Los profundos ojos de Severus Snape

Trigésimo Noveno Capítulo: Navidad

-muchas gracias cariño –

-no pudimos celebrarlo como lo tenía planeado, pero te lo recompensaré –

-no hace falta mientras estés a mi lado Severus –

-es que de verdad quería hacerlo, con Draco y Cissy habíamos planeado todo y cómo discutimos y eso... quedo en nada –suspiro.

-mira si te hace sentir mejor el fin de semana que sigue es navidad y haremos lo que tú quieras –

-¿segura? –

-completamente –

-te vi en el lago con Lovegood –

-me la encontré cuando fui a dar una vuelta y me dejo sorprendida –me miro intrigado –apenas me vio supo que estaba embarazada y dijo estar segura de que será hombre ¿puedes creerlo? También sabe que eres tú mi esposo –

-eso es imposible nadie nos ha visto y hemos sido muy cuidadosos –

-tú sabes que ella ve lo que los demás no y se dio cuenta por la forma en que intercambiábamos miradas, por cómo te preocupabas por mí y la manera que me defendías –

-le dirá a todos Daniela –

-no es como si importara algo ¿o acaso no recuerdas que Albus dijo que hasta que cumpliera la mayoría de edad debíamos mantenerlo en secreto? Pero si te deja más tranquilo Luna me prometió no decir nada –escuchamos que se abría la puerta del despacho privado.

-llegamos, Ela esta chica tiene un futuro prom... -se quedó callado al vernos acostados y tranquilos -¿se han aclarado las cosas? –dejo a Eileen en el suelo.

-si Draco ahora todo vuelve a estar normal –respondí.

-me alegra saberlo ¿entonces cuando realizaremos la comida cancelada? Mamá quedo preocupada y desilusionada –hizo un puchero.

-en navidad Draco, así podemos estar todos juntos –

-le avisare a mi madre ahora me voy no quiero seguir incomodando –y se marchó.

-¡papi! –sentimos el grito de Eileen y Severus corrió a ver qué pasaba.

-¿Qué pasa mi niña? –escuche a Severus hablarle mientras yo me ponía de pie.

-no puedo poner polera –se quejó y escuche a mi marido reír.

-¿Qué está pasando aquí cariño? –mire a Eileen enredada en la polera de dormir y no pude evitar reír.

-papá mamá no rían –trato de cruzarse de brazos pero la polera no la dejo –papi ayúdame –le suplico.

-a ver ven acá traviesa –la sentó en la cama y comenzó a vestirla por completo – ya está vamos a dormir –

-papi queyo dormir su cama –

-¿Qué dices querida la dejamos? –miro mi vientre.

-no te preocupes por eso aun cariño –me puse frente a mi hija –vamos a acostarnos –ambos la tomamos de la mano y la acostamos en medio de nuestra cama.

Las vacaciones de navidad habían comenzado y ya nos encontrábamos en nuestra mansión, había dejado a Eileen con Meri y ahora caminaba por el callejón Diagon buscando lo último que me faltaba un regalo para Severus ¡Merlín que era complicado! ¿Qué le comprabas a alguien que lo tuviera todo? Comencé a hacer memoria de que se veía gastado o le faltaba en su día a día, ya lo tenía.