IX

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Después que te llevaron pase tres semanas inconsolable, no me levantaba, casi no comía a pesar de las súplicas de mi madre y mi familia, a pesar de las palabras de aliento de Duncan y Alyssa.

Son las 3 de la madrugada, un sueño bello me despertó... tú venias a mi lado en la cama, te sentabas en el borde, acariciabas mi cabello, me besabas tiernamente y me decías: - Vamos, tu abuelo y yo te hicimos fuerte, levántate y continúa... no lo olvides Scott, ¡te amo, te amé desde el primer día que te vi! –

No pude evitar el llanto, me senté y vi como las cortinas se movían, tus palabras resonaban una y otra vez en mi cabeza, sentía frío, tanto que sentado allí me envolví con la sábana mientras meditaba.

Sonreí con dolor al recordar el relato de mi madre, cuando les pediste permiso para llevarme a Japón, te imaginé confesándole que me amabas. Pronto dejé de llorar, me puse serio, tomé con fuerza el relicario que pendía de mi cuello y recordé lo otro que me dijo mamá -Te equivocas Scott, te dejó su amor y te confió algo que para él era muy valioso- - ¡Te confió a su familia! -

¡TU FAMILIA! Que egoísta me sentía al estar aquí sin hacer nada, cuando no solo yo te perdí aquel día. ¿Cómo estarán? Las palabras de tu madre me dieron una fuerte sacudida... "Haz que mi hijo se sienta orgulloso del hombre en que te conviertas".

Pasé el resto de la madrugada en esa posición, vi el amanecer, decidí levantarme y ducharme, me vestí, pasé a tu habitación y me coloqué de tu perfume celosamente guardado, bajé al comedor y fue grande la sorpresa de quienes preparaban la mesa, corrieron, me sirvieron café mientras esperaba por mi desayuno, era gracioso ver la reacción de cada miembro de mi familia al verme sentado allí, se quedaban mudos, luego sonreían y me saludaban, papá y mamá me abrazaron con mucho amor y me besaron, igual que mis hermanos y tío Armand.

Le dije a mamá que retomaría las sesiones con el psicólogo y a papá que luego de medio día pasaría por la corporación porque necesitaba hablar con él y mi tío, que de aquí en adelante consideraba seriamente hacerme cargo de mi vida.

La reacción de Alyssa fue la más graciosa, la llamé al celular y después de saludarla no pronunció palabra y al ver que a pesar que la llamé por su nombre varias veces, no reaccionó, decidí comunicarme con ella a través del monologo, le pedí ayuda, le conté que quería retomar los estudios en la universidad, que necesitaba de su apoyo y por último le pregunté si esa tarde tendría tiempo de pasar por la casa para prestarme sus apuntes y ponerme al día, su respuesta fue corta: -¡Sí!-, pero al ver que yo me despedía se apresuró a decirme: -¡Scott, no te imaginas lo feliz que me hace tu decisión!-

Llegué al consultorio del psiquiatra, él ya estaba preparado para recibirme por la gestión de mamá, pasé a la corporación y como habíamos quedado papá y mi tío me recibieron y me aconsejaron financieramente para todo lo que yo quería emprender. Durante el resto de la semana Duncan y Alyssa me pusieron al día y a la semana siguiente retomé mis estudios.

Estos eran mis primeros pasos, este era el comienzo de mi vida después de ti.

"Mi vida después de ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora