"Mi vida después de ti"

XI

Por la madrugada sentí que él se movía, con el brazo que lo aprisionaba lo atraje más cerca. Sonreí y dejé escapar un quejido de placer al comprobar que Kazuki estaba nuevamente excitado, me acondicioné entre sus piernas y comencé a besarlo y acariciarlo, mi cuerpo se encendía y la necesidad de poseerlo volvía, preparé su cuerpo para que recibiera el mío, me coloqué un preservativo y lo penetré muy despacio, el vaivén de nuestros cuerpos fue suave, pausado, pasamos mucho tiempo amándonos y así de suave fue nuestro orgasmo, una experiencia dulce.

Volvimos a la posición inicial, solo que esta vez ambos mirábamos el techo, mi brazo en su cintura, su trasero pegado a mi costado y sus dos piernas aprisionando una de las mías. Besé su cabeza y luego de meditarlo por mucho tiempo y con la duda carcomiéndome, le pregunté:

- ¿Quién es Raiko? -

¿Cómo describir lo que sentí? ¿¡eran celos!? ¡estaba jodidamente celoso!, porque pude percibir que su cuerpo se tensaba en extremo. ¿Qué era esto que sentía mi corazón? ¿¡Era dolor!? ¿Por qué Kazuki no contestaba?, ¿Por qué su silencio me hacía tanto daño? Yo no debía ni haberlo preguntado ¿¡Con qué derecho!? Entre mis labios dejé escapar lentamente el aire que estaba conteniendo en mis pulmones. Kazuki se volteaba y preocupado me veía a los ojos, mientras respondía con otra pregunta:

- ¿Mamá te contó? -

Era obvio, su padre hablaba muy poco y generalmente no lo hacía de cosas tan personales. Acaricié su rostro y yo creo que en el mío se pintaba en su más vivo esplendor el dolor y los celos que sentía. Viéndolo fijamente, me entregué al juego de hacer una pregunta por otra.

- ¿Qué tanto significó para ti? -

Él sonrió con un poco de tristeza y nostalgia, yo cerré mis ojos tratando de encontrar nuevamente el equilibrio de mis emociones. Kazuki delicadamente colocó su barbilla en mi pecho y desde esa posición me veía fijamente cuando me dijo que quería que le escuchara atentamente y comenzó a relatarme:

-Cuando volvimos y trajimos a Takeshi, estábamos preocupados, papá no podía volver al trabajo, su cuerpo estaba muy lastimado de tantos años trabajando en el mar. Mi hermano era nuestro sostén y al faltar él no sabíamos qué iba a ser de nosotros, pero tu tío Armand y tu mamá nos dieron una gran cantidad de dinero y dijeron que era una compensación. Conoces a mi padre, es muy orgulloso y no quería aceptarlo, pero mamá le dijo que como él y yo no podíamos trabajar, si no lo recibían sería ella quien trabajaría. Así fue como lo convenció. Pero un tiempo después, tu tío nos empezó a depositar en la cuenta de la familia una cantidad bastante generosa cada mes. -

Sus ojos brillaron y sonrió cuando me confesó:

-En todo el tiempo que he estado allá he acosado a tu tío y ahora ya se el origen de ese dinero, es por eso que al terminar mi especialización voy a conseguir trabajo y voy a pagarte cada centavo y seguiré ayudando a mi familia. -

Sonreí y con voz ronca me apresuré a aclararle:

-Niño bobo, no necesito que me devuelvas nada. Lamento haberme tardado tanto, pero realmente al perder a tu hermano me costó levantarme nuevamente. El dinero es parte de un fideicomiso que dejó a mi nombre mi abuelo, pero no podía disponer de él hasta cumplir la mayoría de edad. Si el abuelo viviera, habría aprobado mi decisión de compartirlo con ustedes. -

Kazuki quedó nuevamente en silencio y yo con el corazón en la mano. El prosiguió:

-La cuestión es que cuando empezamos a recibir ese dinero todos los meses, mamá consideró que lo mejor sería invertirlo en mi educación, Yo he ido a los mejores colegios de Japón, no tuve necesidad de solicitar alguna beca como lo pensé siempre, y así no robé la oportunidad a alguien más, con ese dinero pudimos costear las colegiaturas. A los 17 años entré a una de las mejores instituciones educativas del centro de Tokio y allí fue donde lo conocí, nos hicimos novios y realmente pensé que él me amaba, pero cuando estábamos por graduarnos él descubrió que, si yo no era un estudiante becado, no era porque fuera una persona acomodada, sino porque tenía la fortuna de que alguien ayudaba a mi familia. Él se desilusionó al saber que yo era una persona de origen humilde, hijo de un pescador, que a su vez fue el hijo de un pescador. -

Sentí tanta rabia al descubrir en la mirada de Kazuki que se había sentido humillado, que había sido relevado del valor que realmente tenía como persona, pero al mismo tiempo sentí gratitud por que las cosas hubieran ocurrido así, su hilo rojo se había roto y por destino o casualidad se había atado al mío y ahora éramos dichosos uno al lado del otro. Los ojos de mi amado nuevamente brillaron y continuó:

-Cuando salió la oportunidad de ir a estudiar a tu país, sentí que podía cambiar mi vida y dejar atrás la tristeza, pero aun así no estaba seguro, así que fui al único lugar en donde he encontrado consuelo, en donde he pedido siempre consejo. Tal vez no me creerás, pero una ráfaga de viento casi me tira al suelo, me empujaba con tanta fuerza y lo entendí ¡Era Takeshi diciéndome que fuera! O eso es lo que quiero creer. Esa misma semana recibimos la invitación a tu cumpleaños, demasiada casualidad. Confirmamos que llegaríamos dos días antes de la fiesta. -

Sonrió de una forma angelical, cuando continuó relatando:

-Tu mamá nos recibió con tanto cariño y a cada uno nos decía a cada momento que quería que nuestra llegada fuera una sorpresa. Como era temprano cuando llegamos, ella me ofreció que si quería salir podría hacer los arreglos para que los de seguridad me llevaran a donde quisiera. Fue así como llegué al club. -

Sus ojos brillaron y su sonrisa fue dulce, en su rostro se reflejaba dicha y continuó entre pausas relatando:

-Quería sentirme amado, no importaba si era solo el tiempo que durara una follada, yo necesitaba que alguien me hiciera sentir especial, que yo valía la pena. Estaba parado en ese club, solo veía a las personas y nadie llamaba mi atención, una chica y luego dos chicos se acercaron y me preguntaron si quería bailar con ellos, pero ninguno me inspiró nada, así que educadamente los rechacé, es conveniente conocer otro idioma, eso te ayuda a hacerte el desentendido y librarte de muchos compromisos. Me hice a un rincón con la intención de llamar a los de seguridad que me habían llevado para que me fueran a recoger, cuando te vi aparecer no pude quitarte los ojos de encima, vi como te detenías y comenzabas a buscar algo entre la multitud, mi corazón se detuvo y dejé de respirar cuando tú te fijaste en mí y me sonreíste. Nunca me había sentido tan especial y tan amado, como me sentí en tus brazos. Nunca más podré sentirme así. -

Con una sonrisa a medias y sus ojos completamente achinados, viendo hacia abajo, un poco abochornado, continuó:

-Cuando llegué a la mansión yo salí al balcón que tiene la habitación, sentía una opresión en mi pecho al darme cuenta que no sabía ni tu nombre, ni tenía la posibilidad de contactarte. Esa opresión se volvió más grande y sentí tanto miedo al pensar que posiblemente el siguiente jueves no estarías allí. -

-Estaba entrando a la habitación cuando escuché que alguien iba pasando por el pasillo, observé como ese alguien se detenía frente a la puerta, yo podía ver su sombra que se colaba por la cisura y deseé con toda el alma que fuera un sueño hermoso y al abrirse la puerta fueras tú como el príncipe del cuento. Pero la puerta nunca se abrió y cuando tuve el valor de ir tras la persona que estaba allí, ya se había ido. -

Kazuki hizo que mi corazón dejara de impulsar la vital sangre y en fracción de segundos hizo que volviera a latir con una fuerza gigantesca, cuando recostándose nuevamente en mi hombro dijo:

-Contestando tu segunda pregunta: Él significó mucho en mi vida, ¡yo lo amaba! Luego lo odie. ¡Y ahora por él ya no siento nada! ¡Te amo a ti Scott! -

Lo sujeté fuertemente por la cintura y atraje su cuerpo hacía arriba, a manera que su rostro quedara frente el mío y entre palabras fui dándole besos de piquito

- ¡Te * amo * Ka *zu *ki! -

Nos acomodamos en la posición que tanto nos gustaba, él sobre mi pecho y yo abrazandolo, mi corazón ya estaba en paz y así dormimos hasta la mañana.