Capítulo 28: Volvió.

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Los jueves siempre habían sido los peores días en el colegio, además del hecho que ese día se acumulaba todo el cansancio de la semana. Había estado lloviendo fuertemente, un día gris. Después de la escuela había ido a casa de un compañero a terminar un proyecto de inglés y estaba realmente derrotada así que apenas llegue me acosté a dormir, con las gallinas debería decir porque era súper temprano, las 8.

Estaba soñando que estaba en un gran hotel y mientras subía en el ascensor para ir al pent-house donde me iba a hospedar empezaba a sonar un timbre, muy fuerte, que llego a aturdirme y no sabía cómo apagar ¿Qué pasaba? Hasta que logre despertarme y me di cuenta que estaba sonando mi celular. No alcance a contestar. Lo primero que hice fue ver la hora, las 11 de la noche.

Luego mire las llamadas perdidas, tres de Humberto y dos de Trisha, revise el chat pero no había absolutamente nada. Debía de ser realmente grave para llamarme a esa hora. Las primeras llamadas eran de Beto así que decidí llamarlo a él.

- Hola – respondió con una voz ronca.

- Hola ¿Qué pasa?

- Te desperté.

- Si.

- Lo siento – hablaba en voz baja y en un tono que no era el de él.

- ¿Qué pasa? Te escucho raro – no contesto inmediatamente por lo que me preocupe más. Escuche como alguien le hablaba. Después escuche la voz de Trisha hablándome.

- Hola Andre.

- ¿Qué pasa? Me están asustando.

- Humberto no está bien – dijo en voz baja – es una emergencia.

- ¿Qué le paso?

- Es su papá.

- ¿Qué hay de él?

- Volvió.

- ¿Qué? – grite.

- Si, cuando llego a su casa lo encontró con su mamá. Ella estaba llorando mientras hablaban. Se extrañó, pero cuando se dio cuenta del parecido y él le dijo "hijo", salió corriendo y vino hacia aquí. Está muy mal.

- Me imagino.

- No ha querido hablar mucho pero... estoy preocupada.

- No sé qué hacer en estos momentos Trisha.

- Ahora no podemos hacer nada, solo contenerlo.

- Ojala pudiera ir hasta allá pero está muy tarde.

- Lo sé, perdón por llamarte pero él quería que lo hiciera.

- Muchas gracias por contármelo.

- Tú sabes que eres muy importante para él, para nosotros.

- Y ustedes para mí. Dile que estoy con él para lo que necesite.

- No creo que vayamos a la escuela mañana, no creo que él lo pueda soportar.

- Si ustedes no van, yo tampoco, voy temprano a tu casa mejor, si te parece.

- Claro que sí. Vamos a tratar de dormir, a ver si él puede y hablamos mañana.

- Cualquier cosa me escriben o llaman, voy a estar pendiente.

- Ok, gracias.

- Gracias a ustedes.

Fui al cuarto de mamá para ver si de casualidad seguía despierta, por fortuna no necesitaba tantas horas de sueño y estaba leyendo un libro. Le conté un poco por encima la situación. Se preocupó por ellos, tanto por Humberto como por la mamá pues se habían hecho buenas amigas. Me dijo que no me preocupara y que ella misma me llevaría donde Trish en la mañana.

LA VUELTA AL SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora