Capítulo Dos |2|

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Ariana


-¿Ari? ¿Vas tú por la niña o voy yo? -Me pregunta Bastian por el celular.

-Mmm... Tengo una ventana en la universidad ahora. Puedo ir a buscarla y te la llevo a ti. ¿Podría ser?

-Claro, las espero preciosa. -Sonrío y le mando un beso por la línea a lo que él ríe. -Nos vemos.

Cuelgo la llamada y voy a pedir un taxi. Este tiempo ha sido difícil, sobre todo porque yo de alguna manera debía terminar mis estudios. Pero mi país ofrece ayuda y Cat recibe beneficios por su condición.

Salgo de la universidad, donde estudio como profesora de matemáticas. La verdad es que me gusta, ya que se me dan bien los números, tengo una beca con la cual no pago a cambio de después enseñar durante cierto periodo de tiempo a distancia de el centro de el país.

Camino y llego a el colegio de Cat, es uno especial, donde hay muchos niños con las mismas discapacidades.

-Buenas tardes, Ariana. -Me saluda la profesora amablemente.

--Buenas tardes. -Le respondo. -¿Cómo se portó hoy?

-De maravillas, Cat es un amor. Además hoy llegaron los exámenes de el hospital. Ve a saludar a la niña mientras yo voy por ellos a la oficina.

La señora se aleja y yo me adentro en la sala de mi hija. La veo jugando con sus compañeros. Es una chica muy sociable. En cuanto me ve se acerca, con dificultad, pero llega hasta mí.

-¿Cómo estás mi vida? -Le pregunto agachándome y quedando a su altura.

-Bien mamá. Hoy pude armar un rompecabezas yo solita. Mis manos ya no tiritan tanto. -Dijo algo enredado y lento, pero lo dijo, y eso son grandes avances.

-Que bueno. Tu papá nos espera. Te quedarás con él en el trabajo ¿Te parece? -Ella asiente emocionada.

-¡Sii! Papá siempre me deja ir a comer dulces de el cajoncito de un gran armario.

Quizás no fue bueno de mi parte. Pero cuando me enteré de que Justin tenía familia no quise arruinarle su felicidad, él podría tener un hijo sano, y yo saldría adelante como fuera posible. Y cuando Cat llamó papá a Bastian, vi una alegría inmensa en ambos, él porque lo llamaba así y ella porque la mimaron después de eso. No fui capaz y ahora ya no tengo vuelta atrás.

Me entregaron los exámenes mensuales de Cat, ella se despidió de sus amigos y nos fuimos.

Caminamos alrededor de una hora, bueno, en realidad yo caminé, mientras arrastraba a Cat en su silla de ruedas.

Debido a que Justin es mi primo cercano, tuve más problemas a los comunes en el embarazo, por suerte mi hija no es prematura, aunque de todas formas tuvieron que hacerme una cesárea, por seguridad. Cat nació con un problema de musculatura en la piernas, no son lo suficientemente fuertes para sostenerla, pero desde la cadera hacia arriba ella es una niña sana, le costó un poco aprender a hablar, pero ahora no se calla. Sus brazos son como los de cualquier otra niña debido a los ejercicios que hace, y en casa es tan curiosa que ella sola maneja la silla a todos lados, lo que es aún mejor para su físico.

Llegamos a el edificio donde trabaja Bastian y entro. Subo al ascensor y marco el piso cinco, cuando las puertas se abren me dirijo a su despacho y abro la puerta.

-¡Papá! -Grita emocionada Cat.

Bastian se da la vuelta y tras saludar y besuquear a mi hija me saluda.

-¿Que tal tu día? -Me pregunta tras darme un leve beso en los labios.

-Algo agotador.

-¿Que clase te toca ahora?

-Debo entregar un trabajo y después ya me puedo ir. -Me sonríe y se va a ordenar su maletín.

Él no ha cambiado mucho. Sigue siendo aquel chico alto y de ojos fascinantes, solo que por el trabajo tiene unas pequeñas ojeras y su rostro es más serio, pero sigue siendo muy guapo.

-Vamos a entregarlo y luego pasamos la tarde juntos ¿Si?

-Claro. -Sonrío y cuando ya está listo, nos vamos a el auto. Sube con cuidado a Cat en su asiento mientras yo guardo la silla por el otro lado.

De la mochila que llevo saco la carpeta donde se encuentra el trabajo y voy directamente al despacho de el profesor. Como aún no es la hora de clases no se encontraría en la sala. Me recibe amablemente y acepta el trabajo, tras una pequeña charla me voy de vuelta al auto.

-¿Podemos cenar pizza? -Pregunta Cat en medio de la caminata que hacíamos por las calles de un sector antiguo de California. Bastian me mira con una ceja alzada y yo asiento.

-Claro pequeña. Te llevaré a un local que a tu mamá le encantaba cuando era pequeña, recuerdo que cuando vinimos a este sector, prácticamente me arrastró al lugar donde las venden. -Cat se rió y asintió.


(...)


-Una pizza de pepperoni, una Sprite, una Coca-Cola y un jugo de frambuesa. -Dijo Bastian a la cajera.

-¿De que tamaño la pizza? -Preguntó la cajera.

-Familiar, y los bebestibles individuales. -Asintió la mujer y nosotros nos dirigimos a la mesa.

Luego de una breve espera la pizza llegó y todos la atacamos hambrientos.

Mientras la charla continúa miro la familia que hemos formado, una sonrisa se posa en mi labios. Puede que no sea perfecta, pero es todo cuanto puedo pedir. Bastian cumple muy bien como padre, y a mi también me atiende muy bien, a pesar de todos los problemas hemos salido adelante y el ama a Cat a pesar  de que no compartan sangre. Y por su lado Cat ama a Bastian y lo adora, ella cree a toda costa que él es su padre, y a pesar de todo, lo es, porque él ha estado con ella y la ha llevado a sus controles, se ha preocupado de su salud y le a dado cuanto amor en el mundo pueda existir.

En estos momentos soy la madre más feliz que pueda existir, y me siento la mujer más afortunada.












Primos (JB & AG) -PAUSADA TEMPORALMENTE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora