El par de días siguientes pasaron sin contratiempos, ya habíamos tenido algunos en tres días, lo cual era mucho para mí, así que nos tomamos todo con más calma. Buceamos, conocimos algunas islas cercanas y recorrimos el pueblo. Conocimos algunos restaurantes locales que eran mi debilidad pero también probamos las delicias de Rosita.
Trisha cada que salíamos buscaba a alguien que le llamara la atención pero nunca terminaba en nada. Y los chicos no volvieron a hablar con ninguna chica aparte de nosotras dos. Por mi parte, la estaba pasando muy bien con mis amigos, había hecho un gran trabajo en unirlos y ya los veía mucho más unidos. Beto y Sebastián hacían cosas de hombres juntos y Trisha mantenía conversaciones extensas con Sebastián sin yo intervenir o estar presente.
La meta después de este viaje era que pudieran ser amigos. No sé, creía fielmente que teníamos cosas en común y podríamos, los cuatro, ser grandes amigos. Creo que estaba siendo un poco ridícula, sonaba como si los obligara a convivir para ser amigos y que me quisieran. Pero Sebastián era una persona muy importante para mí y no quería que estuviera celoso de Trisha y Beto, ni al revés, y la única forma de lograr eso es que fueran amigos también, y quizás así, entendería porque eran mis amigos y los quería.
Entre todos quedamos en que noche vieja iríamos a comer y luego lo pasaríamos en una discoteca, donde esperaba nos dejaran entrar tanto a Trisha y a mí que éramos las menores de edad, aunque no sería problema porque parecíamos mayores y con la ropa podríamos disimular. Era un plan un poco exclusivo pero a decir verdad ni Trisha ni Beto pusieron trabas al plan, la idea era pasarla bien.
El 31 nos fuimos a la playa a un plan tranquilo. Debíamos estar con todas las pilas para sobrevivir esa noche. Nunca había estado despierta hasta tarde ese día, siempre después de las 12 nos íbamos a casa y quería tener una nochevieja en toda regla.
Después de la playa, fuimos a casa a comer a eso de las 2 de la tarde. Nos despedimos de Rosita y le deseamos feliz año nuevo. Nos dijo que nos dejaba preparada comida para el día siguiente pues era festivo y no iría a la casa. Seguramente nos levantariamos algo tarde ese día, así que nos había dejado algo de almuerzo en el refri y se fue.
Comimos y subimos cada uno a su cuarto a tomar una siesta. Estábamos cansados realmente. Se supone que las vacaciones son para descansar, pero siempre después de ellas llegamos más cansados de lo que nos fuimos. Aunque esa era una prueba de los bien que lo habíamos pasado.
A eso de las 7 de la tarde me desperté desorientada ¿No les ha pasado que se acuestas a dormir y sienten que se levantaron 20 años después? Eso me paso ese día. Me acosté y estaba de día, y cuando volví a abrir los ojos ya no había luz solar. Trisha todavía está muerta al lado mío pero alcanzaba a escuchar el tv de la sala de estar.
Me peine y baje a ver quién estaba por allí dando vueltas. Sebastián estaba en la sala de estar viendo un programa sobre cocodrilos. Me senté al lado de él.
- ¿Qué haces?
- Mirando el horizonte.
- Muy gracioso – me reí sin ganas.
- Si estás viendo para que preguntas.
- No sé, quizás los cocodrilos sean una fachada, en realidad estas teniendo algún pensamiento dentro de esa cabecita tuya.
- Pues no ¿Sabías que para saber si el cocodrilo es macho o hembra deben tomarle su temperatura?
- No, no lo sabía. Ni me interesa realmente.
- Ya lo sé, a ti solo te interesa Humberto.
- ¡Sebastián! – lo regañe, cualquiera podría escucharlo dentro de la casa. Solo rio – hablando de todo ¿ya se levantó?
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LA VUELTA AL SOL
RomansaAndrea es un chica que tiene todo lo que una chica puede desear. ¿Pero en realidad las cosas materiales y los amigos por conveniencia son lo único importante en la vida? ¿O el amor, la verdadera amistad y los sueños son los más importante? Tiene que...