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Boston, MA. Estados Unidos.
Agosto 25 de 2,016.

Su cumpleaños caía en día hábil, me levante y como todas las mañanas lo salude con besos y abrazos, nada que levantara sospechas de todo lo que había preparado para luego que saliera de la universidad. Notaba que él a cada paso esperaba que yo saltara y le diera alguna sorpresa, vi como decepcionado abordaba el auto, al llegar a la universidad aún esperaba que yo dijera algo. Internamente reía porque si algo me fascinaba en él era ver sus gestos cuando algo no salía como lo esperaba.

Me costó concentrarme, mi dicha era grande esperando la hora de ir por él. Me emocionaba pensar que reacción tendría al verse colmado de mis atenciones al desearle feliz cumpleaños. Mi buen humor se percibía por todos los pasillos que recorría en la corporación.

Parecía un chiquillo cuando en el vehículo íbamos por él, a cada tanto le decía a Bill que se apurara que me urgía llegar, mi amigo solo reía. En el estacionamiento de la universidad pedí a Bill y al piloto que solo ellos bajaran; cuando Kazuki llegaba venía sonriendo y al verlos solos afuera del vehículo su sonrisa desapareció. El comenzó a caminar un poco más lento así que decidí bajar y disimulando aún más mi emoción, tomé el celular y fingí que recibía una llamada importante.

Al llegar a mi lado, le di un beso cariñoso pero ligero, lo tomé de la mano y rodeé el vehículo, le abrí la puerta de atrás del piloto y al subir yo cerré la puerta y corrí al lado contrario, cuando entré lo hice viendo hacía donde Kazuki estaba conteniendo las lágrimas. 22 rosas perfectas que sujetaba un oso de peluche. Sonreí para mi amado mientras con dulzura le decía –¡Feliz cumpleaños amor! -

Kazuki se abalanzó y me besó con mucha pasión, yo lo tomé fuertemente entre mis brazos y lo senté en mi regazo, así viajamos hasta llegar al restaurante, en donde luego de comer encendieron las velitas a un pastel que mi amado sonrojado apago y luego de degustarlo nos fuimos directo a la mansión.

Las sorpresas y las atenciones especiales preparadas para esta ocasión no habían terminado aún. Al llegar a la mansión nos fuimos a nuestro hogar y allí nos esperaba una sala iluminada con solo luces de velas, debía agradecer a Alyssa y a mamá porque fueron ellas las encargadas de arreglar. Kazuki tomó un florero y en el coloco las rosas, el peluche sentado en el sillón más amplio; se paró en el centro de la sala y contempló todo el escenario; al voltearse abrió sus ojos con mucha sorpresa... yo estaba a un paso de él y llevaba mi rodilla a la alfombra y desde abajo le ofrecía un anillo de compromiso, le dije cuanto lo amaba y le pedí que aceptara ser mi pareja formalmente de aquí en adelante.

Kazuki me derribó, se colocó sobre mí a horcajadas y colocó sus manos sobre mi vientre, acercaba su rostro, pero no me besaba, yo hacía el intento de alcanzarlo, pero él no me dejaba. Juntó su nariz a la mía y achinó sus ojos mientras desde esa posición me decía

- ¿Qué pretendes Scott? No creas que por celebrar el compromiso hoy te librarás de darme otro regalo. –

Se separó y empezamos a reír hasta casi doler el estómago. De pronto se puso serio y me veía fijamente, colocó su mano al frente y yo deslicé sobre su dedo el anillo. Con la misma seriedad y viéndome fijamente me aclaró:

- El anillo es una simple formalidad, desde el día que cruzamos el umbral y empezamos a vivir juntos en este acogedor lugar yo me he considerado tu pareja. -

No cabía duda, admiraba cada día más el ingenio de Kazuki, ¡yo lo amaba! Sonreímos y yo más, cuando vi que el mordía su labio inferior de forma sensual, sin disminuir su sonrisa entre dientes me dijo.

-Muy bien, ya me entregaste el regalo de cumpleaños, pero ahora falta que yo cobre el regalo por el compromiso-

Sus manos empezaron a desabotonar mi camisa, también el broche de mi pantalón, poco a poco me fue desvistiendo hasta que yo estuve completamente desnudo. Trataba de alcanzar la ropa de mi amado y despojarlo de la misma, pero él no me dejaba. Comenzó a dar cortos besos desde mi frente, poco a poco fue descendiendo mientras acariciaba todo a su paso, al llegar a mi miembro este ya estaba totalmente erecto, Kazuki lo absorbió y comenzó a darme placer. Traté de detenerlo, pero él no dejo. Sutilmente fue haciendo que me volteara sobre la alfombra y comenzó a besar mi cuello, mis hombros y toda la espalda hasta llegar a mi trasero.

"Mi vida después de ti"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora