Los profundos ojos de Severus Snape

Quincuagésimo Segundo Capítulo: estúpida Parkinson

Que estúpidos como pueden anhelar y sentirse bien sirviéndole a este monstruo ¿Cómo pueden elegir este bando? Realmente deben tener mierda en la cabeza. Sentí como Draco apretó mi mano pude ver como decía tranquila solo moviendo los labios, sabía que me alteraba ver a mis compañeros aunque no cercanos estar uniéndose de por vida a Voldemort.

El primer grito me puso los pelos de punta Pansy se había ofrecido, trate de acercarme para calmarla pero Draco me apretó más fuerte para que me quedara en el lugar; uno a uno los iban marcando, sus gritos inundaron mis oídos, mi único pensamiento estaba en llegar a casa y gracias al rubio a mi lado me pude mantener de pie.

-listo –la voz de Voldemort me saco de trance –se sentirán un poco débiles y uno que otro malestar físico pero solo durara unos días, desde hoy y para siempre serán reconocidos como mis seguidores espero completa devoción y obediencia de su parte, cuando los llame comenzara a arder la marca en su brazo y deben aparecer aquí de inmediato –me miro –hija espero que lo ordenado comience a ir bien y gracias a los dos –nos abrazó a Draco y a mí –por conseguir más servidores, pueden retirarse todos –

-nos vemos pronto padre –dije antes de salir.

-nos vamos juntos Ela –el rubio tomo mi brazo.

-no puedes dejarnos solos Draquito –Pansy lo tiro hacia su lado.

-claro que puedo, saben perfectamente donde deben ir conocen la escuela, y déjame tranquilo Pansy –ella se tiró hacia atrás por el comentario del rubio y me miro.

-todo es por tú culpa maldita perra ¿Qué le has hecho que ahora te prefiere a ti antes que a mí? –grito desesperada.

-nose de que hablas estúpida y déjanos tranquilos debemos irnos –

-tú no te vas a ningún lado ¿desde cuando eres la hija del señor tenebroso? ¿Cómo pudiste conseguir que el Lord te considerara una hija a ti que eres una sangre sucia asquerosa hija de muggles? –tiro de mi brazo provocando que me desestabilizara.

Me pare derecha y le propine una cacheta que me llego a arder la mano –no te atrevas a hablarme a mí de esa manera ya te lo dije y no lo volveré a repetir busca a alguien más a quien molestar –apunte con mi varita –soy superior que tú en muchos sentidos por lo tanto me debes respeto o tendrás que asumir las consecuencias –grite, por el rabillo del ojo vi que Voldemort se acercaba a mirar.

-¿Por qué tendría que tener respeto a una impura a una asquerosa como tú? Soy sangre pura y favorita de muchos eres tú la que debe tener cuidado conmigo Markov –por favor para decía en mi mente tendré que hacer algo que no quiero si sigues –no eres nadie para darme órdenes y menos para quitarme a mi novio maldita zorra –

-¡Crucio! –grite y su cuerpo cayó al piso convulsionando por el dolor, espere unos treinta segundos para satisfacer a mi padre y demostrarle que soy tal y como él quiere –no vuelvas a tratarme de esa manera ¿me oíste? –Camine sobre su cuerpo –además –me di la vuelta para mirarla en el piso –Draco nunca ha sido tu novio – el rubio me tomo del brazo y desaparecimos por la chimenea.

-maldita Parkinson ¿Cómo no se dio cuenta que estaba haciendo un espectáculo? –Mire a Draco –te juro Draco que a pesar de que no me llevo bien con ella yo no quería aplicarle el crucio yo no quería hacerle eso –comenzaron a salir algunas lágrimas.

-tranquila Ela –me abrazo –tu no tenías elección mientras tu padre estuviera mirando no te sientas culpable, solo esperemos que haya aprendido la lección –levanto mi cara –ahora ve a dormir que mañana hay clases –