Antes y después. *PRÓXIMAMENTE EN EDICIÓN*

Capítulo 39.

Cuatro semanas después…

¿Cómo puedo dejarle en claro que lo amo? ¿Cómo le pido perdón por aclarar mis sentimientos tan tarde? Tuve miedo de aceptarlo, pero ahora, ahora quiero decírselo muchas veces para que nunca se le olvide, lo amo. Él es la única persona en el mundo que puede hacerme feliz.

Tocan a la puerta y sé que es mi hermana, le había llamado unos minutos atrás. Tal vez ella tenga buenas ideas.

-Hola –le digo cuando abro la puerta y la hago pasar.

-Hola, ¿cómo te sientes? –me pregunta.

-Vacía… ¿eso es un sentimiento?

Ella asiente y me regala una mirada y sonrisa de comprensión.

-Bueno… ¿cómo le dices a alguien que lo amas, pero ese alguien no quiere saber nada de ti?

-No hables así, sé a quién te refieres y él te ama también.

-Daphne, él no contesta mis llamadas, mis mensajes y no quiere verme. –me duele decir estas palabras.

-Está un poco dolido por lo que pasó contigo, pero… no se puede dejar de amar a una persona de la noche a la mañana, es científicamente imposible Sara.

-Sólo quiero que no me deje de amar, quiero tenerlo conmigo para siempre, recordarle cada día lo mucho que lo amo y lo feliz que me hace. Pero no sé cómo hacerlo.

-¿Has intentado todo, cierto?

-Sí. –le digo y cubro mi cara con mis manos.

-mmm… y ¿qué tal con una carta?

-¿Una carta? –pregunto levantando mi cara -¿No es muy… a la antigua?

-Tal vez un poco. –ríe.

-¿Crees que funcione?

-Claro, yo podría entregársela.

-Está bien, iré a arriba, sólo no me molestes. –le digo en tono divertido. –pero antes –hago una pausa –iré a visitar a mis padres.

Daphne me ve fijamente sorprendida ante mis palabras.

-¿Estás hablando en serio?

-Lo hago –digo frunciendo el ceño –tengo que hacerlo, tal vez así pueda amarlo como quiere que lo ame.

-Pero no has hablado con ellos por más de siete años.

-Lo sé, lo sé. –digo retomando mi camino hacia mi habitación, una vez allí, comencé.

¿Qué puedo escribirle? Piensa Sara, piensa.

Voltee a ver al lado izquierdo de mi habitación, donde había un pequeño escritorio con una pila de libros sobre este.

¿Cómo no lo pensé antes? –pregunto en voz alta sonriendo.

Soy la culpable de esto Brouce, lo lamento pero no soy tan valiente para decirte las cosas de frente, así que lo haré por medio de esto, aunque no soy muy buena tampoco, pero lo intentaré con párrafos de mis libros favoritos; cómo aquella tarde ¿lo recuerdas? Porque yo no lo olvido, y créeme cuando te digo que lo recuerdo aún con una sonrisa enorme en mi cara. Espero que cuando termines de leer esta carta me entiendas y si aún después de leerla quieres alejarte de mí, lo entenderé y estaré de acuerdo.

¿Sabes? He decidido escucharte esta vez, intentaré hablar con mi familia, arreglar las cosas con ellos, sólo por ti, sólo porque tus palabras me hicieron entrar en razón. Tal vez sea eso lo que necesito, tal vez eso me permita estar bien, amarte cómo te mereces, entregarme a ti en cuerpo y alma como muchas veces quise y mi maldito pasado y orgullo no me dejó. Espero encontrar el perdón en mi corazón, así como tú. Bien, creo que comenzaré.