Antes y después. *PRÓXIMAMENTE EN EDICIÓN*

Capítulo 7.

-Señorita Smith, ya todos están en el salón de conferencias.

-Gracias, vamos en seguida.

Se retiró sin decir nada más.

-¿Sara, tú crees que es una buena idea?

-Todo estará bien. -Le sonreí, él me devolvió la sonrisa.

Entré con la misma seriedad de siempre.

-Lo que tengo que decir es rápido, Brouce Jones hará parte de nuestro equipo ahora, será el ingeniero en mecánica. No quiero escuchar comentarios al respecto. Pueden continuar con su trabajo.

Le hice señas a Brouce para que me siguiera.

-¿Ves qué no era tan difícil?

-Lo sé, pero…

-Pero nada, deja el dramatismo para después, vamos, te enseñaré tu nuevo lugar de trabajo. -Reí.

Bajamos hasta el segundo piso, mi oficina estaba en el quinto piso, el último.

-Aquí está todo con respecto a la ingeniería, abajo están los talleres, aquí también está la sala de negociaciones o donde recibimos los autos exportados de diferentes partes del mundo. Y esta será tu oficina. -Sonreí.

-Impresionante. ¿Sabes? Si tu familia estuviese viva, estarían muy orgullosos de ti y de lo que eres ahora.

-Sí, pero no lo están.

-¿Te puedo hacer una pregunta?

-Ya la hiciste.

Rió.

-En serio Sara.

-Dime.

-¿Por qué hablas así de tu familia? Digo, con ese tono, como si no te importara.

-Lo hablo normal y no voy a ir por la vida llorándolos.

-Lo siento Sara, no quise…

-Está bien, no me gusta y no quiero hablar de ellos.

-No volveré a tocar el tema. -Dijo acariciándome la mejilla, pero alejé mi cara bruscamente.

-Bueno, tengo mucho por hacer, suerte y de nuevo bienvenido.

Tocaron a mi puerta y la abrieron.

-Sara es muy tarde ¿Quieres ir a comer algo?

-No tengo hambre y debo terminar con esto.

-Pero tienes que comer.

-Tal vez después Jones.

-Vamos ahora ¿sí? -Me sonrió.

Por Dios Sara, no te puedes resistir a esa sonrisa.

También le sonreí.

-Está bien, vamos.

Salimos de la empresa y nos dirigimos a un puesto de comidas rápidas.

-¿Qué quieres?

-No sé, una ensalada podría ser.

-¿En serio? -Rió.

-¿Qué?

-¿Comerás una ensalada aquí?

-Sí ¿qué tiene de malo?

-Oh vamos Sara, no venden ensaladas aquí, sólo comidas rápidas no sanas.

-¿Tú que pedirás sábelo todo?

-Lo normal, una hamburguesa.

-Yo pediré eso. -Dije no muy segura.

Sonrió.

-Dos hamburguesas con todo por favor.

-¿Todo? ¿Qué es todo?

-Ya lo verás, pero mientras tanto, vamos a sentarnos.

Lo seguí hasta el fondo del local y nos sentamos en una mesa para dos. Después de unos minutos el señor llegó con nuestras hamburguesas.

-Dios mío…

- ¿Qué sucede? -me observó tratando de no reír.

-Brouce ¿Estás loco? Yo no puedo comer esto.

-¿Por qué? Es muy deliciosa.

-Es como una de dos pisos Brouce ¡Dos Pisos!

-Deja de ser dramática y come.

Obedecí, tomé la gigantesca hamburguesa con ambas manos y le di una mordida y sí, Brouce tenía razón, está realmente deliciosa.

Él me miraba sorprendido porque me la había acabado deprisa, ni yo me la creo.

-Así de dos pisos y todo pero te la comiste entera.

-Créeme, no había comido así en mucho tiempo.

-¿Te gustó?

-¿Bromeas? Estuvo fantástica, quedé más que satisfecha.

-No acostumbras estos lugares ¿cierto?

-No, no es de mí…

-Tipo, lo sé. -dijo interrumpiéndome.

Le sonreí en forma de disculpa.

Fuimos de nuevo a la oficina para sacar mis cosas, yo no había llevado mi auto así que Brouce se ofreció a llevarme.

-Bueno es aquí, gracias por traerme. -le sonreí.

Él caballerosamente como siempre, abrió mi puerta y me ayudó a salir.

-Gracias.

-No es nada, te acompaño a la puerta.

Caminamos en completo silencio hasta llegar.

-Que tengas una linda noche. -Dijo de una manera muy tierna.

-Igual tú.

Le dije adiós con la mano y me dispuse a abrir la puerta.

-Sara, olvidé algo.

Me tomó de la cintura e hizo que girara para luego darme un corto beso.

-Creo que puedo acostumbrarme a esto. -Le dije sobre sus labios, él sonrió.

-¿A qué? ¿A qué siempre te tome del brazo o de la cintura para hacer que me beses?

-A eso precisamente. -Sonreí.

-Adiós Sara.

-Adiós.