Capítulo 37: ¿Tu sabias algo de esto?

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La semana pasó sin más, me fue bien en los exámenes aunque hasta la próxima no tendría mis notas. Igual eran las finales y ya no eran tan importantes teniendo en cuenta que ya todo el mundo había recibido sus cartas de la universidad y se estaban preparando para ir. Menos yo, por supuesto, que seguía dudando y nada de lo que las demás personas me decían lograba convencerme, por su parte y aunque Sebastián no había querido decirme nada, tal vez por temor a que mis decisiones se basaran en él, sabía que no iba a ir a St. James, lo vi en su mirada cuando en una conversación se lo pregunte.

Y a pesar de todo eso, pronto tendría que tomar una decisión, solo tendría dos semanas para eso. A principio de mes tendría que presentarme a alguna de las dos universidades.

El viernes llego y con ello el magnífico plan de ir a comprar vestidos. Mi mamá, con su gran emoción a la hora de hablar de ropa quiso acompañarnos pero sabiendo que las dos horas que me iba a gastar yendo con Trisha, se convertirían en 4 si íbamos con mamá, decline su oferta.

Fuimos a todas las tiendas de lujo del centro comercial en busca de, como decía Trish, los vestidos más despampanantes del mundo, pero nada le gusto, nada tenía la clase suficiente. En realidad no entendía mucho de ello, simplemente era un vestido para un baile que duraría máximo 4 horas.

Cuando Trisha estaba perdiendo las esperanzas se le ilumino la mirada viendo la vitrina.

- Ese es.

Dijo y simplemente entro dejándome sola frente de la tienda. La seguí adentro y ya estaba hablando con la dependienta. El vestido era corte sirena, sin mangas, color azul eléctrico, creo que iba con su personalidad. Y cuando se lo probó comprobé que tanto ella como yo estábamos en lo cierto y era el elegido. El único problema es que ella ya tenía su vestido y yo no. ¿Por qué tenía que ser tan complicada? Debí haber aceptado la ayuda de mamá.

Quizás Trisha viéndome la cara, me dijo.

- No te preocupes, vamos a encontrar algo, simplemente hay que rebuscar.

Estuvimos algo así como media hora caminando de un lado al otro por todos los percheros hasta que Trisha grito y se emocionó diciéndome que había encontrado el vestido perfecto para mí. Al principio no me emocione mucho, era un vestido corto, negro con transparencias arriba y la falda era azul. Pero luego de probármelo pero di cuenta que Trisha estaba perdiendo su tiempo estudiando cuando podría ser una gurú de la moda como mamá.

Pagamos los vestidos, buscamos los zapatos y accesorios y estuvimos listas. Por lo menos ya no tendría que preocuparme más por el asunto.

Llegue agotada a casa y en un minuto estaba en los brazos de Morfeo.

Al día siguiente había quedado de comer con Sebastián para desatrasarnos de todo porque no nos veíamos desde el cumple de Trish y no habíamos podido hablar muy bien, además que le iba a pedir que fuera al baile conmigo, pero a último momento me cancelo, algo que tenía que ver con su propio baile, no le entendí muy bien.

Y por la tarde habíamos quedado de ir con los chicos a la pizzería, pero Trisha termino cancelándonos porque debía ir con su familia a ver a su tía.

Con Humberto quedamos extrañados porque no era la primera vez que Trisha nos cancelaba un plan últimamente y siempre ponía alguna excusa sobre su familia, pero no dijimos nada y decidimos ir los dos al cine solos, había una película que él se moría por ver y quien era yo para negársela. Decidí no pensar en nosotros dos como algo más y me enfoque en mi AMIGO Humberto.

Me paso a buscar a eso de las 4 de la tarde y fuimos directamente al cine del centro comercial. Parqueamos el carro y compramos las entradas y como no podía faltar la comida, nos dirigimos a comprar palomitas. Había unas 6 personas delante de nosotros en la fila pero como todavía faltaba un tiempo para la función seguimos hablando mientras llegábamos.

LA VUELTA AL SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora