Capítulo Treinta

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Bastian ♡

-¿Te parece si ya comenzamos a cocinar?  -Le pregunté a Ari.

Habiamos llegado hace algunas horas y ya teníamos armado el campamento. Nos habíamos entusiasmado y llegamos a otro lado de el bosque por donde pasaba un pequeño río sin mucha corriente.

-Si porfavor, ya tengo hambre. -Salió de dentro de la carpa y se puso a mi lado.

-¿Te parece unos fideos y huevo duro? Debemos hacer raciones justas, para que no sobre y no traigamos compañeros en la noche.

-Me parece bien. Voy por los fideos, arma la cocinilla por mientras. -Dijo mientras entraba a la carpa.

Habíamos ido lento y parando en algunos lugares, por lo que ya era de noche. Vimos varias aves y algunos animales. Mañana saldríamos a ver cómo se despiertan y todo eso.

-Toma. -Me entregó la bolsa de fideos.

-Gracias.

-Me voy a ir a poner pijama ¿Si? Vuelvo en seguida. -Me sonrió y entró a la carpa.

-Claro, ve. -Me giré y agregué agua a la olla, una vez que comenzó a hervir eché los fideos y entre a la carpa.

-¡Bastian! -Gritó Ariana.

-Eehh... Yo. -Estaba en shock, ella estaba sin polera y sin brazier, intentando taparse con las manos y lo que tenía a su paso. -Amm... Adiós.

Salí rápido de la carpa y cerré mis ojos. Esto no era bueno, no lo era. Esto de acampar fue mala idea, no puedo dejar de quererla si la tengo pegada a mi. No es para nada bueno joder, y esto sólo me hace ver lo perfecta que es, por todos lados.

Serví los platos y hablé fuerte.

-Está lista la cena. -Ari salió sonrojada y fue directo a su improvisada silla, que consistía en un tronco. -Siento lo de la carpa, pensé que ya estabas lista.

-No te disculpes, yo me demoré mucho, es que ando con algo de flojera. -Me explicó para luego apartar rápidamente sus ojos de los míos.

Terminamos de comer y lavamos las cosas con un chorrito de agua y una esponja que Ari puso. Luego nos lavamos los dientes y fuimos a la carpa, yo ya tenia puesto el pijama.

Estábamos acurrucados dentro de el colchón infla le y escuchando los animales nocturnos.

-Hace algo de frío. -Dijo mi dulce Ari.

-Ven aquí. Más adentrada la noche será peor. -Se acercó y se ocurrucó pasando una mano por mi estómago, yo estaba de costado.

Le empecé a hacer cariño en el pelo y en la espalda, asegurándome de que esté bien tapada. Aún no sé como estaba pequeña puede ser tan valiente, yo probablemente no habría podido, le habría dicho que no podíamos y seguramente ya llegaría la persona correcta.

-No sé cómo eres tan fuerte. -Terminé la frase prácticamente pegado a sus labios para luego besarla. 

Pero lo que más me sorprendió es que ella me lo devolvió. Me separé ya que ella cortó el beso.

-Oh... -Dijo algo sorprendida. -Yo... Lo siento. -La miré confundido.

-¿Qué pasó? ¿No te gustó?

-Mmm... No es eso, besas bien pero... Creí que todo había sido una una pesadilla y ahora yo venía a despertar. Creí que eras otra persona. -Dijo apagándose cada vez más hasta que prácticamente su tono de voz fue más bajo que un susurro.

-No te preocupes. -Dije dolido, de todas las posibilidades no esperaba esto. -No debí besarte.

-Lo siento, no quería sonar dura. -Dijo a modo de disculpa.

-No te preocupes. Ahora duerme que ya es algo tarde. Si te da frío, en el bolso que esta al final de el colchón hay más frazadas.

Me di vuelta intentando olvidar que la besé. ¿Por qué lo hice? Sabía que ella estaba enamorada, y no sólo porque es valiente puedo ir y besarla. Es hermosa, pero eso no me da el derecho.

Pero una parte de mi estaba feliz de haberlo hecho, y se sentía raramente satisfecho. Pero a la vez estaba decepcionado por su rechazo. 

Se me escapó un suspiro y me puse a contar ovejas para dormir.


(...)



Sentí que me movían un poco y me desperté.

-Hey, hice el desayuno. -Me dijo Ari.

-Que bien. -Dije sonriendo, no quería que por lo que hice anoche nuestra relación de amistad se acabase. -Voy en seguida, esperame tantito.

Ella salió de la carpa y yo me cambié de ropa rápidamente. Al salir, me fijé que ella estaba con su pijama de cuerpo completo de osito panda, tenía un bol de frutillas en sus piernas mientras estaba sentada en una roca, en la mano tenía una frutilla y un tarro de manjar.

-Oh. Ya estas listo, que rápido. -Me sonrió. -Prendí la cocinilla y calentó el agua. También hice uno de los tomates, dejé el pote con tomate junto al de sandías y cerca de la cocinilla hay una taza, café, una cuchara y azúcar.

-Gracias. -Le sonreí y fui por lo que me dijo.

Me hicieron pan con tomate mientras esperaba que mi café no estuviese tan caliente. Cuando terminé fui a por el pote de sandia y empecé a comer, Dios como amo esta fruta.

-¿Que quieres hacer hoy? -Le pregunté. Ella seguía feliz comiendo frutillas y todo eso. -No te pases que después te da diabetes.

-Me gustaría ir al río. Y créeme, ni yo sé lo que me pasa, pero no acostumbro comer azúcar, pero como que últimamente necesito comer frutillas. Y no me quejo porque en serio las amo. -Sonriendo se volvió a meter otra a la boca y luego cerró el pote de manjar y el de las frutillas.

-Cómo digas. -Dije mientras rodaba los ojos. -Y por lo otro, yo también quiero ir al río.

Ambos nos levantamos y ella se fue a vestir. Luego yo entré a la carpa y me puse el traje de baño bajo la ropa.

Salimos caminando tranquilamente y llegamos al lugar deseado.

Pongo la comida que habíamos llevado en el suelo y me giro para ver a Ariana, pero en seguida me arrepiento. Ver cómo su cuerpo se dobla para quitarse cada prenda es algo con lo que simplemente no puedo, es demasiado para mi, pero no puedo despegar la mirada.

-¡Oye pedófilo! -Cuando escuché su voz miré sus ojos, pero en seguida tuve un leve golpe en la cara para luego escuchar su risa. -¿Puedes dejar lo que te acabo de tirar con las demás cosas?

Me agaché y cogí su polera y su short, lo dejé junto con las demás cosas. Me saqué la polera me acerqué a ella en el agua, me hundí y luego salí moviendo el pelo.

-Se me había olvidado que tu cuerpo es mejor que el porno.  -Dijo riéndose a lo que yo me sonrojé.

-Oye, como que estás aún muy pequeña para eso. -Dije regañadola en broma. -Tienes suerte que no sea tu hermano.

Ella se rió y luego asintió.

-Supongo que tengo suerte de que seas mi amigo. -Dijo sonriéndome gesto que imité, pero por dentro dolió.

-Creo que si.

Pasamos la mañana jugando en el agua o comiendo, esta chica es muy divertida y tiene muchas ocurrencias, probablemente por eso fue que ella me gustó.








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Fue fome, lo sé, pero quería que supieran lo que siente Bastian por Ariana ♡

Primos (JB & AG) -PAUSADA TEMPORALMENTE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora