Julius Grant recogía las pocas pertenencias personales que tenía en los cajones. Sobre el escritorio, una caja de pequeñas dimensiones, contenía todos sus recuerdos de su paso por La Agencia. Su nombramiento, una copia de su dimisión y una carta que acababa de recibir eran lo más parecido a un currículo profesional para aquel hombre.
El ataque había sido fulminante y certero, pero el dinero lo podía casi todo y ya habían empezado a reemplazar los sistemas dañados por otros más modernos y eficientes.
—¿Se puede? —dijo Sarah Flynn desde la puerta.
—Pasa, por favor. ¿Estás lista? —Grant la miró. Sus ojos brillaban. No había rastro de la amarga tristeza que habían reflejado unos pocos días antes.
—Estoy lista. Tengo los billetes y un coche nos espera para llevarnos al aeropuerto —respondió ilusionada.
Julius no sabía lo que eran unas vacaciones en condiciones. Aquella misma mañana, había tratado de asomarse al oscuro pozo de su memoria, pero no había aparecido en sus recuerdos nada que se asemejara a esa palabra. Sarah desconocía también qué significaba vacaciones, pero tenían planes. Eso ya era mucho para los dos exagentes de inteligencia.
—¿Has leído la carta? —preguntó Grant a Sarah.
—No. ¿Puedo leerla?
—Claro —respondió alargándole un sobre abierto que ya estaba en el interior de la caja.
Sarah lo tomó y leyó con atención.
Apreciado Julius,
Son muchas las vivencias juntos en todos estos años. Al final de este camino, de lo bueno y de lo malo, solamente me quedan palabras de agradecimiento para ti, Sarah y todo el equipo. Mis amigos, los únicos. Mis hermanos, los más entregados. El único apoyo cierto que he tenido en mi vida.
Te agradezco tus enseñanzas y que hayas ejercido como un padre para mí durante todo este tiempo.
He oído que no eres el único que aprovecha el momento para despedirse. Lo celebro, sé que Sarah será un gran apoyo en tu nueva vida. Os deseo lo mejor en vuestro retiro. No será fácil vivir una vida normal. Sed pacientes el uno con el otro.
A todos nos llega el momento y a mí también me ha llegado. Me retiro. Tengo TODO lo que necesito y soy inmensamente feliz. Nunca podré agradecerte lo suficiente que me asignárais la última misión como agente especial encubierto.
Una vida auténtica me espera al lado de Charlotte.
Siempre amigos,
J.
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Renasci - La forja de una espía
ActionLa sombra de un poder inimaginable se cierne sobre el planeta. El mundo tal y como lo conocemos, está próximo a su final. La Agencia ha recibido el encargo de evitarlo y le queda una última oportunidad para detener lo que está por venir. Para lo...