Despertar

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- ¿Hayden? ¿Hayden? - Mi madre pasó su mano por en frente de mis ojos, sacándome de mis pensamientos.

- ¿Eh? ¿Si?

- ¿En dónde tienes la cabeza, niña? - Le dio una mordida a su tostada mientras leía el periódico.

- Perdona. - La miré, estaba frustrada. - ¿Me decías?

- Estaré fuera el fin de semana. - Genial, y hoy es viernes, ¿Por qué no? Ya estoy acostumbrada a estar siempre sola aquí en casa. - Confío en ti.

Se levantó de la mesa, apresurada. Luego de unos minutos bajó maquillada y perfumada, con una maleta en una mano y su portafolios en la otra, se despidió brevemente y me dejó dinero para comprar comida. Tras el sonido de la puerta al cerrarse, la casa volvió a sentirse tan sola como siempre.

Subí a mi habitación y terminé de alistarme, salí de casa y caminé tranquila hasta la escuela, ya que esta vez desayuné con mamá. Llegué y tomé mi asiento, Rob se presentó casi al instante a un lado de mi.

- Hola.

- Hola. - Dije, sin darle mucha importancia.

- Escucha, ayer... - Se quedó callado.

- ¿Ayer?

- Me comporté mal, fui un grosero y no había necesidad de ello. - Explicó.

- Rob, no tienes que... - Interrumpida.

- Jóvenes, buenos días. - Entró la maestra de Química, la Sra. Daniels.

- Hablaremos luego. - Logré decir, antes de perdonarle.

Aún no he visto al Sr. Biersack, quiero decir, no se ha pasado por el salón y él siempre viene antes de empezar las clases.

- Buenos días, jóvenes. - Entró de improvisto en el salón, jadeando, algo despeinado, se notaba que estaba agitado, seguro estuvo corriendo.

- Al fin. - Solté en voz baja, pero sentí la fría y pesada mirada de Robert a mi lado, podría matarme ahora mismo si eso fuera necesario, pero ¿Por qué?

Por otro lado, mi corazón volvía a su estado natural mientras intentaba recordar las últimas clases para poder responder todo lo del examen sorpresa de Química.


- ¿Te fue bien? - Preguntó Robert desde su asiento.

- Estuvo fácil ¿No lo crees? Para mi la maestra nos está subestimando. - Dije en voz baja, empecé a guardar mis cosas.

- ¿Bromeas? Estuvo horrible, no llené nada excepto mi nombre.

- ¿Hablas en serio? - Solté una risita.

- Bueno, llené cuatro preguntas, pero de ahí a que estén bien, no lo sé. - Se encogió de hombros.

- Debiste estudiar.

- Debiste enseñarme. - Hizo pucheros.

- ¡No me has dicho que tienes problemas con Química! - Me miró divertido y sonrió.

- Por supuesto que los tengo, ¿Te parece si me enseñas hoy? Luego puedo invitarte al cine y... - La clase de cocina se me pasó de inmediato por la mente, no puedo fallarle a An... Al Sr. Biersack. - O podríamos ir por algo de comer.

- No puedo.

- Pero... ¿Por qué? - Toda la emoción que tenía en el rostro, se apagó.

- Es que hoy mamá no estará en casa y...

- Pero siempre he ido y no hemos tenido ningún inconveniente.

- Lo sé, pero debo... - Vamos, piensa. - Debo llevarle unos documentos a la oficina y después dijo que saldríamos.

Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora