Trigésimo Sexto Capítulo: ataque y sustos

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-ten cuidado Draco –le advertí.

-ya está ¿crees que lo he hecho bien? –me mostró la planta recién podada.

-por lo que veo si pero no es a mí a quien debes preguntar –corte el ultimo tallo que me faltaba.

-llamare a la profesora cuando hayas terminado así nos revisa a ambos a la vez –

-no tendrás que esperar mucho porque he acabado –deje las tijeras en la mesa –yo la llamo –levante mi mano.

-¿Qué pasa querida? –pregunto la profesora al ver mi mano en alto.

-es que ambos hemos terminado –

-ya voy a revisarles un momento –se puso de pie y camino hasta nosotros –bien ¿esa de quién es? –apunto la de Draco.

-mía profesora –

-a ver –la movió de un lado para otro –está perfectamente muy bien hecho señor Malfoy –anoto algo en un papel.

-y esta debe ser la suya –apunto mi planta con su pluma.

-así es señorita –y ella observo mi trabajo.

-ambos han hecho un trabajo maravilloso y por eso han sacado un Excelente –nos entregó una hoja a cada uno con una rúbrica en ella y la E resaltaba.

Con Draco ayudamos a algunos que les costaba más y después solo jugamos hasta que termino la clase.

-caminemos lento no quiero exigirte demasiado – todos los de la clase se nos adelantaron.

-no seas tonto estoy bien, vamos camina –

-mira Pansy aún no sale y parece que está suplicándole a la profesora –mire en dirección a la sala.

-me alegra esa maldita es una idiota y tonta cabeza hueca –

-los chicos han dicho que está tratando de sobornar a los profesores para que le suban las notas que ha sacado, que tu bien sabes son pésimas –

-¿y cómo no la reprenden por eso? Bueno si tiene esas calificaciones es porque ella quiere –

El día paso rápido las clases terminaron y seguían hablando del encuentro que tuve con Pansy en el comedor, tenía nauseas así que me metí a bañar cuando termine me abrigue un poco para salir a tomar aire.

-Amelia –llame a mi gata –ven acompáñame a tomar aire, Meri cuida a Eileen saldré a dar una vuelta ya vengo –la gata me miro pero vino conmigo cuando salí al pasillo.

Comencé a caminar hacia el lago negro –la noche esta perfecta ¿no crees Amelia? –la gata maulló en señal de aprobación, me senté bajo un árbol a orillas del rio y contemple la vista, de pronto unas explosiones y estallidos cerca del castillo me sacaron del trance, me puse de pie rápidamente y busque mi varita la había dejado en la habitación iba a comenzar a caminar hacia el castillo pero Amelia salió corriendo hacia el bosque y corrí tras de ella.

-¿porque corres hasta aquí Amelia? – La gata giraba la cabeza hacia todos lados escuchando -¿Qué pasa? –se detuvo un momento y me puse de rodillas para hacerle cariño y tranquilizarla – maldita sea Amelia ahora tardaremos bastante tiempo tratando de llegar al catillo –y comenzamos a caminar y la gata seguía atenta maullando y encorvándose diciendo que algo no estaba bien, escuche un gemido y pare en seco tratando de escuchar de dónde provenía, volvió a escucharse y corrí hacia lo que provocaba el sonido hasta que lo vi, Snape bajo un árbol lleno de sangre y cortes profundos me agache para quedar a su altura.

Los profundos ojos de Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora