Capítulo 18.

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Terminando la reunión, mi hermana llegó como me lo había informado Daicy. La puntualidad es algo que tenemos en común.

-Hola –le sonrío y la abrazo.

-¿Cómo estás Sara?

-Bien –esas palabras saben cómo ácido en mi boca – ¿tú?

-¿Realmente lo estás? No te ves muy segura de ello.

¿Lo estás Sara?Me pregunta mi subconsciente.

-Sí ¿por qué no he de estarlo?

-Me alegra –dice no muy segura. –Me he mudado Sara y quiero que conozcas mi nueva casa. –aplaude emocionada como una niña, yo río y niego con la cabeza.

-Está bien, sólo déjame y termino con unos papeles.

-Bien. ¿Cómo va todo con Daniel?

-Oh, terminamos –digo tranquilamente.

-¿En serio? ¿Por qué? Se les veía tan bien.

-Bueno, tengo mucho trabajo y no tengo tiempo para mantener una relación con alguien.

-A ti nunca te importó el trabajo, es más, estabas de acuerdo con que Daniel te ayudara con algunas de tus cosas.

-Supongo que las cosas cambian. –le digo y esta vez no es sólo por Daniel.

-Te conozco y te aseguro que hay otra razón muy fuerte.

-Es una larga historia Daphne.

-Oh tengo tiempo, tenemos mucho de qué hablar tú y yo. –reí.

-Está bien, vamos.

Salimos de mi oficina y en ese preciso momento, Brouce se cruzó con nosotras y nuestras miradas, ambas de confusión, se encontraron por un pequeño momento lento.

-Toma –le entrego la carpeta a mi secretaria –cancela todo lo que tengo, pasaré la tarde con mi hermana.

-Está bien Señorita, que tengan un buen día.

-Gracias –dice mi hermana y yo asiento. -¿Qué pasa entre ustedes dos?

-¿Entre quienes? –pregunto.

-Entre el joven apuesto que pasó hace un rato, sentí una tensión enorme.

-Él hace parte de mi historia.

-Bueno, apresurémonos entonces, estoy ansiosa por saber todo.

Entramos al auto, yo conducía mientras Daphne me daba las indicaciones de cómo llegar.

Llegamos a una hermosa casa, casi tiene el tamaño de la mía.

-¿Y? ¿Qué te parece? –me pregunta con una sonrisa enorme en su cara.

-Es linda. –le sonrío.

-¿Quieres algo de beber?

-Sí, un café.

-Está bien, vamos a la cocina a prepararlo y mientras me cuentas todo.

-Bien. –digo y ruedo los ojos, ella ríe.

-¿Por qué terminaron Daniel y tú? Quiero la versión real.

-Bueno… supongo que no podía estar con él, mientras pensaba en alguien más.

-¿Qué? –dice sorprendida.

-Sí, bueno… Brouce, el chico de la oficina, es su culpa, todo estaba realmente bien hasta que él apareció en mi vida. –digo cubriendo mi cara con las manos. –mi mundo es… diferente ahora.

Antes y después. *PRÓXIMAMENTE EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora