"Mi vida después de ti"

Diario de Takeshi -IV-

. . .Boston, MA., Estados Unidos,
Enero 10, 2006.

Diferente a como murió mi abuelo que una noche se fue a dormir y al amanecer ya no despertó, Richard sama murió al lado de toda su familia. Ellos fueron testigos de su último aliento antes de cerrar sus ojos y luego de haberles dicho que los amaba.

Scott permaneció por mucho tiempo abrazado al cuerpo sin vida de su abuelo, él lloraba sin consuelo. Únicamente cuando Katherine san lo abrazó fuertemente he hizo que Scott se aferrara a ella fue capaz de alejarse de esa cama.

Yo la admiraba igual que a mi madre, ambas eran mujeres fuertes. Mientras velaban al mayor de la familia Johnson, ella estaba pendiente de todos. En su rostro había agotamiento y solo en dos oportunidades la vi entrar a la cocina, sentarse a la mesa y ponerse a llorar.

La última vez que lo hizo y después de haber desahogado su dolor, ella nos contó: -Cuando conocí a Arthur, yo era una simple asistente en una empresa no muy grande. Una de mis funciones era ir por los café al Starbucks que estaba cerca. Allí lo conocí y allí me enamoré, era allí donde nos veíamos todos los días hasta que me trajo a conocer a su familia- Sonrió con nostalgia, respiró profundo e irguió su frente, gesto que siempre hacía para contener sus lágrimas y luego continuó: -Yo estaba asustada, me aterré cuando vi la mansión, tanto que le pedí a Arthur que me llevara de vuelta a mi apartamento de 3x4. Al final me convenció y quien muy alegre y cariñosa me dio la bienvenida fue Florence, la madre de Arthur. Después de haber comido, después de haber sido sometida al más exhaustivo interrogatorio, después que ellos supieron que yo no tenía padres y fui criada en un orfanato, trabajadora a medio tiempo y estudiante en la universidad, que vivía en un humilde apartamento, fueron Florence y Richard quienes insistieron que ya no me fuera de aquí, mandaron a preparar una habitación y ya nunca más me fui.- Cerró sus ojos mientras rememoraba y luego sonriendo y llorando al mismo tiempo terminó: -De aquí salí vestida de novia, Richard asumió el papel de padre y me entregó en el altar. Cuando nacieron mis hijos la felicidad de sus abuelos no tenía comparación. Aquí yo he aprendido lo valioso que es pertenecer a una familia, fueron ellos dos quienes me lo enseñaron. -

Scott por su parte se encerraba por largas horas en su habitación, me preocupaba tanto que tuvieran que medicarlo para poder darle un poco de estabilidad. Estaba pendiente de él, tanto que después de la media noche lo pude escuchar mientras pasaba trastabillando por el pasillo así que en sigilo lo seguí.

Ya no había nadie en el salón principal de la mansión en donde se velaban los restos de Richard sama. Scott se sentó en un pequeño sofá, muy cerca del ataúd, colocaba sus manos sobre la madera fina del féretro y lloraba. Yo estuve mucho tiempo cerca de él, hasta que noté que el agotamiento iba haciendo mella. Aclaré mi garganta y llamé la atención de Scott, antes de acompañarlo a su habitación lo llevé a la cocina, lo invité a sentarse en la mesa y le preparé algo ligero. Él no quería comer, pero al final lo persuadí.

Boston, MA., Estados Unidos,
Enero 12, 2006.

El funeral fue muy sobrio, solo la familia y un reducido número de amigos cercanos a la familia, incluyendo a mis padres y Kazuki.

Desde el circuito de seguridad que se mantenía podría notar a cada uno de los presentes. Ese fue el día que pude conocer aunque de lejos a los padres del joven acompañante que no se había separado de Armand sama en toda la ceremonia, a pesar de las miradas de desaprobación de su padre.

Ese día pude comprender que cuando existe verdadero amor no existes razones, límites u obstáculos que no se puedan superar. Casi al terminar la ceremonia, esa familia adinerada se retiraba bajo el enorme séquito de seguridad, el mayor llamaba a su hijo y cuando este se acercó le dijo que ya se debían retirar. El joven le respondió que deseaba quedarse al lado de Armand sama por un tiempo más y ante tal negativa el padre del joven se enfureció, le dijo que si se quedaba se olvidara de volver a su hogar.