Diario de Takeshi -VIII-

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Boston, MA., Estados Unidos,
Agosto 23, 2007.

Hace más de media hora Scott me seguía, daba el paso que yo daba, me reclamaba, me suplicaba, me chantajeaba, me amenazaba. Mi estrés había llegado a su límite, me quedé parado justo en medio de mi recamara con el chiquillo a mi espalda, respiré profundamente mientras sujetaba el puente de mi nariz, luego solté el aire por la boca muy despacio tratando de regular nuevamente mi circulación.

Me giré para verlo a los ojos y le pregunté: -- ¿Scott, todos los años tendremos esta misma discusión? -

El consentido de la casa hacía un puchero y con un tono de angustia en lugar de responderme seguía intentando convencerme: -- ¿Por qué no me quieres llevar?

Yo por mi parte trataba de que se quedara tranquilo: --Scott, son solo un par de días en los que puedo estar con mi hermano, sería injusto que yo te dedicara el poco tiempo que estaré allá y no le prestara la atención debida a mi hermano. Por favor, trata de comprenderme. -

Scott con lágrimas a punto de salir de sus ojos me dejó perplejo por lo que luego me preguntó con tono de reclamo: --Dime Takeshi, ¿tú tienes una novia allá y por eso te vas, y por eso no me llevas? -

Tartamudee, jamás en la vida lo había hecho, pero no podía hacer que mi mente conectara con el resto de mi organismo y es que mi corazón palpitaba tan fuerte que se entrometía entre mis pensamientos y mi cuerpo ¿por qué Scott me preguntaba eso, precisamente eso?, ¿es que acaso sentía celos? Como pude le contesté: --No es eso Scott- Entonces el chiquillo insistió con voz angustiada: -- ¿Entonces por qué no me llevas? -

Caminé hacía él, eran dos pasos escasos los que nos separaban, sabía que esto no estaba bien, pero puse mi mano sobre su mejilla y llevé mi frente sobre su frente y ambos empezamos a inhalar el aire que el otro expulsaba, con voz suave traté de hacer que comprendiera: -- ¿Scott, has visto cómo se ven tú y Kazuki cuando comemos en la mesa principal, cuando él ha venido de visita? Siento como si en cualquier momento tú o él fueran a saltar sobre la mesa y se fueran a agarrar del cabello. Yo no quiero que él se enfrente a ti o tú te enfrente a él, me lastimaría de ambos ese comportamiento, tampoco quiero que él se sienta mal justo el día de su cumpleaños o que ni siquiera me quiera hablar. Además, Scott, mi casa allá en Kamakura es muy humilde, no existen todas las comodidades que tú tienes aquí. -

El niño insolente no entendía mi punto de vista, con cada palabra que sale de su boca hace que en mi corazón se ciña la angustia. Por qué tenía que decirme: -- ¡NO MI IMPORTA!, no me importa en donde sea, el lugar que sea, solo quiero que estés tú. - Acaso era un beso, acaso mientras me decía eso los labios de Scott rozaron el borde de mis labios, su contacto hizo que mi corazón latiera desenfrenado, hizo que cerrara mis ojos y mi cuerpo se estremeciera. Me alejé de golpe, no tenía el valor de verlo así que solo di media vuelta, sujeté mi maleta y comencé a caminar hacía la puerta.

La mano de Scott tomó mi muñeca, yo respiré profundo y solo giré un poco mi rostro para ver su rostro con el rabillo del ojo, mientras me decía: -- ¡Prométeme que volverás! - Mi respuesta fue sencilla: -- ¡Lo prometo! ¡Ahora prométeme tú que te portarás bien y que no saldrás si no es con Bill! - Vi en su rostro un esbozo de sonrisa mientras me decía: -- ¡Lo prometo! -

Antes de cruzar la puerta giré a ver a Scott que se había quedado parado en medio de la habitación, sin que él me lo pidiera le prometí: --Te traeré tus daifukumochi- y él sonrió.

Mientras caminaba hacía el vehículo en donde Bill me esperaba para llevarme al aeropuerto, lo único que invadía mi pensamiento era la expresión que hace algún tiempo me había asaltado y la decía constantemente "¿Niño, qué has hecho de mí?..."

"Mi vida después de ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora