Capítulo 12:

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¿Y ahora qué? –me pregunto.

Me dirijo a la puerta de nuevo y por un momento tuve esperanzas de que fuera Brouce quien estuviera a fuera. ¿Qué dices? Él no siempre vendrá detrás de ti.

-Hola Daniel.

-Hola.

Nos quedamos en silencio.

-¿Y? –digo incómoda.

-¿Y qué?

-¿Qué haces aquí? –trato de no sonar muy dura pero fue un intento fallido.

-Dijiste que me llamarías Sara, no lo hiciste, me preocupé, por eso vine.

Mierda.

-Lo siento Daniel, lo olvidé, estuve muy ocupada en la oficina hoy ¿te importaría si hablamos mañana? Ahora estoy muy cansada, yo te llamo.

-¿Así cómo me llamaste hoy?

-Lo prometo.

Sabía que él me daría un beso en la boca, así que me adelanté y le di un beso en la mejilla.

-Adiós. –me dijo y cerré la puerta, no me había fijado que ni siquiera, por cortesía, lo dejé pasar.

Retomo el camino hacia la cocina pero molestamente de nuevo tocan a la puerta.

-¿Qué? –digo con brusquedad y enojo, pero se pasa al ver que es Brouce.

-Lo siento, si quieres me voy.

-¡No! –grité –quédate, pasa.

Rió.

-Está bien Sara.

Caminamos hasta la sala y nos sentamos en el sofá.

-¿Por qué has venido?

-Bueno, necesitamos hablar sobre el por qué saliste corriendo Sara.

-No hay nada que hablar Brouce. –dije cortante.

-Si hay, ¿por qué huyes cuando te digo algo lindo? Entiendo lo que te pasó, pero eso no significa que yo te haré lo mismo.

-No lo entiendes Brouce.

-Pues explícame, cada vez se me hace difícil estar contigo.

Abrí mis ojos, no dejará de insistirme o ¿sí? De tan sólo pensarlo una punzada de dolor me atraviesa el cuerpo.

-¿Q… qué has dicho?

-Eso Sara, es muy difícil entenderte, yo trato, te juro que trato de hacerlo, tú no cedes, no me ayudas.

-Te dije que sería difícil estar conmigo pero hiciste caso omiso, también te dije que te alejaras de mí, que te haría daño. Joder, tú eres muy bueno para mí, no sé cómo tratarte, no quiero sentirme frágil.

-Y yo te dije a ti que tú serias mi riesgo y créeme no me he arrepentido de estar contigo, es muy difícil Sara… sólo dame un señal y te juro que nunca me iré de tu lado y seguiré intentando.

Suspiré.

-Yo… Brouce yo soy otra persona cuando estoy contigo y tal vez sea por eso que salí corriendo hoy, no es porque no me haya gustado lo que me dijiste, es porque llevo tres años tratando de evitar todos esos sentimientos de amor, llevo tres años tratando mal a las personas y sitiándome bien con ello, pero llegaste tú y cambias eso y me pone nerviosa estar contigo, me sienta bien, tú me haces querer más… más que una amistad, más que trabajo. Me enoja eso Brouce, es sólo que tengo miedo, pienso que todos son iguales, es como amorfobia.

-¿Esa palabra existe? –rió.

-No lo sé, estoy nerviosa y no sé qué es lo que digo.

-Esta Sara, esta era la señal que quería. –sonreí aliviada.

-¿Te quedas a dormir?

-Pensé que Sara Smith nunca preguntaría eso.

Caminamos hasta las escaleras y comenzamos a subirlas, de un momento a otro Brouce entrelazó nuestras manos, es extraño pero lindo, a nadie le había permitido esa clase contacto hacia mí, ni siquiera a Daniel… Ay Dios, cada vez me siento peor.

Entramos en la habitación y nos acostamos, no me molesté en colocarme un pijama, estábamos cansados y nos quedamos dormidos rápidamente.

Antes y después. *PRÓXIMAMENTE EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora