'No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas diferentes. Ella era dueña de sí misma, él quería enamorarla...
Capítulo 1.
-Voy llegando tarde. -Le dije al chico sentado con un periódico en la mano. -Qué más da, soy la jefa.
-Sí, pero acuérdate que tienes una reunión muy importante hoy y de eso depende de que tu empresa gane mucho más.
-Lo sé Daniel, pero...
-Pero nada cariño, no quieres perder este negocio.
-Está bien, ya me voy.
-Adiós. -Dijo antes de darme un beso.
Daniel es mi novio, lo aprecio mucho porque me ha ayudado en todo y debo admitir que sin él no tendría todo esto. Es muy guapo, cualquier chica lo querría tener, ojos cafés, cabello rubio y piel blanca, su cuerpo está bien trabajado. Todo un galán, es tierno y me quiere, pero yo no, solo lo aprecio.
Salí de mi casa y que gran casa. Aún me asombro cuando salgo de ella, no puedo creer lo que he conseguido en tan sólo tres años.
-Buenos días señorita Smith. -Me dice aquella rubia que tengo por secretaria.
-¿Algo para mí? -Pregunto con mucha sequedad.
-Si señorita, estas cartas y el señor Robinson la espera en su oficina.
Sin decir nada más me dirigí a mi oficina.
-Señorita Smith, es un placer.
-Señor Robinson. -Dije y estreché su mano. -Comencemos, yo estoy muy interesada en que su empresa firme con la mía, no sólo me beneficio yo, sino que lo hace usted también señor Robinson. Todos ganamos.
-No pierde el tiempo ¿verdad señorita Smith?
-Oh no, claro que no.
-A mí también me gustaría firmar con su empresa, es más mis socios y yo estamos muy encantados con su propuesta.
-¿Entonces qué dice señor Robinson? ¿Socios?
-Sería muy estúpido al dejar ir una propuesta tan tentadora como la que usted nos ofrece, así que sí, socios.
-Le enviaré los papeles mañana a primera hora, un gusto hacer negocios con usted. -Me puse de pié y él supuso que la reunión había terminado.
-Igualmente señorita Smith y por cierto, ¿tiene algo qué hacer esta noche? Digo, para celebrar nuestro negocio.
-Lo siento señor Robinson, pero no acostumbro a celebrar y estaré un poco ocupada.
-Entiendo... fue un placer, hasta luego. -Nos estrechamos la mano, abrió la puerta y antes de partir me miró.
-Smith.
-Robinson. -Y se marchó.
Buen trabajo Sara. Me dije.
El día transcurrió normal, de reunión en reunión, como siempre termino estresada por todo.
Tomé el ascensor y bajé hasta el parqueadero de la empresa. Antes de llegar a mi auto, mi mirada se detuvo en un chico que se estaba quitando la corbata y desacomodándose el cabello, no sé por qué me llamaba la atención ni mucho menos por qué me parecía atractivo lo que hacía. Sólo se está despeinando. -Dije.-Pero lo hace muy sensual, no lo niegues. -Me dijo mi subconsciente. Pero ya basta, ve a tu auto ya. Me regañé.
Es alto, tiene cabello negro, piel blanca y ojos azul claro que dan ganas de perderse en ellos, tiene bien trabajado el cuerpo, su camisa le queda a la perfección y marcan muy bien sus músculos.
Mi cuerpo no reaccionaba a ninguna de las órdenes que le daba, cruzamos miradas y me sonrió, me asusté y moví mi cabeza de un lado a otro y por fin pude irme de allí.
¿Quién es ese tipo y por qué estaba ahí? Él no es uno de mis empleados, mañana mismo averiguaré quien es. ¿Y por qué lo harás, acaso te gustó? -¿Qué? No, claro que no. -Me respondí. -me parece estúpido que ahora tenga la costumbre de hablar sola.
Llegué a casa a las 11:45 de la noche y estoy completamente cansada. En la puerta me quité los tacones y los tomé en una mano, me dirigí a la cocina a prepararme un poco de café. Subí a mi habitación, me coloqué el pijama y me quedé profundamente dormida.
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Antes y después. *PRÓXIMAMENTE EN EDICIÓN*
RomanceDespués de ese día dejó de ser la misma, se convirtió en una chica fría, sus ojos ya no reflejaban la dulzura de su alma... hasta que lo conoció a él.