Capítulo 42: Estas hermosa Andrea!

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Y finalmente había llegado el día. El ultimo día que si tenía la fortuna, pisaría mi escuela, podría amarla mucho pero ya habían sido muchos años de una relación entre ella y yo.

El día había amanecido con un sol espléndido, como dándonos la bienvenida al mundo de los adultos. Me decidí por un vestido sencillo, vinotinto para la ceremonia, ya que tendríamos nuestras togas encima. Arregle mi cabello y mi maquillaje lo más natural que pude, no era tan buena con esto como Trisha pero algo había aprendido.

Papá había venido de visita justo para esta ocasión y estaba agradecida porque estaba cada vez más presente, lástima que me iría.

¿Vieron? Ya estaba pensando en eso como todo un hecho.

Mi madre le había contado lo de Londres y él estaba perfectamente conforme con verme irme a más de 5000 kilómetros de mi hogar. No es que renegara de eso pero ojala se hubiera preocupado un poco más.

¿Vieron mi bipolaridad por ahí? Es que la utilice demasiado.

Llegamos puntual a la escuela, porque afortunadamente en eso no daban tregua mis padres.

La dinámica era sencilla. A los graduandos nos hacían pasar a una carpa aparte para ponernos nuestras togas y las familias iban pasando a coger asiento. Cuando llegue Humberto ya estaba ahí con la suya. Nos saludamos pero me llevaron a poner la mía.

Pensé seriamente en contarle lo de Londres pero no era el mejor momento ¿Habría un buen momento?

Cuando todos estuvimos listos, unos 15 minutos después porque nunca está de más los que llegan tarde, nos acomodamos en orden alfabético. Si, para inconformidad del mundo, Beto había quedado muy lejos de mí, así que estaba atrapada entre James, un compañero de historia y otra chica que había visto por los pasillos pero con la que no compartía ninguna clase.

Salimos en fila india hacia las sillas que estaban preparadas para nosotros. Nos sentamos y de resto todo funciono en modo avión. Subió el rector con su discurso, el representante de los docentes y luego el representante de los estudiantes, el mejor de nuestra generación.

Siguió la entrega de diplomas, afortunadamente no me puse tacos porque me daba mucho miedo caerme subiendo las escaleras a la tarima. Recibí mi diploma y sinceramente me sentí poderosa, por fin me había graduado y podía empezar a cumplir mi sueño.

Después de eso, todo fueron felicitaciones. La ceremonia termino, mis padres me encontraron y nos fundimos en un abrazo. Después encontré a Humberto con su mama y abuelos. Abrazos por un lado, besos por el otro, celebración y esas cosas.

Luego como si el destino nos odiara, nos encontramos con Trisha, claramente iba con Sebastián. Me había enterado por mi madre que su grado era al día siguiente. La familia de Trisha no tenía la culpa de las mentiras y los quería mucho así que tanto Humberto, como yo y nuestras familias nos acercamos a ellos y nos dejamos felicitar de nuevo.

Ignoramos un poco a Trisha y a Sebastián, a decir verdad, pero iba a ser difícil superar la traición.

Entre mi madre y la madre de Humberto decidieron ir a comer juntos y quienes éramos nosotros para decir que no. El almuerzo paso entre charlas, risas, historias y demás.

Al finalizar y salir del restaurante, cuando cada uno iba para su casa, lo último que me dijo Humberto fue "paso por ti a las 8".

Y justo ahí caí en cuenta, iba a ir al baile con Humberto. Obviamente como amigos, pero aun así no me había sentado a pensar el hecho que vendría por mí, habría fotos, llegaríamos juntos al baile, tendríamos que bailar, y convivir como pareja. ¿En qué me había metido? Justo cuando encontramos a Trisha con Sebastián, tuve que cancelar esta tontería, quedarme en mi casa comiendo helado y palomitas, y viendo películas una tras otra.

LA VUELTA AL SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora