Sincero

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- S-Si... - Tartamudeé al responder.

Y una hermosa sonrisa se plantó en su rostro.

- ¿Quién? - Se despeinó el cabello del frente, mi voz comenzaba a temblar.

- Mi padre... - Él único que me había amado desde que mi existencia empezó. - Mi mejor amigo... - Sonreí al recordar a Robert, a quien no había dejado solo ni un solo segundo de su vida, y ahora no estábamos distanciando. - Hice una pausa.

- ¿Alguien más? - Miré el césped bajo mis zapatos y finalmente hablé.

- Mi novio. - Sonreí, aunque mi voz acabara de quebrarse, y aún no puedo entender porque...

- Vaya... - Sonrió. - Entonces puedes ser feliz... Porque sabes que eres amada...

Lo miré, este tipo... Me da demasiada confianza... 

- Te diré algo que no le he dicho a nadie, ¿Vale?

- Vale. - Sonreí.

- Mi sueño es ir a New York, vivir allí y comenzar mi carrera musical. - Sonrió. - Pronto me iré de aquí, lo quiera o no mi familia. - Miró al cielo.

- ¿Crees... Realmente crees que es así de fácil? - Se encogió de hombros.

- ¿No quisieras tú hacer lo mismo? - Me miró directamente a los ojos, y por un momento, casi pude sentirme desnuda, su mirada, es demasiado... No lo sé, es como si con una mirada pudiera escanearme y leerme... Y eso me asusta...

- ¿Irme de aquí? Claro... Pero, no sabría a donde... Y no podría dejar a mi padre...

- ¿Te digo algo? 

- ¿Qué? - Se quitó su abrigo.

- Deberíamos irnos un día... Para ver que queremos en el mundo... Y dónde lo queremos, ya saber... Viajar... conocer la cultura, costumbres...

- ¿Ideologías y pensamientos? - Me colocó su abrigo sobre los hombros.

- Exactamente... Realmente, eres la chica más lista que conozco... - Me sonrió. - Si tienes frío, solo dilo...

- Es solo que... No me creo capaz de hacer algo así.

- Siempre debe de haber alguien que te saque de tu zona de confort. - Sonrió. - Tal vez es el momento de que te arriesgues un poco...

Le devolví la sonrisa. 

- Lo intentaré.

(...)

Toqué la puerta por segunda vez, ya que nadie se atrevió a abrirla, y entonces esta se abrió rápida y bruscamente.

- Hayden. - Robert Sonrió, aunque estaba susurrando.

- Estuve tocando y...

- Lo sé, te escuché la primera vez, sólo que tenía algo que hacer. - La sonrisa no se le borraba del rostro.

- ¿Tu mamá no está en casa? - Negó con la cabeza. - Algo mucho mejor... - Me dejó pasar y me pidió que no hiciera ruido.

Es extraño, hace tiempo, años literalmente, que no lo veo así de feliz.

- Ven aquí. - Susurró de la manera más baja posible. - No hagas ni un ruido, está durmiendo, y tardé mucho para que se quede tranquila.

- ¿Qué?

Abrió la puerta y entramos a la habitación, en ella una única cuna de madera y en ella, un bebé durmiendo plácidamente, o bien... Eso parecía.

- Robert...

- Ella es mi hija... - Sonrió.

- Robert por Dios, ¿Qué hiciste?

Señorita Inocencia [Andy Biersack y tu] (EDITANDO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora