se supone que ella era su mejor amiga, pero no ha pasado por aquí desde el baile, ¿Tú sabes algo?

- No, claro que no señora. - Negué.

Ella es su mejor amiga, mientras que yo había estado intentando obtener ese título.

- Si no le es mucha molestia... Debo irme...

- No te preocupes cielo... - Al parecer eso... Me sacó de órbita.

Comencé a caminar mientras que veía como Hamburguesa corría y jugaba solo, emocionándose con absolutamente todo, su inocencia, su manera de ver el mundo, era el de un niño recién nacido, aunque, básicamente él lo es, estaba descubriendo el mundo, era ingenuo, y sin cuidado.

Sonreí, al notar la ironía con la que hablaba de Hamburguesa... Cuando parecía que hablaba de mi misma.

Comencé a caminar con destino a casa... Y en el camino, vi que había una librería, bastante hogareña, y no pude evitar entrar. El guardia no me dijo nada por Hamburguesa así que entré con él. 

- Es descortes entrar con perros a un lugar como este. - Me dijo una voz madura detrás de mi, volteé y vi ante mi, a un muchacho castaño, alto, con lentes y ojos azules, ¿Acaso no hay otro color de ojos?

Todos, absolutamente todos, me llevan a pensar en él.

Andrew...

- Disculpe pero...

- Pero nada, le pido que si va a quedarse, deje al pulgoso afuera.

- ¿Pulgoso?

- No es la más lista... - ¿Pero qué? - Me refiero al perro.

- No voy a ir a ningún lado, y menos Hamburguesa.

- ¿Hamburguesa?

- Así se llama. - Se quedó quieto y luego sonrió.

- Definitivamente no es la más lista.

- ¿Y usted si?

- ¿Usted? Niña, de seguro puedo ser tu hermano.

- Pues no parece. - Si, mis insultos trataban de que se veía viejo.

- ¿Tienes algo mejor?

- No, de hecho no. - Y de pronto, veo a Hamburguesa mordiendo el zapato del tipo este. - O tal vez si... - Sonreí. - La vieja confiable.

- No puede ser... - Se agachó y empujó a Hamburguesa hacia atrás con un dedo, sin hacerle daño. De hecho, fue muy gentil con él. - Dile que no.

- Él es un perro libre, ¿O vas a darle una carta de esclavitud?

- ¿Qué? - Eso mismo, me dije yo, ¿Qué?

- No lo sé. - Me quedé fría, ¿Que cosas estaba diciendo?

- La cosa aquí es... Que el perro debe salir.

- Cómo sea... - Tomé a Hamburguesa entre mis brazos y comencé a caminar, de pronto mi mano se sintió extraña, y él comenzó a llamarme.

Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora