Primer Capítulo: Deja de molestarme...

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-se ha ganado un castigo por eso señorita Markov- Dijo mi jefe de casa

-pero profesor Snape, era la única forma de que Draco Malfoy dejara de humillarme frente a toda la escuela, no quiero que siga abusando de mi- dije lo último en un susurro con las lágrimas amenazando por salir. Dios ¿cómo había llegado aquí?

Flash Back

-mira quién viene ahí- señalándome y molestándome con su grupito -¿acaso no es la torpe de Daniela Markov?

Baje la cabeza como siempre y seguí caminando, pero no me fije que Malfoy había puesto su pie para que tropezara, y así fue.

-Deja de molestarme Malfoy- levantándome del suelo

-Y si no quiero ¿qué me pasará?, ¿me harás algo sangre sucia?, dudo que puedas hacer algo así, y más aún que te salga bien- riéndose de mí.

Me gané frente a él con la rabia saliendo por mis poros, y encajé mi puño en su cara, tirándolo al piso y haciendo que sangrará su nariz

-¡Señorita Markov a mi salón!- la fría voz del profesor de pociones hizo que me diera vuelta y viera en el lío que me acababa de meter.

Fin del Flash Back

-por su acción deberá limpiar los calderos, después de clases durante una semana y media- dijo intimidándome -ahora vaya a su habitación-

-está bien profesor- dije resignándome a aquello.

Traté de demorarme los más posible en caminar, para cuando llegue a la habitación de las chicas, me fui a bañar y me puse mi pijama, estaba lista para dormir cuando algo cayó en mi cabeza, era un papel, lo abrí y decía: estúpida sangre sucia, mire desde donde vino y todas las chicas se reían de mí, gire para darles la espalda y me dormí.

Desperté por una fuerte risa, fije mi vista en el mismo grupo de chicas de anoche, todas ellas me miraban.

-así que tienes castigo impura, me alegro, no tenías por qué pegarle al pobre Draco, es más creo que fue poco el castigo, ten cuidado Daniela, ten cuidado.- dijo una de ellas mientras salía de la habitación y todas las otras la seguían.

Deje pasar lo sucedido y me apresure en estar lista, baje al comedor para desayunar y como siempre me senté sola, no me gustaba llegar tarde a clases así que comí rápido y me dirigí a mi primera clase del día Herbología junto con Hufflepuff, mientras la profesora hablaba anotaba todo cuidadosamente y trataba de "dibujar" las plantas, cada vez que ella preguntaba algo respondía y casi al terminar la clase agrego 10 puntos a Slytherin por mis respuestas.

-¡Vaya! Al menos de algo sirves- grito Goyle, provocando la risa de toda su pandilla

-Por lo menos ella hace algo señor Goyle- riño la profesora.

El día pasó rápido, con lo mismo de siempre mis compañeros de casa y sus burlas. Varias veces al día me asaltaba el pensamiento de porque el sombrero seleccionador me había puesto en Slytherin, siendo yo callada y serena, no me gustaba estar involucrada en problemas pero había veces en los que no podía evitarlo, me cansaba de que siempre me molestaran o se aprovechaban de mi tranquilidad, no tenía amigos debido a que todos me molestaban y apartaban como un bicho raro por no ser sangre pura; camine rápido al salón del profesor Snape, el hombre más intimidante, frio, respetado y atemorizador del colegio, al llegar toqué la puerta dos veces.

-¡Entre!, no es necesario que sea tan impaciente, o es que acaso ¿está ansiosa por comenzar a limpiar?-

Busque de dónde provenía la voz, y ahí estaba, en el escritorio entre montones de hojas y con muy poca luz, Severus Snape.

-lo siento profesor, pero pensaba que no se encontraba por eso toque dos veces-lo mire mientras él trataba de ordenar su escritorio - ¿por dónde comienzo Profesor?

-los calderos, uno por uno, y sin usar magia, luego de que termines con eso, limpia el piso- su voz era fría y distante

Mientras limpiaba pensaba en mi familia, bueno en realidad mi madre que es la única persona que tengo en el mundo, la extrañaba tanto, era tan cálida, valiente, nos parecíamos en nuestro cabello negro y nuestros extraños ojos que eran verdes pero cerca de la pupila se volvían amarillos, de repente sentí mis mejillas húmedas estaba llorando rápidamente me limpie para que Snape no me viera y así evitar otra vergüenza, como es posible que siendo ella tan dulce mi padre nos hubiese abandonado, toda mi vida he imaginado y recreado la misteriosa imagen de mi progenitor, pero ella nunca me da respuestas o indicios, siempre que le hablo del tema lo evade o me pide que por favor no siga pensando en eso, ¿cómo puedo dejar de pensar en aquello, en algo tan importante dentro de la vida de una persona? Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di ni cuenta de que estaba terminando con los calderos, gire para buscar algo con lo que barrer pero nada, así que decidí preguntar.

-Emm... profesor no hay nada con lo que barrer- miraba el piso mientras esperaba una respuesta

-¿Buscaste en el estante Markov? O quieres que yo lo haga

-no hace falta profesor, yo buscaré- abrí el estante y encontré un paño y una cubeta, genial tendría que estar agachada todo el tiempo, traté de ser lo más rápida y parecer lo menos ridícula posible, estaba cansada y quería ir a dormir

-Deje ahí Markov, vaya a su habitación mañana puede seguir con eso- dicho esto se retiro

Que falta de educación irse sin dejar que le respondiera, pero al menos no tengo que seguir limpiando... por hoy, guarde todo y salí corriendo para llegar luego a dormir, cuando entre al cuarto todos dormían, me fije en la hora y ¡Vaya! Era demasiado tarde ya, me cambie y me dispuse a dormir.

Desperté temprano para bañarme, cuando estuve lista baje al comedor, tenía hambre ayer no había podido comer por estar limpiando; estando en Transformaciones se había sentado conmigo una chica Hermione así dijo que se llamaba era lista y amable y me ofreció comer con ella más tarde, acepte, nunca me habían ofrecido algo así y no me haría mal tener una amiga después de tanto tiempo sola. En Adivinación tuve trabajar con Malfoy, el estúpido solo se reía y se dedicaba a molestarme, cuando me toco leerle su taza le dije que algo muy malo andaba espiándolo y que corría peligro, su cara fue épica y miraba hacia todos lados, aparte de eso nada fuera de lo normal, al momento de cenar me encontré con Hermione guardándome un puesto entre sus amigos, ¡Ay Dios! Qué vergüenza eran Harry Potter y Ron Weasley.

-Hola Daniela- me saludaron Harry y Ron al mismo tiempo

-Hola- dije tímidamente -¿no les molesta que me siente con ustedes verdad? Es que Hermione me invito y...

- no te preocupes, está bien así podemos conocernos- dijo Harry sonriendo

-gracias- y me senté, pasamos el rato riendo y contando historias, cuando recordé que tenía que ir donde el murciélago de las mazmorras, me despedí de ellos diciendo que nos volveríamos a encontrar y salí corriendo.


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Es mi primera historia y dude bastante sobre subirla o no. Si no les gusta o quieren sugerirme o simplemente hablar mandenme un mensaje, hahaha

Los profundos ojos de Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora