Capítulo Dieciocho

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Justin

Me levanto de la cama, me visto y salgo a trotar, solo. A Ryan no lo he visto mucho, y cuando está conmigo casi no me dirige palabra, un día le pregunté donde pasaba todo el tiempo que no andaba por casa, me dijo que se iba donde la chica de la playa, luego se fue.

Salgo a la playa y troto por el borde. A esta hora no hay muchas personas por lo que no tengo obstáculos. Veo a la chica de la tienda recostada en la arena y con un traje de baño. No les voy a mentir, si es muy linda y tiene un buen cuerpo, pero no se compara con mi Ari.

Cuando pasé por su lado vi cómo arrugó la cara, seguramente porque la eché de la cabaña y nunca le dí explicaciones. No la tomé en cuenta y seguí avanzando.

Llegué a casa y me duché. Cuando salí vestido fui a ver como estaban las chicas. Caitlin estaba en la cocina y decidí pasar un tiempo con ella, como hace rato no lo hacía.

-¿Qué haces Cait?

-Me sirvo helado. -Me contestó hablando como si yo fuese tonto. Rodé los ojos.

-Ya sé. Pero me refiero a qué harás harás con el. -Le digo.

-Iré a ver una película. -Guarda todo y toma su helado. -Puedes venir si quieres.

Voy tras ella con un sándwich que me había hecho. Nos sentamos en la alfombra y ella pone frozen, otra vez.

"¡Torpe soy! ¡Torpe soy! No puedo ocultarlo máaaaaaas"

Empiezo a cantar, pero Caitlin me detiene.

-¡No es así! -Me reprocha.

-¿A no? -Niega enojada. -Ya, no te enojes. Ya estás grande para estas películas, estás vieja hermana. -Digo riendo.

-¡No estoy vieja! ¡Tú estás viejo! ¡Y ándate de aquí! -Me empieza golpear enfurecida, Cait tiene la mano pesada para ser una niña.

-Ya me voy, ya me voy, tranquila. -Derrotado por una niña de 10 años me voy de la habitación.

Llego a la cama de Ariana y veo la hora, son las nueve. Me acuesto con ella y empiezo a acariciar su cabello y rostro, suavemente. Cuando comienza a dar señales de estar empezando a despertar empiezo a dejar pequeños besos sobre sus labios, hasta que sus feroces dientes me atrapan el labio y gimo de sorpresa. Acerca su cara a la mía y me empieza a dar un beso largo, no espero no un segundo y también la beso.

-Buenos días. -Susurro separándome de sus labios.

-Buenos días. -Me sonríe, levanta la mano y se corre un mechón para atrás de la oreja. Hago una mueca y me llevo su muñeca a mis labios, para dejar un beso.

-No quiero que te vuelvas a cortar. Ni por mi ni por nadie. Sé que soy culpable de esto pero... -Me interrumpe.

-No eres culpable de nada. Yo me corté, había prometido no volver a hacerlo y rompí mi promesa. Pero haré lo posible por no volver a hacerlo. -Me dice algo incómoda.

-No tienes de qué ponerte celosa. Tu eres mejor que todas las demás chicas juntas. -Digo mientras la abrazo, bufa y se separa enseguida de mi.

-¿Acaso tu no te pondrías celoso si yo me hubiese excitado por aquél tipo? -En seguida mi mandíbula se tensa. Claro que me pondría celoso. Suelto un suspiro.

-Si... Habría ido a matarlo a golpes. -Reconozco en voz alta. Ella se acerca y me abraza.

-¿Vez? Ambos hubiésemos hecho algo parecido. -Me susurra.

-Ari, yo lo habría golpeado a él no a mi. -Le digo.

-Si, pero yo me sentí mal y mi mente comenzó a viajar hacia otros lados y en fin, exploté. -Me dice algo triste y abrazándome más fuerte.

Primos (JB & AG) -PAUSADA TEMPORALMENTE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora