Capítulo 37.

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Un año después…

Un año había pasado desde que Brouce y yo hablamos, aquel encuentro en mi oficina no me había abandonado en este tiempo. Juro que aún puedo sentir sus labios sobre los míos. Un año lleno de dolor, de vacío, un año donde no hallaba más que el sufrimiento y el pensamiento de él dejándome, me perdí a mí misma cuando lo perdí a él. Lo amo, lo amo mucho y eso jamás va a cambiar, aunque estemos separados mucho tiempo, pienso que jamás lo voy a dejar de amar nunca.

Supe por medio de mi hermana que él volvió a Los Ángeles después de unos meses, ella hablaba seguido con él y para mi desgracia, no me decía nada de cómo estaba.

Él volvió, pero no me atreví a buscarlo.

En cuanto a mi vida, no había cambiado nada en realidad, seguía lamentando y llorando el haber perdido a Brouce, aún lo sigo amando con la misma intensidad de siempre. Lo único que cambió, fue el haber lanzado nuestro nuevo auto al mercado y debo decir que fue todo un éxito.

Disaster  fue la emoción en el mundo y me siento orgullosa de cada uno de los que trabajamos duro en esto. Decidí colocarle ese nombre por todo lo que pasé con él, también por mi vida y estoy segura que esa palabra define todo lo que he pasado, verdaderamente soy un desastre.

Hoy es la boda de mi hermana y debo decir que me enferma esta clase de cosas. Me siento nerviosa porque estoy casi segura que Brouce está aquí y le temo a mi reacción.

Camino abriendo paso entre la gente una vez terminada la ceremonia, necesitaba algo de beber, me sentía terriblemente mareada y quería salir de aquí cuanto antes, pero una sola persona hizo que prácticamente el tiempo se detuviera, aquella sensación que podía sentir sin tener que verlo inundó mi cuerpo, era él, era Brouce.

Mis piernas rápidamente se debilitaron y ahora no puedo distinguir entre el mareo que tenía hace unos minutos, con el de ahora. Me falta el aire de una manera exagerada, mi corazón duele y mucho. Me daña que esté tan cerca.

Tan jodidamente encantador como siempre, siento que su belleza me duele, todo de él me duele.

Mi corazón late con mucha fuerza, es como si quisiera salirse de mi pecho e ir a encontrarse con el de Brouce, no lo culpo, es lo que quisiera hacer justo en estos momentos, correr hacia él y besarlo como nunca antes, pero no puedo, simplemente no puedo.

Me aterra el pensamiento de él llorando por mi jodida culpa, bueno, no tengo la culpa de estar paranoica imaginando a Brouce llorar todo el tiempo, la culpa es de mi hermana por decirme que él muchas veces lo hacía.

El dolor es insoportable, es una mierda verlo pero no poder tocarlo.

Quiero salir cuanto antes de aquí, no quiero que él me vea, simplemente no quiero que vea lo mal que estoy.

-¿Estás bien? –preguntan y yo me sobresalto.

Niego con la cabeza y de nuevo, desde que Brouce me dejó, no me importa dar lástima.

-Jhon, sácame de aquí –murmuro y siento mis lágrimas bajar de inmediato.

Él no me responde, sólo pasa su brazo por encima de mis hombros y ni siquiera me importa lo cerca que está, necesito irme.

Comenzamos a caminar y me giro un poco para encontrar la mirada de Brouce sobre mí, Dios, me duele tan sólo su mirada. Vuelvo a girarme y oculto mi cara en el cuello de Jhon sin dejar de llorar.

Cuando llegamos al auto, él abre la puerta y yo me siento con las piernas fuera de este, él se arrodilla enfrente de mí.

-En verdad lo amas –dice en forma de pregunta que suena más a afirmación.

Yo asiento.

-¿Por qué no están juntos? –pregunta. Suspiro antes de responder.

-Algunas personas están destinadas a enamorarse una de otra, pero no está destinadas a estar juntas –digo limpiando mis lágrimas.

-Sara mírame –dice y posa su mano en mi barbilla para que lo mire –quiero que entiendas algo, tú eres de él y él es tuyo, jamás cambiará, jamás será diferente.

-Pero… -trato de hablar pero me interrumpe.

-Aquí no hay pero que valga ¿de acuerdo? Ustedes están locos el uno por el otro y no lo han terminado de entender, es por eso que les duele cada cosa que pasan.

-Él me odia –murmuro y vuelvo a llorar.

-Claro que no, Brouce jamás podría odiarte, es ilógico e imposible. Generalmente las personas decimos o actuamos de acuerdo con la situación, él sólo está dolido y su única opción era la de huir. El dolor cambia a la gente, pero en este caso es muy distinto, es como si ustedes el haberse separado hubiese fortalecido su amor.

-Huir siempre será la manera más cobarde de amar.

-Lo sé –hace una pausa y suspira –mira, conozco tu historia.

-¿A sí? –frunzo el ceño.

-Sí, tu hermana me la ha contado. Somos amigos de años Sara, un día llegó angustiada a mi consultorio, me dijo que era por ti y después supe todo.

-¿Todo?

-Todo.

-¿Y bien?

-Bueno, por lo que sé, tú huiste todo el tiempo durante los tres años que lo conoces ¿no? –yo asiento – trata de ponerte en su lugar, de entender el porqué de su reacción, trata de pensar tan sólo un segundo como piensa él y verás todo desde un punto totalmente diferente Sara.

-Lo he hecho Jhon, más sin embargo no encuentro una razón lógica para que Brouce me dejara. Yo tenía muchas razones para hacerlo y él estaba consciente de ello.

-Sara, tú lo rechazabas siempre y créeme, cualquiera en su lugar se hubiese cansado de incontables rechazos de la persona que amas. Hasta la persona más enamorada se cansa de ser lastimada ¿entiendes?

-Lo sé, es sólo que… he actuado así por mucho tiempo, simplemente me aterra que vuelvan a dañarme, que vuelvan a hacerme mucho daño.

-¿Lo amas?

-Más que a nada.

-¿Confías en él?

-Como un ciego confía en que la luz del sol existe.

-¿Entregarías todo por él?

-Absolutamente.

-¿Se lo demostraste?

Me quedo en silencio y bajo mi mirada.

-No –murmuro.

-Bueno, he ahí el problema. Necesitas menos palabras y más acción. –dice y me sonríe. Le sonrío también.

-Es bueno tener personas como tú en la vida ¿sabes?

-Pensé que de la boca de Sara Smith no saldría algo como eso –dice y ríe.

-Bueno, si alguna vez preguntan si tuvimos esta plática lo negaré todo ¿de acuerdo?

-De acuerdo –dice y me abraza.

De verdad necesitaba este abrazo, por lo general lo habría empujado y gritado hasta cansarme pero, extrañamente siento que es bueno sentirse querida y apoyada por las personas que te rodean.

-Eres buena persona Sara, sólo necesitas que alguien te repare –dice para romper el silencio.

Ese alguien definitivamente es Brouce –respondo en mi mente.

Antes y después. *PRÓXIMAMENTE EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora