56. Regreso

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Las cartas estaban sobre la mesa, Szczesny me había propuesto formar parte de Renasci y yo ya había dicho que sí. Presté mucha atención a lo que me tuviera que decir, esa sería el inicio del final de mi participación en todo aquello.

—No voy a hacerlo ahora, Charlotte. —Mi sorpresa era mayúscula al escuchar aquellas palabras—. Todo en su momento.

—¿Cómo que no?, ¿entonces cómo se supone que debo tomar una decisión?

—No soy yo quien debe hablarte de ello. Esto es demasiado importante y yo solamente soy un elemento más, un engranaje dentro de la máquina. Otras personas tienen más conocimiento de todo esto que yo y son ellas las que te informarán sobre tu papel en todo esto.

—¿Qué personas?

—Por ejemplo tu jefe, el señor Sanders, entre otros.

—Si son otros los que deben hablarme de mis investigaciones, ¿por qué estás aquí Szczesny?

—Porque yo soy quien te conoce y quien apostó por ti. Porque es a mí a quien se ha pedido que te contacte después de lo sucedido.

—¿Después de lo sucedido? -Estaba bloqueada.

Repetía los argumentos que me habían llevado hasta ese momento en mi cabeza. En todos ellos encontraba que la respuesta la tendría cuando tuviera a Szczesny Budny de mi lado, pero mis previsiones no habían sido acertadas. Debía adaptarme a la nueva situación.

—¿Cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? —demandé al borde de un ataque de nervios.

—Pronto habrá una reunión. Acudirás sola y seguirás las indicaciones que te dé con exactitud.

—Pero...

—No hay peros, Charlotte —me interrumpió—. Así debe ser y así será. Queremos evitar a toda costa interferencias externas. Si has de representar un papel en nuestra causa, debe ser de la forma correcta.

—¿Estarás tú en esa reunión? —El hecho de tener poder contar con Szczesny para aquello, me hacía sentir más segura.

—Estaré allí. Yo soy quien más te conoce y quien te ha metido en todo esto.

—¿Pero cuándo va a ser eso? —rogué su respuesta, tratando de averiguar cualquier cosa que me ayudase.

—Pronto. No puedo decirte más, salvo que en esa misma reunión deberás elegir del bando en el que estás.

—No puedo decidir tan fácilmente en qué bando estoy, Szczesny, compréndelo. Primero debo saber qué hago en todo esto, conocer la causa y los motivos. Entender el objetivo y saber cómo me afecta todo eso para bien o para mal.

—Tú has elegido ya saber y poder decidir. Sabrás y podrás decidir. Espero que elijas lo correcto.

—¿Y si no lo hago?

—Lo harás -sentenció con firmeza—.Recuerda que no puedes hablar con nadie de todo esto. Con nadie, Charlotte.

—No hablaré con nadie —mentí.

—Y ahora deberíamos volver. Ocúpate ahora de tus asuntos familiares —dijo dando la conversación por finalizada.

Abrió la cajita y me devolvió el teléfono. Yo me resigné a seguir preguntando. Estaba claro que no me iba a facilitar más informaciones.

Volvimos a la habitación 212 donde mis tíos seguían hablando animadamente con John. Mi compañero en aquel sinsentido, se había comportado conforme era de esperar. Un hombre afable y empático, capaz de hacer buenas migas con cualquiera mientras cumplía con su misión.

Renasci - La forja de una espíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora