Capítulo 43.

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A la mañana siguiente, antes de mi vuelo a Los Ángeles, decido ir a casa de mis padres y despedirme de ellos.

-Vuelvo en unos minutos ¿de acuerdo? –le digo al taxista y él asiente. Camino hacia la puerta y toco el timbre, segundo después me abre Sam.

-Hey –me arrodillo y la abrazo –vengo a despedirme.

-Quiero pasar más tiempo contigo –dice y me hace puchero.

-También yo, ya es hora de regresar, pero volveré pronto ¿sí?

-Sí –me sonríe y tomo su pequeña mano para que me guie hacia mis padres.

Mi madre está en la cocina y mi padre en su despacho.

-Hola –digo y ella se gira –quería despedirme, me voy a LA en dos horas.

-¿No puedes quedarte más tiempo?

-Tengo que regresar, en la empresa me necesitan –miento.

-Está bien –murmura -¿volverás?

-Seguro.

-¿Puedo… puedo abrazarte? –pregunta suplicándome con la mirada.

-Necesito tiempo –digo y ella asiente.

-Jamás me perdonaré esto –murmura.

-Está bien, ya pasó –la reconforto.

Me sonríe de lado, en ese momento mi padre entra en la cocina.

-Sam me dijo que te ibas ya.

-Sí.

-Te extrañaré –dice con nostalgia.

-Voy a volver.

-Lo sé, pero no quiero que te alejes de nuevo.

-Esta vez no habrá odio que nos separe, papá –le sonrío.

-Eso es lo mejor –dice y me abraza.

-Perderé el vuelo si no me voy ahora.

Él asiente y me acompaña a la puerta junto con mi madre y Sam. Me subo al taxi y me marcho de ahí.

No puedo evitar sentirme mal porque en estos tres días Brouce no llamó a decirme algo sobre la carta, creo que todo se fue al carajo, nuestra historia ya terminó y me duele decirlo.

Lo extraño mucho, odio sentirlo tan lejos. Extraño su sonrisa, sus besos. Extraño abrazarlo, extraño tomarlo de la mano, extraño compartir mis secretos con él. Extraño su impertinente forma de ser y extraño nuestras discusiones. Pero supongo que estamos mejor así, lejos, o al menos eso quiero creer.

Necesito verlo, necesito que me sonría, necesito que me abrace, necesito que me bese, necesito que esté conmigo, quiero que me necesite y que jamás se aparte de mi lado, pero si me permitiese explicarle y decirle lo que he hecho por él, tal vez me perdonaría.

Una hora después abordo el avión e intento distraerme mirando por la ventana pero es inútil, no puedo dejar de pensar en que he perdido a Brouce, eso me está lastimando mucho.

Apoyo mi cabeza en la ventana y cierro los ojos, me doy cuenta que siempre sería Brouce, aunque ya no lo tuviese a mi lado. Nada sucede por casualidad, todo tiene motivo y en este caso, Brouce fue el motivo que necesitaba para darme cuenta de lo mierda que era y que no importa cuántos deseos tengas de no enamorarte, siempre llega alguien que logra cambiar tu manera de pensar, así es él, cambia todo por donde pasa.

Él siempre será el amor de mi vida, esté o no esté a mi lado.

Tengo que empezar a acostumbrarme a estar sin él, a levantarme cada mañana y no ver su rostro sonriente, tengo que acostumbrarme a no escuchar que me ama. Tengo que aprender a vivir sin él, sin la persona que más he amado en mi vida, en la persona que me cambió y me hizo volver a creer en el amor.

Antes y después. *PRÓXIMAMENTE EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora