Capítulo 18: ¿Dónde lo conseguiste? Es una reliquia

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- Muchas gracias chicas!!!

La fiesta ya se estaba acabando. Solo quedaban nuestras madres que estaban hablando y recogiendo cosas de la fiesta. Y luego estábamos nosotros tres, que estábamos parados frente a la piscina mirando lo que había quedado de la fiesta. Humberto estaba entre nosotras dos, abrazándonos. Estaba resplandeciente, se la había pasado muy bien, se había divertido y ahora estaba teniendo su momento de emoción agradeciéndonos.

- Las quiero mucho – dijo, y nos dio un beso en la mejilla a cada una.

Claro está que lo decía como amigo, pero nunca en este tiempo de amistad me lo había dicho, y me emociono saberlo. Ellos también se hacían querer extremadamente rápido.

- Nosotras también Betito – respondió Trish porque yo me había quedado como boba pensando en lo que había dicho.

Nos sentamos en las sillas para piscina que había en la orilla.

- Ya casi vacaciones chicos, lo necesito ya - dijo Trisha.

- ¿Qué van a hacer en navidad? - preguntó Beto. 

- Con mis 20 mil familiares en casa.

- Creo que solo estaré con mamá. Mi padre tiene un viaje y no volverá hasta el otro año ¿y tú? - le pregunté. 

- Como siempre con mis abuelos, aunque creo que este año ellos vienen.

Nos quedamos un rato pensando y viendo el agua, todo estaba calmo después de un día de locura.

- Y si tu mamá y tú vienen a casa – me dijo Humberto – creo que ellas se llevaron bien, mi mamá hace la cena, y mis abuelos solo cuentan cada año las mismas historias. No tienen por qué estar solas.

- ¿Me estás hablando en serio? - dije sorprendida. 

- Claro.

- Me parece buena idea. Yo los invitaría en mi casa, pero cuando les digo que no cabe un alma más en mi pequeño hogar es la verdad.

- Tendría que hablar con mamá para saber si está de acuerdo.

- Si quieres le digo a mi mamá que le pregunte.

- No, me gustaría hablar a mí con ella.

- Ok.

- Pero tengo otra propuesta para ustedes. Ya le había dicho algo a Trisha pero no pude concretar nada.

- Ella y sus propuestas – exclamó Trisha.

- Habla.

- Como ya le había dicho a Trisha, tengo un casa en la playa, y me gustaría que fuéramos para pasar año nuevo. Aunque entendería que no pudieran o no quisieran, por sus familias - lo pensaron un momento y después Beto habló de nuevo. 

- Pues tendría que hablar con mamá, no la quiero dejar sola. Aunque podría irse con mis abuelos y reunirse con la familia.

- Un alma menos en la casa de la locura no va a hacer la diferencia.

- ¿Y cómo sería el tema del dinero? - como siempre preocupados por eso. 

- Por eso no se preocupen.

- Pero Andrea... - se quejó Trisha.

- Después de todo lo que ustedes han hecho por mí...

- Pero tú también has hecho muchas cosas por nosotros.

- Está bien, miren la comida no es problemas porque la casa siempre está bien equipada.

- Necesitaríamos un carro y pagar la gasolina, si quieren se hacen cargo ustedes de eso.

- Está bien.

- Les quería pedir otro favor si vamos a ir. 

- ¿Más Andrea? No, así no se puede – dijo burlándose Trisha.

- Quería invitar a mi amigo Sebastián, quizás ni siquiera puede ir, pero si no les importa que le diga... - deje la pregunta en el aire.

- Por mi está bien – respondió Trisha - ¿Humberto?

- Sí, no importa – dijo él.

- Bueno – hablo Trisha cambiando de tema – faltan nuestros regalos.

- ¿Mas? – pregunto Humberto.

- Claro que si – dije.

- Este es el mío – dijo Trisha entregandole un paquete envuelto con papel azul, ya sabía que era pues había acompañado a Trisha a conseguirlo. Humberto rompió rápidamente el papel.

- Waooooo es Murakami, hace mucho tiempo quería este libro. Gracias Trish – le dio un abrazo.

- Y este es el mío – estaba envuelvo en un papel de regalo rojo. Me dolió ver como lo rompía pero era la emoción.

- No!! No puede ser!! – dijo Beto realmente sorprendido - ¿Dónde lo conseguiste? Es una reliquia.

- Mi madre conoce gente que conoce gente.

- Pero te debió haber costado demasiado Andrea, no puedo aceptarlo.

- Es tu cumpleaños Humberto, acéptalo por favor.

- No puedo creerlo. – Era el primer disco de una de sus bandas favoritas, que ya no se conseguía y era de colección, había pensado muchísimo ese regalo y sabía que era muy fanático de la música así que después de eso, había sido solo buscarlo y comprarlo.

- Muchas gracias Andrea – dijo dándome un abrazo. Se lo devolví no sin antes sentir ese cosquilleo que siempre sentía cuando lo tenía muy cerca.

Después de eso, nos despedimos todos, la madre de Humberto nos agradeció por todo lo que habíamos hecho por su hijo y se fueron junto con Trisha. Ella y yo teníamos que limpiar todo, pues lo había prometido, pero después que se fuera mamá dijo que llamaría al servicio de limpieza en la mañana, así que me fui a la cama.

Antes de dormir le escribí a Sebastián.

"¿Nos vemos mañana para almorzar?"

"Claro pequeña saltamontes, paso por ti a la 1"




¿NO LES PARECIÓ DEMASIADO TIERNO EL CAPITULO? OJALA ESTA HISTORIA TUVIERA MAS VIEWS, LA AMO. SE VIENEN LAS VACACIONES DE LOS CHICOS!!

LA VUELTA AL SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora