Capitulo 11: Lo siento ¿me estás diciendo gorda?

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La semana que entro paso sin nada que notable, aparte del hecho que uno, escogimos el próximo libro a leer que fue Oscuros, uno de los libros favoritos de Trisha, dos, había un par de niñas que me habían empezado a molestar porque ahora se creían las reinas del lugar, y tres, Trisha se iba todo el fin de semana largo con su familia a la playa.

Con respecto al segundo punto, parecía que ahora que mis amigas se habían ido y yo no había seguido sus pasos, algunas niñas de penúltimo grado se habían tomado muy apecho el querer mandar en la escuela, así que cada vez que me encontraban en el pasillo me molestaban por "bajar mis estándares" y ser una "plebeya", lo cual era totalmente ridículo. Trisha y Humberto me apoyaban siempre, pero si seguían así iba llegar el momento en que iba a explotar y no iba a responder de mis acciones. Bueno, eso sonó drástico, tampoco es como si les fuera a pegar o algo, pero les iba a responder algo, y no iba a ser bonito.

Por otro lado, Trisha se iba el viernes después de la escuela para pasar el fin de semana largo en la playa. Su padre había recibido un dinero y quería llevar a su familia a un viaje, un cambio de ambiente para tanta locura, según palabras de su papá.

Así que no creía que saliéramos juntos, ósea, Humberto y yo, solos. No no no creo.

El viernes llego, menos mal que me tocaba la última clase con Trisha porque la iba a extrañar mucho, en las últimas semanas nos habíamos visto casi todos los días, así que iba a ser extraño no verla por los próximos tres días.

Luego de la clase, fuimos al parqueadero donde nos estaba esperando Humberto, me despedí de Trisha con un súper abrazo, luego Humberto se despidió de ella, y nos fuimos.

En la noche hablamos un rato por el chat, pero los papas de Trish eran muy estrictos cuando estaban en familia con ese tema, así que solo pudimos hablar un rato.

El sábado, mis padres no estuvieron en casa, así que estuve sola, hice deberes, leí, vi una película pero a las 4 de la tarde ya estaba terriblemente aburrida.

Creo que escribirle a Humberto para ver que hacia no era una opción, me daba un poco de vergüenza salir con el solos, nunca habíamos salido asi. Los últimos momentos que pasamos a solas era cuando íbamos en el auto, de resto siempre estábamos junto a Trisha y no sabía muy bien cómo comportarme con él.

Decidí mandarle un texto a Sebastián para ver si hacíamos algo.

"Hola pendejo, estoy aburrida, hagamos algo"

No me respondió al momento, así que fui a lavar un poco de loza que había en el lavaplatos. Después de eso me entro un mensaje.

"Hola pendeja, lo siento, vine con mis padres a la casa de la playa, hablamos cuando vuelva"

"Ok, gracias por no sacarme del aburrimiento"

"Lo siento ¿y tus amigos?"

"Trisha también está en la playa ¿Qué tiene la playa este fin de semana?"

"No lo sé ¿y Humberto?"

"En su casa, supongo"

"¿Por qué no lo llamas a el?"

"Me da vergüenza (?" – le respondí dudando del mensaje.

"Nada de vergüenza niña, son amigos ¿no?"

"Si"

"Entonces llámalo ya"

"Como ordene el rey"

LA VUELTA AL SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora