Décimo segundo Capítulo: vestido de novia

8K 529 228
                                    


DANIELA

-¡Hermione Granger! Escuchaste todo ¿no podías esperar que yo te contara?- ella salió de su escondite.

-lo siento pero no pude resistirme, ¡no lo puedo creer! Él confeso que te amaba y tú que no me hiciste caso cuando dije que tenías de decirle sobre tus sentimientos- se hacia la ofendida. -¿Cómo crees que se lo tomaran los chicos cuando le cuentes?-

-creo que a Ron podría darle un infarto, ¿te parece ir a dormir? Así mañana vamos temprano-

-si ya estoy cansada, aunque mañana me dirás los detalles de su confesión, nos vemos en el comedor a las 10, adiós enamorada- sonreía con picardía.

Subía a mi cuarto cuando Draco me detuvo.

-¿así que señora Snape? Quien lo diría y aparte que sacrificio, te compadezco enserio-

-no lo digas tan fuerte nadie puede saber aún idiota, no me compadezcas no es nada tan terrible, aparte eso complacería bastante a mi padre-

-¿cómo puedes querer complacer al hombre que fue el causante de la muerte de tu madre?-

-no lo entiendes Draco es mi deber, no sigamos hablando de ello, ¿iras a mi boda?-

-no me ha invitado nadie-

-¿Draco Malfoy me harías el honor de asistir a mi boda?-

-si lo pides de esa manera pues claro que si- se quedó callado un momento -¿estas segura de que ya no hay rencores Daniela?-

-estoy segura de eso, nunca es tarde para arrepentirse, y en el fondo sé que tú no eres malo, todo esto que aparentas ser es solo una caparazón- mi retrato de él lo dejo colgado un momento.

-gracias Daniela enserio, por ahora te dejo, tu cara me dice que si no te dejo ir a dormir luego me mataras ahora mismo-

Sentía mi cuerpo pesado mis parpados pesaban y aun así no podía dormir, en dos semanas sería la esposa de Severus y saber sus sentimientos hacia mí me tenía tan feliz, jamás creí que él se fijaría en una persona como yo, siempre fue tan rígido y frio, nunca demostró alguna preferencia o simpatía hasta hace poco. Juntos derrotaríamos a Voldemort, pondremos fin a su imperio, me sentía como nunca... llena de esperanza.

Estaba en una habitación oscura con poca luz, Severus apretaba mi mano y yo no dejaba de llorar, en el centro de ésta había un ataúd con muchas flores alrededor.

-¿Cómo podremos vencer a Voldemort sin Harry Severus? Él era nuestra esperanza, solo él poseía las capacidades para vencerlo-

-no es el único querida- se giró y me miraba directo a los ojos -tú eres su hija y has aprendido bastante, tú tienes lo necesario para acabar con él-

De un momento a otro ya no estábamos en esa habitación y sentía que el tiempo había pasado, me di la vuelta y vi Hogwarts todo estaba destruido, Voldemort había ganado, ahora todo sería oscuridad.

-buenos días Hermione, ¿cómo te encuentras hoy? ¿Lista para ver cómo me pruebo miles de vestidos y recorrer las calles de Hogsmeade?-

-dormí lo suficiente como para soportar todo eso y más-

-entonces vamos, no hay tiempo que perder-

-no me gusta como se ve, no resalta tu figura Daniela- Hermione negaba con la cabeza.

-pero tampoco quiero que se me vea un trasero gigante Hermione-

-es obvio que no tontita, anda pruébate este-

Los profundos ojos de Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora