Capítulo Veintiocho

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Justin

Una extraña sensación recorrió mi cuerpo. Abrí mis ojos y un dolor llegó fuertemente a mi cabeza, por lo que los volví a cerrar. intenté llevarme mis manos a la cabeza pero no pude ¿Qué demonios?

Abrí mis ojos a pesar de todo y miré a los lados.

Estaba atado.

Dios dime que es mentira, por favor dime que no es verdad. Recuerdos de lo ocurrido con Allison llegaron a mi cabeza, aunque muy vagamente.

Miré la ventana y aún era oscuro, me fijé en el reloj y eran las cuatro y cuarto. La luz estaba apagada, pero entraba la de la luna. Levanté mi cabeza y vi lo que temía, estaba desnudo.

-¡Ya despertó! -Gritó entrando una desnuda Josephine. -Hola cariño, ya veo que no me invitaron a la primera ronda.

Se acercó y se sentó en mi estómago, no pude evitar hacer una mueca de asco.

-Ya me contó Alli cómo la hiciste gritar, yo también quiero probarte. Me dejaron fuera en el primer round. -Dijo sonriendo coqueta.

Entró Allison y me sonrió.

-Dije que serías mío esta noche. Pero creo que debería ser algo solidaria y compartir un poco. -Se acercó a mi y besó mis labios, yo no le seguí el beso en ningún momento, por lo que se separó.  -Hace unas horas eras más amigable.

-Estaba borracho. -Dije en mi defensa.

-Cómo sea. -Se encogió de hombros y miró a Josephine. -Empieza a hacerle un oral.

-No. No, no, no. No me toques. -Intenté juntar mis piernas, pero fue imposible. Me empecé a sacudir y la chica se bajó de mi estómago y se ubicó entre mis piernas.

-Cálmate. Sé que eres un mujeriego. Esto no será algo desconocido. -Agarró mi pene y se lo metió a la boca, a pesar de que no quería y aguanté todo lo que pude se me escapó un gemido. -Ya empezarás a disfrutarlo.

Cerré los ojos y aguanté la respiración, no les iba a dar en el gusto. Sentía cómo la morena me la mamaba fuertemente, pero no me permití soltar ningún gemido. La uña de el pulgar se me clavaba en la palma, es ahora cuando siento que dejarla larga para tocar guitarra quizás no fue tan buena idea.

-Yo también quiero disfrutar. Anda, hazme lo mismo de anoche. -Puso una pierna a cada lado de mi cabeza. Yo negué y apreté los labios. -Oh vamos, anoche me hiciste tres orales y no te quejaste para nada.

Se refrego contra mi y yo giré la cabeza.

-Aléjate que das asco. -Al hablar se metió algo de su humedad en mi boca y sabía del asco, recuerdos de anoche aparecen en mi mente más claros, seguro que fue el alcohol el que me hizo hacer todas esa cochinadas.

(...)

Fue horrible, mis muñecas sangran por el roce contra la cuerda, mis pies tienen quemaduras. Ambas putas después de no lograr que les hiciera un oral se turnaron con mi amigo, fue asqueroso, maldigo a Dios por hacerme hombre. Aunque yo no quisiera, mi malvado miembro se dejaba.

Luego de todo eso, cortaron la cuerda de mi mano derecha, me entregaron la navaja y se fueron ya vestidas. Tuve que cortar la cuerda de mi mano derecha y luego la de mis pies, tenía un dolor infernal y me sentía sucio.

Me vestí lo más rápido que pude, necesitaba salir pronto. La culpa era demasiada y mi cabeza estaba a punto de explotar.

Salí a la calle y no supe donde estaba. Prendí mi teléfono y por Gps busqué la playa frente a las cabañas. Me puse la capucha y comencé a caminar, a veces me iba hacia los lados, pero me reubicaba lo más rápido que podía. Llegué a la entrada de las cabaña y me dirigí a la mia. Las ganas de vomitar eran enormes.

Primos (JB & AG) -PAUSADA TEMPORALMENTE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora