Capítulo 40: Londres

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Cuando llegue a casa Nancy estaba haciendo la colada. Me saludo como normalmente hacia y me fui al cuarto. No había hecho nada en el colegio pero aun así tenía sueño, así que decidí tomar una siesta. Me acosté, acomode la almohada, cerré los ojos y me quede dormida.

BIP BIP BIP BIP

¿Qué era ese feo sonido? ¿Dónde estaba?

Mientras seguía sonando iba teniendo más consciencia. Había decidido tomar una pequeña siesta ¿Cuánto tiempo había pasado desde eso?

Cuando logre abrir los ojos me di cuenta que afuera ya estaba oscuro. Creo que lo de pequeña era ironía. Por lo menos las 6 de la tarde ya eran. Y el sonido anteriormente terrorífico que me había despertado era mi celular.

Tenía una llamada de una número desconocido y cuando reflexionaba acerca de quién podría ser, volvió a sonar, casi cae rodando el pobre del susto que me pego.

- Alo – respondí con duda.

- Hola ¿Andrea?

- Si, con ella.

- Hola, soy Diana, la consejera de la escuela.

- Ah hola Diana.

- Te estarás preguntando qué hago llamándote ¿no?

- Un poco.

- Necesito hablar contigo y quería saber si mañana venias a la escuela, sé que tienes actividades pero como no son obligatorias.

- Sinceramente no he decidido todavía, pero si necesitas hablar conmigo.

- ¿A las 9 estaría bien?

- Claro.

- Entonces nos vemos mañana.

- Hasta mañana.

Que querría hablar Diana conmigo, justo cuando tome mi decisión. Quizás la Miss Spencer quedo preocupada y quiere ayudarme. Sí, es eso.

Le escribí a Humberto, que no iba a llegar a la actividad de mañana que era a las 8. Era alguna clase de yincana con más de 50 alumnos, para afianzar la unión cuando ya cada uno iba a coger su camino.

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Mi madre me acerco a la escuela al otro día. La noche anterior había estado pensando la razón por la cual Diana querría hablar conmigo pero la única explicación coherente es que sabía de mi indecisión y quería ayudar, lo que ni ella ni nadie sabía era que ya había tomado una decisión y tenía que vivir con ella durante los próximos 5 años quizás.

Cuando llegue a la escuela la mayoría del alumnado estaba en clase pero se podía sentir la energía de los de último año que estaban haciendo algún ridículo frente a sus compañeros y maestros.

Decidí no ponerle atención a eso y me encamine a la oficina de Diana. Me estaba esperando con una sonrisa en su rostro como siempre que la veía.

- Hola Andrea.

- Hola Diana.

- Vamos a mi oficina, por aquí.

- Gracias.

Entramos en la oficina e hicimos el mismo ritual que cuando vine hace más de medio año a hablar sobre el mismo tema.

- Si estamos aquí porque la Miss Spencer le hablo de mí...

LA VUELTA AL SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora