Capítulo 21: ¿Por qué hiciste eso?

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Decidimos que nos íbamos a turnar los días entre hacer turismo e ir a la playa. Podíamos recorrer el pueblo, ir a algunas islas, conocer los bosques alrededor y hacer canopy, y luego tener planes más relajados, ir a la playa y broncearnos todo el día.

Al día siguiente de llegar nos levantamos temprano. Rosita ya había llegado y nos tenía preparado el desayuno. Nos arreglamos y luego bajamos. Habíamos tomado la decisión de ir a recorrer los bosques y hacer algunos deportes de aventura, aunque yo no estuviera muy convencida. Los chicos querían aprovechar la energía que todavía teníamos, pero yo todavía estaba pensando si iba a arriesgarme a algo.

Desayunamos delicioso. Rosita era una gran cocinera, si trabajaban para mis padres debía ser así. Nos alimentamos bien, recogimos las cosas que necesitábamos para nuestro recorrido y nos fuimos.

Rosita nos había contactado con uno de los guías del pueblo. Él nos iba a llevar a hacer un recorrido por algunos de los bosques cercanos, los más transitables y que no tuvieran demasiados peligros pues en algunos se escondían demasiados animales y había muchos árboles frondosos que dificultaban la movilidad y la visibilidad.

No conocía al guía pero Rosita me había dicho que era joven pero uno de los mejores. Había nacido en la isla y su padre había sido guía por muchos años, así que sabía todo sobre el pueblo desde pequeño. Cuando llegamos al punto de encuentro ya, Eric, el guía, nos estaba esperando. Era muy apuesto a decir verdad, Trisha y yo nos quedamos sorprendidas. Era alto, moreno y con buen cuerpo.

Como Rosita era el contacto me saludó primero a mí, con un beso en la mejilla claro está. Tenía una sonrisa linda. Después saludo a Trisha con otro beso y ella casi se muere. Ya saben que Trisha no era para nada prudente.

En ese momento estábamos tan embobadas que no nos dimos cuenta que Humberto y Sebastián no estaban para nada contentos. Hasta que el los saludo dándoles la mano. Eric era simpático y no podía entender porque ellos dos tenían tremenda cara de amargados.

Nos explicó un poco lo que íbamos a hacer y nos recomendó comprar agua y aplicarnos bloqueador y repelente. Seguimos todo al pie de la letra, sobretodo Trisha y yo. Debo recalcar que yo no era la típica chica que me moría y derretía por chicos así como así, pero uno, Eric estaba muy bueno y se veía buen chico y dos, Trisha me estaba pegando sus cosas.

Mientras íbamos a la tienda Trisha no se pudo quedar callada un segundo más.

- Uffff Eric está más bueno que comer con la mano.

- Trisha!!!! – le dije con vergüenza.

- ¿Qué? ¿Me vas a decir que no es así?

- Obvio que no te lo voy a negar, es muy atractivo.

- Y joven – dijo alzando las cejas.

- ¿Qué me tratas de decir?

- Que yo estoy soltera y a la orden y que se lo voy a dar a entender de cualquier forma – dijo riéndose.

Definitivamente Trisha estaba muy loca, pero la quería. Y si quería tener algo con el quién era yo para negárselo, además estábamos de vacaciones. Hasta la iba a ayudar. Había dicho que se iba a hacer en todo momento la damisela en apuros.

Cuando empezamos el recorrido, primero se tropezó con un tronco, con todo el cuidado para no caerse. Decía que primero muerta antes que perder el glamour frente a un chico. Luego se clavó una astilla de un tronco y tuvimos que parar para que Eric la ayudaba y después tenía demasiado calor y sentía que se desmayaba.

LA VUELTA AL SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora